Capacidad ociosa de maquinaria industrial registró niveles históricamente altos

Dólar bajo> Permitió un proceso de sustitución de mano de obra por tecnología

La utilización de maquinaria industrial registró en 2016 una importante baja, actualmente registra una capacidad ociosa que se ubica en el entorno del 37%, un nivel históricamente alto si se considera que el promedio de la capacidad ociosa entre 2011 y 2015 fue de 33%. El 2007 fue el año con menor registro (30%).

En 2016, el Índice de Inversión en Maquinaria y Equipos (IMEQ) de la industria creció 22,1% en términos interanuales, de esta manera se recuperó de la fuerte caída del 21,4% de 2015, la mayor de los últimos doce años. Esta recuperación responde a un escenario de producción del “núcleo industrial”, que, si bien continuó su contracción de 0,9%, mostró un menor deterioro que el año anterior. Esta apuesta a la inversión en maquinaria y equipos por parte de las empresas manufactureras y el correspondiente aumento del parque industrial, aún en épocas de caída o de bajos niveles de producción, es consistente con el clima de negocios uruguayo, que desde hace ya varios años transita por un escenario de disminución del tipo de cambio real, que en términos relativos encarece los recursos humanos con relación a la incorporación de capital.

En 2016, el Índice de Stock de Capital Fijo de Maquinaria y Equipos en la industria registró un aumento del 5,2% en relación al año anterior, ubicándose en niveles elevados en la comparación histórica. En buena parte, este incremento obedece al hecho de que el año pasado aumentó la inversión en la industria, luego de haberse contraído en 2015. En este sentido, en 2016, el Índice de Inversión en Maquinaria y Equipos (IMEQ) de la industria creció 22,1% en términos interanuales, luego de que en 2015 se registrara la mayor caída de los últimos doce años (-21,4%). Esta recuperación de la inversión se enmarca en un escenario de menor deterioro de la producción del “núcleo” industrial, la cual se contrajo 0,9% en 2016.

Cabe mencionar que en 2015 la contracción de la actividad del sector alcanzó una tasa del orden del 4,5%. Al mismo tiempo, y como correlato de estos elevados niveles de inversión y stock de capital se está produciendo una baja del grado de utilización de la maquinaria. Con relación a ello, en 2016, la capacidad ociosa se ubicó en promedio en el 37%, un nivel históricamente alto.

Menos mano de obra, más tecnología

La persistencia de la inversión en maquinarias y equipos por parte de las empresas manufactureras, y por ende, el aumento del parque industrial, aún en épocas de caída o de bajos niveles de producción, es consistente con el clima de negocios de nuestro país. En efecto, por un lado, desde hace ya varios años se viene transitando por un escenario de disminución del tipo de cambio real, que en términos relativos encarece el factor trabajo con relación a la incorporación de capital.

En otras palabras, el costo en dólares de la maquinaria se abarató con un dólar bajo, con lo que se viene observando un proceso de sustitución de mano de obra por tecnología. Producto de la misma causa, los sectores con mayores descensos en sus niveles de producción han sido los más intensivos en mano de obra. Por el contrario, varios sectores intensivos en capital tuvieron mejor desempeño, lo que favoreció la importación de maquinarias y equipos, y apuntaló el crecimiento del stock de capital. Este fenómeno produce que al mismo tiempo que aumenta el parque de maquinarias, el empleo en la industria continúa en descenso. En el sector se corrobora una caída acumula del 15% entre 2012 y 2016.

En segundo lugar, la administración de los recursos humanos “se ha vuelto compleja”, sentencia el informe de la Cámara de Industrias, dado que se han introducido normas que quitan flexibilidad a la gestión, y la evolución de los costos de la mano de obra ya no depende únicamente de cada empresa, lo que perjudica particularmente a las pequeñas y medianas empresas, y a las empresas de baja productividad. Lo anterior, en términos relativos, también favorece a las actividades intensivas en el uso de maquinarias, e incentiva su mayor incorporación.

En tercer lugar, las tasas de interés se han ubicado en niveles históricamente bajos, lo que hace más rentables los proyectos de inversión para la incorporación de tecnología. Finalmente, los beneficios fiscales a la inversión mayormente están orientados a exonerar un porcentaje de los bienes elegibles, donde la maquinaria y los equipos son los componentes más importantes, lo que favorece la importación de este tipo de bienes.