Expertos disertaron sobre la coyuntura económica local y mostraron diferencias

Conferencia > Coinciden en que habrá un “desempeño macroeconómico pobre”

La situación económica por la que atraviesa Uruguay y sus perspectivas a futuro fueron el tema sobre el que giró una disertación que reunió a tres expertos que mostraron sus diferencias sobre el diagnóstico y el tratamiento a seguir. Benavente se enfocó en la necesidad de lograr consensos en temas claves; Munyo estimó que Uruguay tiene dos caminos: volverse más barato o más productivo; y Roselli sugirió al próximo gobierno corregir los desequilibrios macroeconómicos e impulsar el crecimiento de largo plazo.

El Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) convocó a una conferencia el pasado lunes bajo el título de “Crecimiento, inversión y empleo”, donde disertaron la presidenta de la Academia Nacional de Economía, María Dolores Benavente, Pablo Roselli, socio de Deloitte, e Ignacio Munyo, director del Centro de Economía, Sociedad y Empresa del IEEM.

Benavente fue la primera en hacer uso de la palabra, y se refirió al contexto que los países de la región enfrentan y amenazan a Uruguay. Al respecto, analizó qué puede hacer el país para desacoplarse de la situación de sus vecinos: debe estar fuerte en materia de competitividad, debe tener una macroeconomía ordenada, debe ser abierto al mundo y no tan autodependiente, debe tener un gasto público que no asfixie la actividad privada y debe tener relaciones laborales fundacionales al modelo económico.

Para lograr esto, es decir, para lograr el desarrollo económico, es necesario llegar a algunos consensos clave, en temas como competitividad, inserción internacional, relaciones laborales, educación y seguridad ciudadana, por nombrar algunos. “Sin embargo”, valoró Benavente, “hay una cosa que trasciende a todos estos temas, y son la confianza y el liderazgo”. “Nos tiene que unir un enemigo común, o en forma más positiva, nos tiene que unir un nuevo paradigma, algo que nos ilusione y nos haga ir detrás de eso. Para eso se necesita liderazgo, y para eso se necesita confianza”, añadió.

Remarcó además que los consensos son importantes porque “refuerzan la participación, la democracia” y permiten políticas de Estado que trascienden los períodos de gobierno. De alguna manera permiten también que los países puedan mirar con una mirada de más largo plazo más allá de las coyunturas que esté teniendo.

En este sentido, consideró menester llegar a acuerdos en aspectos clave de la economía porque “el mundo sigue avanzando, y si Uruguay sigue mirándose el ombligo y sigue pensando que puede hacerlo a la uruguaya, resulta que no hay un modelo a la uruguaya”, aseveró. A su entender, el modelo está en salir todos juntos detrás de un paradigma común, si no Uruguay estará siempre “a merced” de lo que les suceda a sus “inestables” vecinos. Se empeñó en este punto, sosteniendo que es necesario buscar esos temas clave en los que consensuar para que el próximo gobierno pueda enfrentarlos.

“No hay desacople”

Le llegó su turno a Munyo, quien se dedicó a realizar un análisis coyuntural de la realidad uruguaya.

En desacuerdo con Benavente, señaló que Uruguay no tiene desacople con Argentina; el desacople “que tanto se habla” se da si se tiene en cuenta el sector telecomunicaciones, que en Uruguay representa un 20% del PIB mientras que en Argentina un 8%. Al remover este sector, “no hay desacople”, indicó.

En materia de empleo, resaltó la diferencia entre este factor y los salarios: mientras el primero cayó en 6% desde 2014, el segundo aumentó el mismo valor.

De esta manera, reconoció tres fases que se dieron a lo largo de los últimos 14 años. Desde 2004 a 2010, el empleo y los salarios crecían a la par; desde 2010 hasta 2014 el empleo comenzó a mostrar signos de estancamiento pero los salarios siguieron aumentando; y desde 2014 hasta la fecha el empleo comenzó a caer pero los salarios se mantenían en aumento.

En materia internacional, Munyo estimó un dólar de entre $32 y $34 para fines de este año, “depende del humor de Trump”, según explicó. Esto se debe a las decisiones drásticas que el mandatario estadounidense ha tomado a lo largo de este año, como por ejemplo la guerra comercial con China o las discusiones con la Fed.

Por esto, sumado a los shocks que se espera que Brasil y Argentina sufran, Uruguay tiene dos opciones a tomar. El primero, volverse más barato por la baja de nivel de productividad; el segundo, “seguir por el camino de tratar estos consensos nacionales” -señaló Munyo en referencia al discurso de Benavente- “hacia levantar las barreras enormes que tiene el país para volverse más productivo”.

“Desempeño pobre”

Por último, Roselli continuó la idea inicial de Munyo, y discrepó con no incluir al sector de las telecomunicaciones en el análisis del desacople frente a los países de la región. “El desempeño de la actividad económica en Uruguay ha sido notoriamente mejor que Argentina y Brasil, incluso los últimos años. Sacar al sector que crece más por definición nos va a planchar la actividad económica”, justificó.

Sin embargo, dejó en claro su juicio que, a pesar de estar mejor que la región, en Uruguay la actividad económica no ha tenido un “muy buen desempeño” en los últimos años.

Por otra parte, para lo que resta de 2018 y todo 2019 Roselli proyectó un “desempeño macroeconómico pobre” para Uruguay, acompañado de una inflación del entorno a 8% para el cierre de este año y alrededor de 8% y 10% para el que viene.

Esta cifra de inflación para 2018 “va a complicar” la ronda de negociación salarial actual, porque “si uno mira en forma literal las pautas del gobierno no permitirían preservar en términos reales el valor de los salarios, que es un punto que seguramente traiga discusiones”, informó. A su vez, las pautas salariales aumentarán los salarios en torno al 8% anual, de acuerdo al economista.

Con todo esto, Roselli hizo varias sugerencias sobre problemáticas en las que el próximo gobierno debería enfocarse. Corregir los desequilibrios macroeconómicos presentes y tomar medidas que impulsen el crecimiento económico a largo plazo –estas dos no son sustitutos, son complementarias-; implementar un ajuste fiscal “importante”; “revisar” las negociaciones salariales; y tener un objetivo de inflación “mucho más ambicioso” que el que Uruguay tiene hoy.


Impuestos sí, impuestos no

Durante su discurso, Roselli se mostró a favor de la necesidad de bajar el gasto público ya que está convencido “de que el Estado uruguayo gasta en cosas que no debería gastar, y estoy convencido de que es una cantidad relativamente importante”.

En este sentido, opinó que para lograr este cometido debe hacerse con reformas “estructurales”; “no creo que sea un tema de microcirugías”, y agregó también que “cuanto antes reconozcamos que hay que subir impuestos, mejor”.

Benavente, en respuesta, indicó que es “fácil” hacer una suba en el corto plazo, pero no existe una ética de parte del gobierno para hacerlo. “No puedo ni pensar subir un punto de IVA sin pensar en que las cosas se estén haciendo bien”, recalcó.

Munyo, por su parte, opinó que “no hay espacio para más impuestos” en la economía actual, y reforzó la necesidad del próximo gobierno de enfrentar los temas que Roselli sugirió.