La Escuela de Negocios de la Universidad de Montevideo (UM) lanzó el pasado miércoles su nuevo Centro de Estudios. Sus directores Ignacio Munyo, Juan Martín Olivera y Nicolás Santo discursaron sobre las claves de la relación comercial entre ambos países y cómo Uruguay puede aprovechar el liderazgo chino en infraestructura.
Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo
El IEEM lanzó el Centro de Estudios China-América Latina para el Comercio y la Empresa (Cecalce). Éste tiene como objetivo principal promover la investigación y estudio de la realidad comercial y empresarial en China y Latinoamérica, particularmente en Uruguay.
Además, se buscará difundir los aportes y propuestas derivados de las investigaciones y estudios que se realicen, presentándolos en ámbitos académicos, políticos, culturales y sociales, según el IEEM.
Profundizar amistades
El economista Ignacio Munyo resaltó, antes que nada, cómo China se ha convertido en el principal socio comercial de Uruguay. En los últimos diez años, las exportaciones al país asiático se multiplicaron por diez, significando así el 22% de los productos de exportación de Uruguay. “Por lo tanto, creemos que todo el esfuerzo que se pueda hacer desde nuestro país para mejorar esta relación es absolutamente vital”, expresó.
Es así como, desde el Centro, están convencidos que “los costos son bastante menores y los beneficios son gigantescos” de poder profundizar una relación comercial con China.
Munyo, entonces, consideró “vital” que el país analice “a fondo” los costos y beneficios, ya que “tiene que estar presente en los que toman decisiones”. En este sentido, detalló que es “fundamental” separar los costos reales de los imaginarios con relación a los TLC.
Por otro lado, el economista insistió en que el país necesita una mayor inserción internacional. “Es, para los próximos períodos, la madre de todas las reformas”, opinó, ya que permite potenciar reformas microeconómicas y obliga a generar las reformas necesarias para poder competir.
Enfocarse en lo que China sabe
“Queríamos tocar un punto que es bien relevante para Uruguay, por las carencias que sabemos que existen y que sigue sin tener una resolución completa, para afrontar en definitiva esas debilidades que tiene nuestro país y que no dejan de ser una traba al crecimiento, que es la falta de una infraestructura adecuada”.
Así, Juan Martín Olivera discursó sobre el liderazgo del gigante asiático en infraestructura, y cómo Uruguay puede aprovecharlo.
Comprender cuál es el rol de las empresas constructoras chinas, ofrecer un sistema de garantías satisfactorio, contar con un sistema laboral amigable para la empresa, prever plazos más prolongados para la evaluación de proyectos, y adaptar los procedimientos competitivos a estándares internacionales.
Para el socio de Olivera Abogados, estas son las cinco claves que Uruguay debe seguir para aprovechar el liderazgo chino.
Task Force
Por último, Nicolás Santo, doctor en Derecho por la UM, presentó la Task Force Uruguay-China. Esta herramienta, añadió, generará “vínculos de calidad” con China.
Según explicó, una task force es “un grupo de profesionales que se reúnen para realizar un trabajo en particular”. Así, esta unidad debe situarse en una convergencia entre el gobierno, el sector privado y la academia.
Ese posicionamiento entre los tres actores provee de contactos calificados, inteligencia de negocios y conocimiento práctico (“know-how”), “tres elementos que contribuyen a la creación de nuevas oportunidades con China”, detalló.
De esta manera, Santo listó cuatro áreas de acción para la Task Force.
En primer lugar, desarrollar la estrategia de negocios a China; en segundo lugar, lanzar una iniciativa marco de promoción de inversiones; en tercer lugar, lanzar una iniciativa marco de complementación productiva; y finalmente, generar un plan de cultivo de talentos que puedan contribuir a estas relaciones.
Marcando agenda
La primera iniciativa que el Cecalce llevará adelante será el lanzamiento de la Agenda Estratégica Uruguay-China 2030.
Santo indicó que esta instancia será una “usina generadora de ideas” y que, además, les dará a los protagonistas calificados de la relación entre ambos países un espacio para que puedan presentar sus ideas.
Es así como estos profesionales contribuirán a un buen posicionamiento estratégico de Uruguay con China.
Por otro lado, se eligió el 2030 como “fecha emblema” porque “en este mundo que cambia a una velocidad vertiginosa, proyectarnos más allá de esa fecha es utópico”, opinó.
“Entonces creemos que un plazo de diez años es un plazo razonable, mediano, para que podamos pensar esta relación con China”, acotó Santo.
