Las Fintech deberían regularse de forma global para mitigar sus riesgos

Criptomonedas > Es “como gente que pone plata en el casino”

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Las Fintech tienen un enorme potencial que puede traer consigo importantes impactos positivos. Sin embargo, los riesgos también están al acecho, según advirtieron expertos durante una conferencia desarrollada en el marco de las jornadas abiertas del Ridge en el BCU. En ese sentido, instaron a acelerar la regulación de esta incipiente industria y a hacerlo de forma “transfronteriza” en ámbitos de discusión multilaterales.

Las Fintech o Financial Technology (Tecnología Financiera) es una nueva industria financiera que aplica la tecnología digital para el desarrollo de diversas actividades financieras. El concepto incluye aplicaciones, productos, modelos de negocios financieros y se ponen a disposición de los usuarios a través de internet.

Si bien todos coinciden en el potencial de desarrollo que presenta esta industria, muchos muestran preocupación en lo que refiere a su regulación, puesto que si bien juega dentro del sector financiero, lo hace al borde de la acción de las autoridades reguladoras internacionales.

Para analizar la situación actual de las Fintech,  expertos se reunieron en el marco de las jornadas del Reaserch Institute for Development, Growth and Economics (Ridge) en el Banco Central del Uruguay (BCU), bajo la consigna “Fintechs: development, stability and policy” (Fintechs: desarrollo, estabilidad y políticas).

Christine Parlour, de la Universidad de Berkeley, destacó que “todo el mundo está entusiasmado por las Fintech”, ya que se esperan menores costos, mayor competencia, más bancarización, entre otros aspectos positivos. Sin embargo, valoró que “la preocupación” es que “no estamos preparados” para afrontar estos grandes cambios.

Explicó que pese a que a nivel internacional el sector financiero tiene “un amplio espectro de regulaciones”, las Fintech están cambiando “las formas existentes” de hacer negocios y dificultan estar al día con los controles. “Las regulaciones actuales no están preparadas”, evaluó Parlour, para quien las Fintech “pueden ser buenas o malas, dependiendo de cómo se cambie”.  En ese sentido, instó a “pensar” en cómo actuar para regular esta nueva industria financiera.  “No hemos pensado en esto, pero tenemos que resolverlo inmediatamente”, concluyó.

Regular bueno

Para Santiago Fernández De Lis, Responsable de Sistemas Financieros y Regulación del banco BBVA, “las cosas están cambiando muy rápidamente” y esta transformación está siendo impulsada “más que nada por el deseo de los consumidores”. Señaló que esta nueva era de bancos y Fintech está generando “un ecosistema más rico, con más competencia” y habrá que ver en el futuro quién logra la confianza de los clientes. “Vamos a ver a quién le va bien”, señaló.

El experto de la entidad bancaria detalló que las compañías de Fintech se están enfocando en el sector ventas, que es el que genera “el 65% de las ganancias de los bancos”. “Están atacando la parte de mayor ganancia”, sostuvo.

Para Fernández De Lis, la regulación tiene que tener una “visión transectorial” y “transfronteriza”, y lamentó que no existan en la actualidad organismos que regulen internacionalmente a este nuevo sector. Si bien destacó que actores multilaterales como el FMI o el G20 han tratado este tema en sus agendas, estos sólo han realizado “muchas recomendaciones, pero no se enfocan en (regular) este tema”. “Esto tiene que estar en la agenda de los reguladores”, señaló el experto, insistiendo en que la regulación debe ser transfronteriza.

Agregó que es importante el tema de la protección de los datos personales de los clientes, y que estos “no deberían ser forzados a dar sus datos a cambio de los servicios”. Resaltó que esto es de suma importancia, fundamentalmente a raíz de las consecuencias de escándalo de Facebook.

Respecto a las criptomonedas, estimó que “tenemos algunas limitantes” pero aún así “deberíamos estar relajados”, ya que la normativa de Europa “prohíbe hacer cualquier tipo de transacción con esas monedas”. “Esto lo veo más como gente que pone plata en el casino”, graficó.

Por último, dijo que “es difícil” establecer los objetivos de la regulación, ya que puede haber cosas positivas y otras negativas. En ese sentido, instó a poner en primer lugar al consumidor para protegerlo. “Esto está cambiando el equilibrio y las autoridades deben readecuar ese equilibrio”, sostuvo. En la misma línea, estimó que los bancos tradicionales deben ser “más ágiles y flexibles”, para no terminar extinguiéndose como los “dinosaurios”.

Futuro disruptivo

Por su parte, Jorge Ponce, jefe de Departamento de  Estabilidad Financiera del Área Investigaciones Económicas del BCU, señaló que en la actualidad se están dando desafíos similares, por ejemplo, a los que se dieron en la revolución industrial, pero lo hacen con algunas características diferentes: mayor velocidad; escala global, ya que hay mayores interconexiones, y es “demandado por los clientes”.

Para el funcionario del BCU estas características implican problemas de coordinación, institucionales y riesgos sistémicos. “Hay que hacerse cargo de estos problemas de Fintech”.

Ponce se refirió a una encuesta realizada entre Bancos Centrales, que arroja que las Fintech son importantes para la inclusión financiera, la competencia y la eficiencia del sector. En cuanto a la dimensión, asegura que de momento no tienen una gran participación en el mercado, pero en un futuro “se van a volver más importantes” lo que “afectará el crecimiento” y podría provocar “una disrupción” en la economía. Además, se remarca que las instituciones establecidas son las que lideran la incorporación de Fintech, y los actores nuevos tienen poca participación. No obstante, estos están concentrados con mayor innovación y pueden generar efectos disruptivos en el futuro.  También advirtió por las “grandes tech” como puede ser Facebook o Google, a las que evaluó como “todo un desafío” ya que disponen de “mucha información y son pocas”. Ponce también explicó que las autoridades bancocentralistas están preocupadas principalmente por aspectos de ciberseguridad y protección de datos.

Al igual que Fernández De Lis,  Ponce también señaló que es muy importante abordar la regulación con una mirada transfronteriza. “No hay una autoridad internacional pero hay margen para que haya. Es importante que haya”, señaló.

Aseguró que los desafíos del sector son muchos, como la  ciberseguridad e interoperabilidad, para promover la innovación e introducir nuevos actores, pero también instó a priorizar la protección del usuario y del uso de datos personales.


Pesimismo u optimismo

Luego de escuchar a los disertantes, el moderador de la ronda de exposiciones, Jean-Charles Rochet, de la Universidad de Ginebra y el Instituto de Finanzas Suizo, aseguró que se iba con una perspectiva “muy pesimista”. “Veo que tenemos muchos problemas”, dijo el experto a modo de disparador, para consultar a los disertantes respecto a si hay que ver a las Fintech con optimismo o con pesimismo.

“No quiero ser negativa, quiero ser paranoica”, dijo Parlour haciendo énfasis en la importancia de prestar atención a los objetivos que se persiguen con la regulación.

Por su parte, Fernández De Lis se calificó como “optimista”. “Todos estos cambios son buenos para los consumidores”, auguró, explicando que los avances generarán una mayor diversidad de productos y menores costos asociados. Sin embargo, insistió en que tiene que haber una coordinación para la estabilidad financiera y “hablar a través de las fronteras”. “Soy optimista porque hay conciencia de este problema.  (…) El problema está y hay que abordarlo lo antes posible”, agregó.

Ponce también se mostró optimista. “No es que sea pesimista, hay buenas razones para ser optimista”, señaló el funcionario del BCU, quien instó a “enfocarse en lo bueno pero también en los riesgos”. “Los reguladores en general están retrasados sobre los problemas pero hay que tratar de ponerse al día”, sostuvo. Asimismo, llamó a prestar atención ante “las consecuencias no intencionadas”, advirtiendo que “cuando se cambia una regla, cambia el juego”. En ese sentido, los reguladores deben ir despacio para entender el problema y actuar en consecuencia.