UPM y un Gobierno sin rumbo

Por Juan José Olaizola (*)

 @juanjoolaizola

La semana pasada recibimos al ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, en la Comisión de Transporte de la Cámara de Diputados. Convocado por temas vinculados a AFE, consideramos propicia la ocasión para plantearle distintos aspectos vinculados al proceso que se lleva adelante, con vistas a la posible instalación de una nueva pastera de la empresa UPM al norte del Río Negro. Allí planteamos nuestra preocupación por la escasa información disponible sobre las negociaciones en curso. Dentro de lo que ha trascendido, inquietan las distintas posiciones que manifiestan importantes jerarcas del Gobierno en torno al tema. El ministro de Transporte y Obras Públicas es un impulsor decidido del proyecto y sus declaraciones públicas han ido en ese sentido. Sin embargo, el exintendente de la capital, Arq. Mariano Arana, ha planteado reparos acerca del ingreso del tren a nuestra ciudad, y a la utilización del Puerto de Montevideo por parte de UPM. Estos planteos han sido secundados por distintos actores políticos del FA. Hasta ahí se podría decir que el barco navegaba en aguas relativamente tranquilas, aunque se advertían algunos nubarrones. Pero en los últimos días, han aparecido declaraciones del ministro de Economía y Finanzas, Cr. Danilo Astori (Busqueda Nº 1920), que no dejan de ser preocupantes. En esa entrevista, el ministro Astori advierte: “No podemos dejar para las futuras generaciones una carga fiscal muy espesa debido a la instalación de UPM”. Más adelante dice: “Esto hay que examinarlo cifra por cifra y rubro por rubro. Hay que mirarlo con lupa, porque hay una tendencia a creer que como ya tenemos dos plantas, la tercera es una pasadita”. Las declaraciones de Astori abren un manto de duda sobre el futuro del proyecto, teniendo en cuenta el rol central que juega el ministro de Economía en las principales decisiones del Gobierno y en cuestiones vinculadas al endeudamiento del país.

Otro aspecto relevante y que debe aclararse, es la relación en el tiempo entre las obras de infraestructura necesarias para UPM, y la decisión efectiva de la empresa de realizar la planta. Si Uruguay va a invertir más de U$S 1.000 millones para desarrollar esas infraestructuras –posiblemente postergando otras obras que son necesarias en distintos puntos del país-, debe exigir como contrapartida el compromiso de la empresa de realizar el emprendimiento. Salvado este aspecto fundamental, los plazos manejados por el Gobierno para los llamados y la realización de las obras parecen ser demasiado optimistas.

Es importante saber si Uruguay cuenta con interlocutores capacitados para negociar con los representantes de UPM sobre aspectos vinculados a la operativa de las cargas. Este tema no es menor, y un paso mal dado en ese sentido puede representar importantes perjuicios para el país en el futuro.

Ante los planteos sobre la importancia de definir en qué órbita estará el control de tráfico de trenes y el tema de los accidentes que se han registrado en las vías de AFE en los últimos años, el ministro manifestó su intención de crear dos órganos a tales efectos. Esta visión nos preocupa y no la compartimos. Los problemas se deben encarar con medidas de gestión modernas, y no agrandando la burocracia estatal, por demás sobredimensionada.

En cuanto a la utilización de espacios en el Puerto de Montevideo, estaremos atentos al cumplimiento de lo previsto en los artículos 11 al 13 de la Ley 16.246 (Ley de Puertos), que este año cumple 25 saludables años, y en el art. 39 del Dec. 412/992 (reglamentario de la Ley de Puertos).

También deberá quedar claro el número de trenes que transitarían entre la planta de UPM y el Puerto de Montevideo. Ha trascendido que podrían ser ocho de ida y ocho de regreso; actores del Gobierno han hablado de un máximo de siete. Si la planta producirá 2 millones de toneladas/año de celulosa, y consideramos 350 días de trabajo efectivo, veremos que estamos hablando de aproximadamente 6.000 toneladas por día, es decir tres convoyes de 40 a 45 vagones (50 toneladas/vagón aprox.) que ingresarán al Puerto de Montevideo y tres convoyes de regreso. La pregunta que surge es si es necesario, si hablamos de seis convoyes por día, realizar los pasos elevados y obras de soterramiento de los que se ha hablado, y si es necesario invertir ese dinero en esas obras, o puede ser dedicado a otros temas de urgencia.

En el mismo sentido, estamos preocupados por la operativa de la empresa SELF (que opera en régimen de derecho privado y es propiedad de AFE y la CND). Advertimos al ministro Rossi en julio de 2015 que no parecía conveniente que cuatro dependencias públicas tuvieran injerencia en la actividad ferroviaria, y que se precisaba una racionalización del sistema. El Gobierno decidió crear SELF, que ha perdido U$S 1,5 millones por año (2015 y 2016), movilizó 650.000 toneladas el año pasado (la cifra de carga por tren más baja de la historia), y que se apresta a endeudarse por hasta U$S 25 millones para la compra de material rodante. La empresa estará seriamente afectada en su actividad si las obras de UPM se llevan adelante, ya que verá impedido el acceso ferroviario al Puerto para trasladar sus principales cargas (principalmente productos exportables) por un lapso considerable, debiendo recurrir al camión para el ingreso a Puerto, con el consiguiente incremento de costos, y riesgo real de pérdida de clientes. Nos parece una decisión inteligente hacer un alto, considerar si se están tomando buenas decisiones en esta materia, y si es necesario seguir endeudándose en este contexto de malos resultados de la empresa, y donde no está previsto que SELF pueda transportar una parte de la celulosa de la nueva pastera, si esta se concreta.

El Partido Nacional ha tenido una postura coherente en materia de fomento a las inversiones extranjeras, y en particular en esta área de actividad. Ha apoyado los instrumentos jurídicos que favorecieron el desarrollo forestal en nuestro país, y ha apoyado los emprendimientos de UPM en Fray Bentos, y de Montes del Plata en Conchillas. También vemos con buenos ojos la instalación de una nueva planta al norte del Río Negro. Pero es necesario que nuestro país cuente con un rumbo claro en esta materia, y con negociadores capacitados, que estén a la altura de la importancia de las decisiones que se están tomando.

(*) Diputado del Partido Nacional – Lista 404. Integrante de la Comisión de Transporte, Comunicaciones y Obras Públicas de Diputados. Presidente de la Comisión Departamental del PN Montevideo.