Cine de terror con aciertos y yerros; fórmula bien imitada Solidez de ámbitos fantásticos

Rusia > MIRANDO A HOLLYWOOD

Por A. Sanjurjo Toucon

La novia (Nevesta). Rusia 2017. Dir. y guión: Sviatoslav Podayevskyi. Con: Victoria Agalakova,  Wyacheslav Chepruchenko, Aleksandra Rebenok.

Este film ruso pertenece al género de terror. En su  comienzo, ya plantea coordenadas en las que pueden detectarse antecedentes hollywoodianos. La joven visitando  la  solitaria  casa de la familia de su novio, con el que pronto ha de casarse, halla en el lugar objetos y seres por demás extraños.  Semejante inicio halla sobradas situaciones  argumentales que llevan a recordar al cine terrorífico norteamericano. Pero, el realizador Sviatoslav Podayevskyi  si bien maneja un estilo parangonable con el de sus colegas estadounidenses, le imprime a este trabajo    un sello   peculiar. En   casi  toda la mitad  inicial,  la visitante es protagonista de un relato en que la  componente terrorífica, proveniente en su totalidad de situaciones aparentemente cotidianas, recogidas por  una cámara ubicada en ángulos y planos  que, acompañados de una escenografía despojada (con lo que ello supone un abatimiento de costos), música impersonal con aires inquietantes, y una pátina azulada apoyando visualmente la historia, consiguen generar  “miedo”, de forma natural, en base a climas, sin necesidad de truculencias, que sí  aparecen en la segunda  mitad, entregada al “gore” hollywoodiano  y sanguinarios demonios.


El círculo (The Circle). Emiratos Árabes Unidos / EE.UU. 2017. Dir.: James Ponsoldt. Con: Ema Watson, Tom  Hanks, John Boyega.    

La joven ha conseguido trabajo en importante empresa de internet, manipulará la información que allí obtenga. Con el secreto sistema podrá realizar cambios en perfiles, cuentas bancarias y todo el espectro del mundo informatizado.

Palabras más´, palabras menos, así comienza “El círculo”;  cuanto sigue es una historia más o menos kafkiana (con el sentido que el diccionario de la RAE otorga al término  en la tercera acepción). Analizada en  forma y contenido, se comprueba que aquí existen: actualizaciones del  panóptico, una notoria deuda con George Orwell  y su novela ”1984” – llevada a la  pantalla en dos  ocasiones- más un toque de “Brazil” de Terry Gilliam, y otras múltiples realizaciones de (una vez más) ambiente kafkiano.

Quien esto escribe, vio “ El círculo” en dos oportunidades, constatando que era difícil hallar algún elemento  que indicase si se trata de un film surrealista, de un intento de advertir a la humanidad acerca del calentamiento global u otra cosa, o simplemente un bodrio perpetrado (valga el neologismo)  por esta unión económica “ad-hoc”, entre los “Emiratos  Árabes Unidos”  y los “Estados Unidos de América”.