Benavente: “El país debe replantear su estrategia comercial”

EDICIÓN EMPRESAS & NEGOCIOS Nº 100

Economista, presidente del consejo directivo de Academia Nacional de Economía, gerente general de UniónCapital Afap e integrante del consejo editorial de Empresas & Negocios.

María Dolores Benavente, economista, presidente del consejo directivo de Academia Nacional de Economía, gerente general de UniónCapital Afap e integrante del consejo editorial de Empresas & Negocios


La apertura económica, más allá del bloque, le permitirá al país ganar en competitividad. Además, deberá atacar los problemas fiscales, inflacionarios y de trabas burocráticas, que asfixian la iniciativa privada.

Por dimensión de país y tipo de producción, Uruguay tiene una gran dependencia del comercio exterior. Teniendo en cuenta esto, y que estamos en un mundo con un comercio globalizado, cambiante, ¿cómo vislumbra el futuro económico del Uruguay en el largo plazo?  

Un país pequeño, con un mercado interno de poco más de tres millones de habitantes, debe abrirse al mundo, como la teoría económica explica y la evidencia empírica avala: Singapur, Hong Kong, Suiza, Luxemburgo, Nueva Zelandia y Finlandia, entre otros. Volcarse o no al Mercosur, firmar o no un TLC con Chile o con otros países del Pacífico, abrir más la economía, son opciones dentro del abanico de políticas comerciales que tendrán un impacto cierto sobre el bienestar de las generaciones presentes y, especialmente, futuras. En efecto, el crecimiento del Producto, la inversión, el empleo, están asociados a la apertura comercial del país. Durante el Siglo XIX y hasta buena parte del Siglo XX, cuando Uruguay era un país abierto al mundo, tenía el nivel de vida de los países desarrollados y una clase dirigente de avanzada. Tenía hacedores y pensadores. Luego de 1930, el país se fue cerrando y fue perdiendo esa dinámica. La apertura comercial es mucho más que lograr colocar más bienes o de servicios, sino que lo que está en juego es el nivel de vida y el espíritu emprendedor y pujante de los uruguayos. Sin acciones concretas ahora, es imposible que el país logre avanzar en el mediano y largo plazo.

¿Qué tareas fundamentales debería encarar el próximo gobierno, en forma prioritaria, pensando en el desarrollo de la economía, en un mundo globalizado, pero con bloques cada vez más proteccionistas?

Sin duda, Uruguay tiene que replantear su estrategia comercial. Dado el estancamiento de las rondas multilaterales, es necesario avanzar en acuerdos de libre comercio con países y con bloques. Para ello, el país debe mantener una estrategia propia, aperturista, que no necesariamente es la de sus socios comerciales en el Mercosur. En palabras del Académico Marcel Vaillant en un reciente reportaje, “El Mercosur se tiene que plantear su modelo de integración”. Pero mientras eso no ocurra, el país tiene la urgencia de avanzar en acuerdos bilaterales. La reciente publicación de Pharos –el Centro de Análisis y propuestas de la Academia Nacional de Economía- cuantifica los beneficios que traería para las exportaciones y el Producto, la firma de un acuerdo de libre comercio con algunos países del Pacífico.

¿Cuáles son los temas en que Uruguay, como país, tendría que poner énfasis, sin importar nivel ni sector de actividad, apuntando a un mayor desarrollo de su sociedad y de su economía en la próxima década?

Analizando el Índice de Competitividad elaborado por el Foro Económico Mundial, Uruguay se encuentra en el puesto número 76 de 137 países, alcanzando un puntaje de 4.1 sobre 7. Del análisis de los tópicos, en donde más atrasado se encuentra, se advierte que las asignaturas pendientes de Uruguay no son tanto numerosas como importantes. En efecto, para ganar competitividad, Uruguay tiene que abrir más su economía para expandir su mercado interno, al tiempo de atacar los problemas fiscales, inflacionarios y de trabas burocráticas, que asfixian la iniciativa privada. Igualmente, debe avanzar en reformas educativas y laborales, que permitan insertar con eficiencia al país en el concierto internacional.