Autoridades del MGAP se llaman a silencio hasta la próxima semana y economistas alertan por medidas

La ARU > Hará declaraciones luego de la reunión con Tabaré Vázquez

Tras una semana colmada de proclamas que buscan revitalizar al agro, el economista de CPA Ferrere, Alfonso Capurro, aseguró a CRÓNICAS que las medidas que reclaman los autoconvocados no podrán aplicarse sin dañar la economía. Por su parte el ex ministro de Economía, Isaac Alfie, afirmó que para lograr el resultado esperado “es necesario reducir los gastos públicos”.

Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo

El pasado lunes 15 de enero, productores rurales realizaron marchas a modo de  protesta en ocho departamentos del Interior –Canelones, Soriano, Río Negro, Rocha, Artigas, Paysandú, San José y Colonia–. En camiones, camionetas, tractores, autos e incluso avionetas se manifestaron en contra de los altos costos productivos y baja rentabilidad en todo el sector agropecuario. Pero, ¿qué impacto puede tener el cumplimiento de estas medidas en la economía uruguaya?

El economista Alfonso Capurro, de la consultora CPA Ferrere, afirmó, en diálogo con CRÓNICAS, que ninguna de las propuestas de los productores autoconvocados puede cumplirse sin afectar otros aspectos de la economía. “No hay almuerzo gratis”, sentenció. Para Capurro, “una de las más viables” y que podría tener “más fundamento” es la revisión del precio de los combustibles, lo que repercute en una porción importante de la totalidad de los costos que deben afrontar los productores. Sin embargo, el economista ejemplificó que llevar el precio del gasoil al mismo valor de importación tiene un costo de aproximadamente US$ 300 millones por año, y que “hoy Uruguay no se puede dar el lujo de aumentar el déficit” en ese monto.

Por su parte, el exministro de Economía y Finanzas, Isaac Alfie, aseguró también que no hay medida que sea ejecutable sin que tenga un mayor efecto en otras áreas; no obstante, opinó que “lo único que se debe hacer si queremos realmente tener el resultado esperado es la reducción de gastos públicos y el ajuste de las cuentas públicas”. En cuanto a las demás proclamas, las calificó de “transitorias” y que “no pueden nunca llegar al objetivo verdadero porque lo que está pasando es que existe una ausencia de rentabilidad en prácticamente toda la economía”.

Consultado por el semanario CRÓNICAS, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Enzo Benech, prefirió no hacer comentarios. Según una fuente de la cartera, las principales autoridades se llamaron a silencio hasta la próxima semana porque se encuentran elaborando un borrador para presentarle al presidente Vázquez. Por su parte, el presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Pablo Zerbino, al ser consultado por CRÓNICAS, dijo estar fuera del país. “No estoy involucrado”, fue la frase que utilizó al ser consultado. En tanto, el vicepresidente de la ARU, José Bonica, aseguró que se expresarán luego de la reunión que mantendrán con el presidente Tabaré Vázquez.

Los hechos

En respuesta a las manifestaciones del sector agropecuario, el presidente Tabaré Vázquez llamó a una reunión con los distintos actores del rubro. A la misma acudieron la Asociación Rural del Uruguay (ARU), las Cooperativas Agrarias Federadas (CAF), la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA), la Asociación Nacional de Productores de Leche, y la Comisión Nacional de Fomento Rural. La Federación Rural del Uruguay (FRU) no asistió por decisión propia.

Si bien cada actividad particular del agro atraviesa una realidad distinta, es un hecho que nadie está conforme. Los sectores más golpeados son el arrocero y el lechero, el primero con un endeudamiento de US$ 300 millones, y el segundo, con altos costos de producción (US$ 1.830 por hectárea en la última zafra). Por otro lado, la carne y la soja están en relativa estabilidad, el trigo cada vez se cultiva menos, y el único que parece mostrar rasgos más positivos es el sector lanero, con buenos precios en su comercialización. Sin embargo, un reciente índice de la empresa Carle & Andrioli anotó que el 2017 vio un incremento en inversiones agrícolas con respecto al año anterior (ver página 4).

A pesar de esto, todas estas actividades se ven afectadas por factores similares, por lo cual reclaman por lo mismo: suba del dólar a $36, la baja del precio del gasoil, reducción de la Contribución Inmobiliaria Rural, reducción de tarifas de energía eléctrica y mejor seguridad pública. A un nivel más específico, se busca también poner fin al abigeato y se propone la exoneración de aportes al BPS para los productores pequeños, es decir, que cuenten con 50 hectáreas o menos.

En este contexto, se llevó a cabo la marcha del pasado martes 23 en Durazno. Santa Bernardina dio lugar al acto en el que una multitud de productores, gremiales, instituciones y empresas que apoyan el movimiento dieron a conocer su posición.

En esta instancia, se destacó la ausencia de algunos políticos, en especial de líderes partidarios, que se negaron a asistir para que la jornada no se “politice”. En la misma línea, se les solicitó a quienes acudieron que no llevaran banderas partidarias, para que la única bandera presente fuera la nacional.

El acto se inició con la entonación del Himno Nacional, con un público que rondaba las 10.000 personas (un 20% del público que los organizadores esperaban).

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A continuación, dio comienzo el primero de los tres oradores de la tarde, Federico Holzmann, quien fue uno de los productores de Paysandú que comenzó con el movimiento. Su discurso fue corto, pero durante el mismo afirmó que los productores “están cansados” de ser ignorados, a excepción de cuando se cobran los impuestos. Remarcó que a aquellos que habían atendido la marcha “les costó tiempo y dinero”, y aseveró: “Queremos un Uruguay unido”.

Luego le tocó el turno al ingeniero agrónomo Eduardo Blasina. Este hizo énfasis en el aspecto cíclico del sector, y que “cuando el agro se cae, todo se cae”. El punto fuerte de su discurso, sin embargo, estuvo en la unión del sector. “Acá no está solo el agro, están los camioneros, los mecánicos, los industriales, un montón de gente, y en las 10 mochilas que ellos tienen que pagar”, manifestó. Según Blasina, estas son el dólar barato, la inflación, la energía, los impuestos, el mal estado de las carreteras y caminos, los salarios, el precio en descenso de la tierra, el endeudamiento, la necesidad de acuerdos comerciales internacionales (y que sean de buen y fácil acceso), y por último el prejuicio que se tiene en relación con la gente del campo. Sobre esto último, ejemplificó diciendo: “Se nos acusa de tener tal o cual vehículo o de ser cajetillas”. Un punto clave de su discurso es que no habló de “buenos ni malos”, sino que su mensaje transmitió un sentimiento de unidad y de escuchar los reclamos del campo.

El último en subir fue el comunicador arachán Walter Abella, quien dio un discurso apelando a un aspecto más poético y emocional que los dos anteriores. Habló de los problemas que cada sector vive, comparándolo con los gastos de los legisladores. Terminó con el mensaje de que “no va más el encogimiento de hombros”, además de gritar “¡viva el trabajo, vivan los trabajadores, viva el comercio, viva la industria, viva la patria, carajo!”, con el público coreando junto a él. Cabe destacar que Abella, en su discurso, dio una visión diferente a las de Blasina y Holzmann, quienes apelaron por un Uruguay unido, en el que no haya ni buenos ni malos. Abella, haciendo énfasis en que no puede ser objetivo frente a la situación, citó a Gandhi diciendo “no es que los malos sean más, el tema es el silencio de los buenos”.

Una vez terminados estos discursos, alrededor de las 19 –un poco más de una hora más tarde de lo estipulado– subió Jorge Landi al estrado a leer la proclama que, posteriormente, se le será entregada este viernes al Poder Ejecutivo. El periodista afirmó que “el pueblo dice basta porque no aguanta más”, y luego prosiguió a enumerar las medidas para “encontrarle solución al problema que vive el interior del país todo” (ver recuadro). Los productores, mediante esta medida, reclamaron “las mismas reglas de juego” en relación a las empresas extranjeras, ya que –según Landi– el sector agropecuario perdió más de 36.000 puestos de trabajo en los últimos cinco años, además de 12.000 empresas agropecuarias –11.000 de ellas siendo pequeños productores– en los últimos 10 años.

La pregunta que se hacen muchos, luego de esta manifestación es: ¿qué sucede ahora? El pasado miércoles, el presidente Tabaré Vázquez anunció que se reunirá con las gremiales vinculadas al conflicto rural el próximo lunes 29 de enero. Mediante un comunicado de Presidencia, el mandatario invoca a las mismas gremiales que asistieron a la reunión del pasado 15 de enero, incluyendo a la FRU; no obstante, dejó por fuera a los productores autoconvocados que organizaron el acto en Durazno.

En una entrevista concedida al semanario Búsqueda, el mandatario afirmó que han escuchado “con atención” las propuestas del grupo de productores autoconvocados, y que ya tienen “algunas medidas concretas” que terminarán de ajustar.

Por su parte, las gremiales dieron una respuesta pública a la invitación del mandatario. La ACA “aún no llegó a una conclusión” sobre si irá o no; la FRU resolvió que irá “tras horas de discusión”; la CAF “tiene previsto” ir; y la Comisión Nacional de Fomento Rural también atenderá, según informó El País. Las primeras dos gremiales, sin embargo, mostraron disgusto hacia la decisión de que se dejara por fuera a los autoconvocados, quienes planean presentar un pedido formal de audiencia con el mandatario de la Torre Ejecutiva.


La proclama de los productores rurales, punto por punto

  • “Suspender los ingresos a la función pública por al menos tres años”, con la única excepción de “cargos con requisito de título habilitante o que tengan atención en educación, salud o seguridad».
  • “Rever los gastos asesores que no son esenciales”. Se hace hincapié en que abarca “a todas las intendencias”.
  • “Aprobar que los legisladores deban rendir sus viáticos y devolver los sobrantes” y que se suspenda el pago de “partidas que no son necesarias” (“gastos en prensa, de celular, de representación y de secretarios”).
  • “Eliminar campañas publicitarias del Estado que no tengan fines sanitarios”.
  • “Rediseñar” las políticas sociales en salud y educación en busca de una “eficiencia mayor”, con el objetivo de “mejorar la calidad de vida de las familias y desarrollar la cultura de trabajo».
  • “Aprobar una ley fiscal que obligue a cualquiera que sea que gobierne a no gastar más de lo que ingresa”.
  • Bajar el litro de gasoil a $31 y la tarifa de energía eléctrica en un 15% con el fin de “mejorar la competitividad a sectores que consumen energía para su producción».
  • Exoneraciones de las deudas para algunos sectores. “Hay que trabajar en el reperfilamiento con períodos de gracia y paquetes de negociación de deuda».
  • “El atraso cambiario está matando a muchos productores». Solicitan medidas para eliminar esta situación.
  • “Queremos que los políticos presenten ideas claras de desarrollo del país, y no más eslóganes bonitos hechos por empresas publicitarias”.