Intimista aproximación a quienes hoy miran un pasado de trágicas e imposibles utopías

Dos estrenos uruguayos > DE LA GENTE Y SUS DOLORES

Por Álvaro Sanjurjo Toucon

Trazos Familiares. Uruguay 2017. Dir. y guión: José Pedro Charlo. Fotografía  y cámara: Diego Varela. Con testimonios de: Héctor Salvo, Laura Sánchez, Ernesto Salvo, Marta Barreto, Federico Salvo, Mariana Zaffaroni, Daniel Argento, Camilo Casariego, Lilian Celiberti, Francesca Casariego.

Media docena de films (“Héctor el tejedor”, “A las 5 en punto”, “El círculo” (codirigida por Aldo Garay), “El almanaque”, “Los de siempre”, “Trazos familiares”) realizados entre 2000 y 2017, pautan la trayectoria de José Pedro Charlo (Montevideo, 1953). Todos ellos “documentales”, dando esta denominación a un impreciso género quizás más adecuadamente definible como “todo cuanto no sea ficción”.  Ello está implicando que los puntos de vista del film son (o bien ‘no son’, lo cual  es una manera de ‘ser’) los asumidos por el realizador en la final etapa de compaginación. Siendo teórica y prácticamente posible, la manipulación del material registrado.

En “A las cinco en punto” evoca la huelga general de resistencia de los uruguayos ante el Golpe de Estado de 1973. “El círculo” homenajea a un científico perseguido por la dictadura, a la vez que enfatiza en determinados grupos de izquierda. Lo cual no deja de ser legítimo a la vez que una honesta manifestación de militancia en el campo de la creación cinematográfica. “El almanaque” es un film  que llega a irritar cuando, para nosotros, se aproxima a un benigno Síndrome de Estocolmo.

Como puede verse, y sin considerarnos dueños de la verdad, el cine de Charlo es polémico, si se quiere condicionado por una mirada al doloroso pasado dictatorial, propia del momento de realización de los filmes.

Ahora, con “Trazos familiares”, surge un José Pedro Charlo que sin desconocer la tortura, el asesinato, los hijos robados, los detenidos desaparecidos, entre otros avasallamientos aún impunes, se introduce en motivaciones, ilusiones, esperanzas y frustraciones de quienes fueran opositores desde diferentes trincheras.

El punto de partida, el pretexto para iniciar este fantástico buceo en el alma humana, es el viaje al Uruguay que, en los estertores de la dictadura, realizan los hijos de los exiliados. A partir de ese instante, un formidable encadenamiento de confesiones íntimas, profundamente humanas, emerge desde el pasado, tan lejano y tan próximo,  conjuntamente con lo que es evaluación en unos casos, destino ineludible en otros, o simplemente imágenes donde la palabra se quiebra  y los ojos se humedecen en elocuente silencio.

El exilio en el que quedan atrapados los que se fueron para salvarse a sí mismos y a sus hijos en muchos casos, se traslada a esa generación siguiente. Impone sus estigmas en las relaciones familiares. Y en la que quizás sea una de las más desgarradoras experiencias, la recuperación de la identidad y de la cruel  historia, de los hijos robados.

Charlo no reniega de su cine comprometido, retorna con una cuota de estremecedor y humano dramatismo, en definitiva sustento de su ideario.  Lo hace  con una bien articulada compaginación de imágenes,  dolorosamente conmovedoras y dramáticamente hermosas.


Respirar. Uruguay / Argentina 2018. Dir.: Javier Palleiro. Guión y Producción: Guillermo Rocamora y Javier Palleiro. Con: María Canale, Esteban Bigliardi, César Bordón.

La mujer despierta en medio de una pesadilla, oye, o cree escuchar, el llanto de un bebé. Su comportamiento deja traslucir una personalidad frágil e insegura, condición enfatizada al saberse embarazada. Iniciándose una serie de trámites para un posible aborto, insinuando un film sobre tan discutida cuestión.

Un diálogo posterior, entre la mujer y su ex pareja, movería a risa  si no fuera esta una realización honestamente a la búsqueda de planteos medulares. Sorprendido por una paternidad no esperada, el hombre preguntará si él es el padre. Ante una respuesta afirmativa, se limitará a exclamar “pero tu estuviste saliendo con un tipo”, lo cual no es desmentido. El hombre no hará más mención al asunto, en tanto se entusiasma con la recomposición de la rota relación.

La figura femenina, con sus dudas y actitudes neuróticas, conduce el film. Tiene empero un diseño de personalidad que reclama a gritos algo más que ese personaje monocorde, del que nada conocemos. Y he ahí que se halla la principal falla del guión. Se apoya en una criatura de la que no existen referentes. Tampoco existe cuanto pueda explicar un ávido comportamiento sexual que, como tantas otras insinuaciones no definidas, más que definitorio es encargado de desdibujar al personaje.

La actriz argentina María Canale ofrece constantemente la sensualidad  que se adosa al personaje, pero, como otros componentes de su personalidad, se muestra huérfana de sustento. Los dos personajes masculinos protagónicos son lastimosamente interpretados.

El guión da la sensación de haber dejado en el tintero psicologías  y diálogos que sus responsables dan por sobreentendido. Así, ante otras cosas, un posible padre o hermano de la protagonista, se demora innecesariamente en aclarar de quién se trata.

Más allá de los yerros del guión, el uruguayo Javier Palleiro –que como cortometrajista alcanzara notoriedad en Cannes, y co-produjera numerosos filmes en la Argentina, entre ellos los valiosos “La luz incidente” y “El Pampero”- debuta en el largometraje con este film. Un testimonio de su notoria capacidad para “contar” una historia en términos de imágenes, aún  cuando el guión no sea adecuado.

Coproducción uruguayo-argentina, la realización crea una ciudad que puede corresponder a Montevideo o a varias urbes argentinas. Bienvenida síntesis urbanística platense, que diferentes legislaciones tornan imposible.  Seguramente, al igual que ocurriera con el voto femenino, la despenalización del aborto llegará a la Argentina después que a esta Banda Oriental.

Una realización fallida y honesta. Seguramente realizada con un presupuesto acotado. El camión que se ve parcialmente en una escena nocturna en el muelle, es el sobradamente conocido móvil que transporta elementos técnicos de la empresa Musitelli.