FMI: Incremento de las tensiones comerciales “podría descarrilar la recuperación”

Mercados > CONDICIONES SIGUEN SIENDO FAVORABLES PERO “SITUACIÓN PODRÍA CAMBIAR”

Aunque las proyecciones de crecimiento de la economía mundial se mantuvieron sin cambios, esperando que el PIB global crezca un 3,9% en 2018 y 2019, el FMI advierte que la escalada en las tensiones comerciales “podría descarrilar la recuperación y empañar las perspectivas de crecimiento a mediano plazo”. Asimismo, se alerta de un ensanchamiento de las divergencias entre Estados Unidos de un lado, y de Europa y Japón por el otro.

“En este momento en que la recuperación cíclica mundial está por cumplir dos años, el ritmo de la expansión parece haber tocado máximos en algunas economías y el crecimiento entre los países está menos sincronizado”, señala el último informe Perspectivas de la economía mundial (WEO por sus siglas en inglés) elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Si bien las estimaciones de crecimiento no mostraron cambios, y se espera que la economía mundial crezca un 3,9% este año y el próximo, se advierte que esta expansión “ya no es tan uniforme y los riesgos para las perspectivas se están agudizando”. Para el FMI, la tasa de crecimiento parece haber alcanzado máximos en algunas grandes economías, al tiempo que parece constatarse un ensanchamiento de las divergencias entre Estados Unidos de un lado, y de Europa y Japón por el otro.

Comportamientos varios

En Estados Unidos “el ímpetu a corto plazo se está afianzando (…) y el dólar se apreció alrededor de 5% en las últimas semanas”, detalla. Sin embargo, las proyecciones de crecimiento han sido revisadas a la baja para Japón, el Reino Unido y la zona del euro, como consecuencia de sorpresas negativas para la actividad a comienzos de 2018.

Entre las economías de mercados emergentes y en desarrollo, las perspectivas de crecimiento también son más desiguales, en un contexto marcado por el avance de los precios del petróleo, el aumento de las rentabilidades en Estados Unidos, las crecientes tensiones comerciales y las presiones que genera el mercado sobre las monedas de algunas economías con fundamentos económicos más débiles. En ese sentido, se revisaron a la baja las proyecciones de crecimiento de Argentina, Brasil e India, en tanto que las perspectivas de algunos exportadores de petróleo mostraron mejoras.

Para el conjunto de América Latina se espera un crecimiento de 1,6% este año, y de 2,6% para 2019, lo que implica un recorte de cuatro y dos décimas de punto respectivamente, respecto a los pronósticos de abril. “Aunque el alza de los precios de las materias primas continúa brindando respaldo a los exportadores de la región, el empañamiento de las perspectivas respecto de la edición de abril refleja la complicación del panorama para grandes economías, debido a la constricción de las condiciones financieras y el ajuste necesario de las políticas (Argentina); los persistentes efectos de las huelgas y la incertidumbre política (Brasil); y las tensiones comerciales y la prolongada incertidumbre que rodea la renegociación del TLCAN y el programa de políticas del nuevo gobierno (México)”. En lo que refiere a Venezuela, se advierte que “está sufriendo un colapso drástico en la actividad y una crisis humanitaria” y en ese sentido, las perspectivas se revisaron nuevamente a la baja a pesar del repunte de los precios del petróleo, ya que la producción disminuyó con fuerza.

Riesgos

El FMI interpreta que puede haber un incremento de los riesgos en la economía mundial, incluso en el corto plazo. “Los aumentos de los aranceles anunciados hace poco por Estados Unidos, sumados a los previstos, y las represalias de los socios comerciales han incrementado la probabilidad de medidas comerciales crecientes y sostenidas. Eso podría descarrilar la recuperación y empañar las perspectivas de crecimiento a mediano plazo, tanto a través del impacto directo en la asignación de recursos y la productividad como debido al recrudecimiento de la incertidumbre y el daño a la inversión”.

El informe también sostiene que en los mercados financieros de las economías avanzadas, las condiciones siguen siendo favorables con “elevadas valoraciones en algunos mercados y escasa volatilidad”, pero se advierte que “esa situación podría cambiar rápidamente”. “Los factores desencadenantes podrían ser la agudización de las tensiones y los conflictos comerciales, las inquietudes geopolíticas y una incertidumbre política cada vez mayor”. Además, el incremento de la inflación (junto a un desempleo que no llega al 4%) hace prever una trayectoria de aumento de la tasa de interés más rápido al previsto por la Fed, lo que “también podría llevar a los inversionistas a reevaluar repentinamente los fundamentos económicos y los riesgos”. El empeoramiento de las condiciones financieras también podría afectar las carteras, sacudir con fuerza los tipos de cambio y reducir más las entradas de capital de los mercados emergentes, sobre todo los que tienen fundamentos más débiles o están expuestos a más riesgos políticos.

En ese sentido, el FMI evalúa que para preservar el crecimiento mundial es “esencial evitar medidas proteccionistas y encontrar una solución concertada que promueva el crecimiento ininterrumpido del comercio internacional de bienes y servicios”. “Las políticas y las reformas deberían apuntar a sustentar la actividad, estimular el crecimiento a mediano plazo y realzar su inclusividad. Pero dado que la capacidad ociosa ha disminuido y que los riesgos a la baja están recrudeciendo, muchos países necesitan recomponer los márgenes fiscales de protección para dejar espacio de maniobra a la política económica de cara a la próxima desaceleración y para reforzar la resiliencia financiera en un entorno en el cual la volatilidad del mercado podría empeorar”.


Precios de las materias primas e inflación

Como consecuencia de un déficit de oferta, los precios internacionales del petróleo aumentaron 16% entre febrero de 2018 y comienzos de junio de 2018. En junio, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y los productores que no pertenecen a ella acordaron incrementar la producción en aproximadamente un millón de barriles por día respecto de los niveles actuales, con el objetivo de alcanzar la meta incumplida que el grupo se había fijado para noviembre de 2016. Las expectativas del mercado llevan a pensar que la capacidad decreciente de Venezuela y las sanciones estadounidenses en contra de Irán podrían frustrar la ambición del grupo de alcanzar la producción acordada sin altibajos.

Sin embargo, los mercados de futuros indican que los precios probablemente bajen en los próximos 4–5 años (en parte debido al aumento de la producción de petróleo de esquisto en Estados Unidos); a fines de junio, los precios de los futuros a mediano plazo rondaban 59 dólares el barril (es decir, 20% menos que los niveles actuales).

El encarecimiento de los combustibles ha hecho subir el nivel general de inflación de las economías avanzadas y de mercados emergentes. La inflación subyacente ha avanzado en Estados Unidos a medida que el mercado laboral se acerca al pleno empleo y muestra pequeños incrementos en la zona del euro. También ha aumentado en los mercados emergentes, en algunos casos como consecuencia directa de la depreciación de la moneda y, en otros, debido a los efectos de segunda ronda del alza de los precios de los combustibles. Los precios de las materias primas agrícolas exhiben aumentos marginales, que reflejan un decreciente exceso de oferta.