Lo principal es sacar al Frente Amplio del gobierno

Por Álvaro Dastugue (*) @AlvaroDastugue

Una de las mejores cosas que tiene la política es conocer a la gente, escucharla y saber cuáles son sus problemas así como también sus esperanzas. Recorriendo los barrios de Montevideo y las ciudades y pueblos del interior escucho una y otra vez variantes de los mismos problemas:

  • La delincuencia acosando a las personas de bien
  • Las fuentes de trabajo que se pierden
  • Las dificultades económicas
  • La mala educación dentro y fuera de las aulas
  • Las familias que se rompen y sufren
  • La pérdida del respeto en todos los ámbitos
  • El sueldo que no alcanza

La gente nos cuenta, a los políticos que queremos escuchar de verdad, sus penas y sus sufrimientos. Nos cuenta sus miedos y sus enojos, también. Y todo conduce hacia un mismo lugar, hacia un mismo obstáculo: los 15 años de malos gobiernos del Frente Amplio.

El Frente Amplio es hoy por hoy un problema para la mayoría de los uruguayos. El principal problema de todos, el cuello de botella que va achicando y estrangulando la vida de nuestros compatriotas. Porque los problemas de inseguridad, el auge de la delincuencia, las dificultades económicas, el fracaso educativo y la pérdida de valores familiares no son un invento del Frente Amplio pero sí son facilitados por las pésimas decisiones de gobierno que esa fuerza política ha tomado en momentos clave de nuestro tiempo.

Insisto: El Frente Amplio mismo se convirtió en el problema.

Por lo tanto lo principal en este momento es sacar al Frente Amplio del problema, quitarlo de los lugares de decisión utilizando la herramienta democrática del voto. Solo votos y nada más que votos para desalojarlos del gobierno. Votos para que el Partido Nacional encabece un nuevo gobierno que por fin atienda a la gente, que por fin resuelva de verdad los problemas y que por fin ayude a reconstruir la fe y la esperanza de todos.

Nuestro Partido Nacional tiene una herramienta fundamental para ganar la próxima elección y comenzar la dura pero hermosa tarea de recuperar lo mejor de nuestra comunidad. Esa herramienta es la unidad.

“La unión nos hará fuerza” dice nuestro escudo. Es una frase sabia. Una frase que resume esa comunidad espiritual que somos. Una frase que es cierta en todos los ámbitos de la vida. Porque la unión le da fuerza a una pareja, a una familia, a un grupo humano, a un partido político.

Para conquistar el gobierno necesitamos esa unión, ese abrazo, esa fraternidad, esa ayuda de unos a otros, ese poner el hombro todos los blancos para empujar todos en la misma dirección. La dirección de sacar al Frente Amplio del gobierno para cambiar por fin las cosas y beneficiar a las grandes mayorías nacionales.

Somos un partido de personas libres y autónomas, un partido que no es de autómatas sino de seres humanos pensantes y sintientes. Tenemos distintas agrupaciones con distintos candidatos y con matices políticos entre nosotros. Pero somos uno. Un partido. Una comunidad espiritual. Un proyecto para el futuro inmediato. Una y solo una responsabilidad a encarar desde un nuevo gobierno que comenzará ya el año próximo. Un idéntico compromiso con esa multitud de uruguayos que nos piden que los ayudemos, que les demos una mano cambiando el gobierno.

Yo sé que la política es pasional. Pero sepamos que sin unidad nos devoran los de afuera. Y ya sabemos cuáles son los de afuera y qué han hecho con el país durante los últimos 15 años.

Las diferencias políticas son legítimas. Pero que nadie descalifique a un compañero del partido simple y solamente porque piensa diferente o apoya a otro candidato. Que nadie agreda a otro compañero por apoyarse en otra de las ramas de este viejo tronco que es el Partido Nacional.

Estamos en una etapa fundamental de nuestro viaje. Para llegar a destino tenemos que viajar juntos, en una sana convivencia y en una respetuosa discrepancia cuando corresponda. Y tenemos que saber hacia dónde vamos.

Millones de ojos y millones de oídos están pendientes de nosotros. La gente común del pueblo, esa que no es política pero que sufre en primera persona los errores políticos, esas personas de carne y hueso esperan que los ayudemos a resolver sus problemas. Esperan que nosotros estemos a la altura de sus esperanzas. Esas personas quieren cosas sencillas: vivir tranquilos y en paz, caminar seguros por las calles, ir a trabajar y ganarse el pan, formar una familia, criar y educar a sus hijos con amor, crecer y tener oportunidades en la vida.

No es política. Es la vida real de las personas. Es esa multitud la que necesita un Partido Nacional unido, sereno, firme, en el que nadie sea más que nadie y en el que todos caminemos juntos en la misma dirección. Un partido de brazos abiertos y de manos tendidas. Un partido dentro del cual demos ejemplo de los valores humanos que queremos para la sociedad toda.

El Frente Amplio ya agotó su modelo, ya fracasó en cuestiones esenciales y ya se convirtió en parte fundamental de los problemas de hoy en día. Tuvieron una larga y generosa oportunidad de gobernar durante 15 años y nos dejan un largo listado de gente sufriendo, una herencia maldita que habrá que corregir. No hay nada que sea políticamente más importante que sacarlo del gobierno y poner a cargo al Partido Nacional. Eso es lo principal. Allí está la prioridad para estos meses. Ese es el rumbo. Y hacia allí tenemos que ir unidos.

Escuchando a la gente a lo largo y a lo ancho del país veo cada vez más claramente que el Partido Nacional no es solamente un partido político. Es el nombre que la gente le ha puesto a su esperanza de una vida mejor.

(*) Diputado por el Partido Nacional