Gustavo Quartino: “La electromovilidad es un jugador mayor”

EDICIÓN EMPRESAS & NEGOCIOS Nº 100

Gustavo Quartino, presidente de la Asociación del Comercio Automotor del Uruguay (ACAU)


Disponer de un registro nacional automotor es, aún, uno de los debes del país, advierten desde ACAU, ya que su desarrollo es fundamental para adaptarse a los automóviles del futuro.

¿Cómo imagina que será el mercado automotor en Uruguay en el mediano y largo plazo?

En un mercado pequeño como el de nuestro país, no es sencillo realizar predicciones a mediano y largo plazo. Primero, porque somos notoriamente dependientes de la región  -al punto que más del 60% de los vehículos que llegan provienen del Mercosur-, y segundo, porque hay eventos imprevistos que muchas veces generan grandes modificaciones en el sector del transporte. Además, el automotor es un segmento muy cambiante y, ciertamente, muy dependiente de la evolución tecnológica que, como todos sabemos, es exponencial.

En el mundo, el desarrollo automotor trabaja hoy día sobre tres líneas de acción: el cambio de la matriz energética, la autoconducción y la conectividad. Los vehículos de serie del futuro cercano estarán basados en estas tres premisas, y estamos convencidos que más temprano que tarde llegarán a nuestro país.

El cambio de la matriz energética implica productos híbridos, 100% eléctricos o con célula de combustible a hidrógeno. De hecho, de los primeros dos ya hay ejemplos circulando por nuestras calles. Unidades más limpias, más seguras y más sostenibles. Seguramente en 10 años, una parte importante del parque automotor nuevo será de alguna de estas líneas, aunque obviamente los actuales vehículos circulantes con motores de combustión interna permanecerán por muchos años más aún.

Hoy todavía podemos tener dudas sobre el cambio, porque subsisten unas cuantas incógnitas a resolver. De todas maneras, y parafraseando al jefe de Desarrollo de una marca pionera en este campo, “la electromovilidad ya no es más un nicho, sino un jugador mayor”. La autoconducción es un desarrollo más incipiente aún, pero también avanza firme. Actualmente, al grueso de la gente todavía le suena a ciencia ficción subirse a un vehículo sin chofer, y seguramente si pudiese hacerlo, lo haría con enormes incertidumbres. Sin embargo, en países desarrollados, en circuitos cerrados o en autopistas controladas y con muy buenos resultados operativos, ya circulan ómnibus, camiones y automóviles que prescinden de su conductor. Capaz que no en 10 años, pero en un plazo algo mayor Uruguay no será la excepción.

¿Qué tareas fundamentales debería impulsar el próximo gobierno de forma prioritaria pensando en el desarrollo del sector automotriz?

Hay líneas de acción que hoy día ya se desarrollan, que las diferentes autoridades que se sucedan deberían continuar. Seguir legislando en materia de seguridad vial y medio ambiente es una de ellas, y sobre todo, como ya se viene haciendo, en armonía con la región y con plazos razonables de previsibilidad para todos los involucrados en la cadena logística, incluyendo en la misma a los usuarios.

Ahora bien, no hay que focalizarse solamente en los futuros vehículos para asegurar mayor seguridad vial. Necesariamente hay que analizar también el parque automotor circulante y legislar para inducir su renovación. Y hacerlo en forma regulada, paulatina, previsible, con el menor impacto social posible, pero irreversible.

De nada sirve establecer pautas futuras para productos cero kilómetro, si en paralelo siguen circulando por nuestras calles, avenidas y carreteras, unidades con hasta más de 60 años de fabricadas, las cuales no fueron concebidas con criterios de amigabilidad con el medio ambiente y la vía pública como las de hoy, y que carecen de elementos imprescindibles para una operación segura cuya trazabilidad es casi imposible.

No es una decisión fácil de aplicar y lo principal es no dañar los derechos adquiridos, pero en algún momento alguien deberá asumir ese desafío. Por ello, otro objetivo debería ser disponer de un registro nacional automotor. Si bien en los últimos años se han dado pasos muy importantes en ese sentido, todavía no existe un sistema que permita conocer en tiempo real la marca, modelo, área de operación y características de cada unidad que ingresa al circuito automotor. Allí hay campo para avanzar. Por último, optimizar la fiscalización, que lo que se promulgue se cumpla. Algo tan sencillo de decir y que no necesitaría explicación, pero tan difícil de concretar.

¿Cuáles son los temas en que Uruguay, como país, tendría que poner énfasis, sin importar nivel ni sector de actividad, apuntando a un mayor desarrollo de su sociedad y de su economía en la próxima década?

Aquí ya nos pronunciamos como ciudadanos, más que como integrantes de una asociación empresarial, aunque obviamente todo está relacionado. La formación de las futuras generaciones es fundamental para el mayor y mejor desarrollo de una sociedad. No estamos diciendo nada nuevo ni remotamente original, pero es un tema primordial en el que hay que poner énfasis, tal como la pregunta lo propone. Todas los demás ejemplos mencionados, y muchos otros que se podrían agregar -desarrollo de exportaciones y de la producción nacional, mejora del empleo, inserción internacional, competitividad, productividad, tecnificación, etc.-, son todos parámetros basados en la capacidad de la gente que participa en cada uno de ellos. Para optimizarlos e integrarlos al día a día de la nación que queremos alcanzar -que debemos conseguir por nuestros hijos y nietos– no existe otra receta más eficaz que perfeccionar y especializar la educación.

El capital humano es el motor de todos los procesos y para lograr el éxito -sea individual o colectivo-, la “materia prima” debe ser de la mejor calidad; por ello la importancia de recursos humanos bien educados y formados. A nivel empresarial, hay que identificar, contratar y, fundamentalmente, desarrollar talentos. El mundo necesita talentos. El mundo aplaude el talento.