Albertoni: “Debemos insistir en no ver el ‘perder’ como sinónimo de competir”

Nicolás Albertoni > Especialista en Política Internacional

Nicolás Albertoni, investigador en Relaciones Internacionales


Albertoni resaltó que en la firma del acuerdo habrá ganadores -por ejemplo, el sector agrario-; sectores más expuestos a la competencia -el industrial- y otros más vulnerables. A pesar de ello, insistió en que en ninguno de los casos hay que dividir el acuerdo “en una lógica binaria de perdedores y ganadores”.

¿Qué desafíos enfrenta Uruguay, en su estructura interna –productiva, laboral, competitividad, entre otros-, ante el anunciado acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE)?

Estos se verán cuando se tenga el acuerdo en vista y sea público. Lo que sí es de esperar es que el gobierno deberá trabajar de cerca con el sector industrial, que muy posiblemente se vean más expuestos a la competencia europea como resultado del acuerdo. Esto no significa ser «perdedores» como a veces se menciona. Es simplemente, que tras conocerse el acuerdo, podrían quedar a la luz más claramente las faltas de competitividad de algunos sectores -como el industrial, por ejemplo- del país y será inevitable una coordinación público-privada para hacer frente de forma más focalizada a esta falta de competitividad.

A la vez, ¿cuáles son los riesgos que vislumbra tanto para las empresas como para la producción local?

Los riesgos en términos generales siempre son relativos. El resultado de estos acuerdos se basa en cuánto se le pueda sacar provecho potencial. Ese provecho que no necesariamente hoy está en papel, pero que se genera cuando se dan los marcos institucionales necesarios para dar un paso más en las relaciones internacionales.

De cualquier manera, debemos insistir en no ver el «perder» como sinónimo de competir. Cuando se ponen en marcha este tipo de acuerdos habrá ganadores -por ejemplo, es de esperar que el agro sudamericano será un claro ganador de este acuerdo-; sectores que quedarán más expuestos a la competencia -como podría ser el industrial- y sectores más vulnerables con los que el gobierno deberá trabajar de cerca. Pero en ninguno de los casos hay que dividir estos acuerdos en una lógica binaria de perdedores y ganadores.

¿Uruguay puede cambiar con esto su tipo de producción? ¿Puede haber una transformación productiva?

Eso será cuestión de tiempo de cuánto se aproveche el acuerdo. Habrá que tener cuidado de que, dado que el agro parecería ser el más beneficiado, no desactivemos el gran trabajo que se ha venido haciendo en seguir innovando. Estos acuerdos, lejos de contentarnos y ponernos cómodos dado que ahora tenemos mejor acceso, es justamente el camino contrario: nos deberían impulsar a crecer más.

Para algunos analistas, el partido no se juega en el comercio que puede haber entre los dos bloques, sino que se juega en la inversión. ¿Ve que este acuerdo pueda promover inversiones que lleguen a Uruguay de la mano de este acuerdo, y que sus producciones puedan entrar a la UE con aranceles diferenciados?

El acuerdo sin dudas podría ser una plataforma institucional importante para promover una mayor captación de inversiones. Pero hay factores nacionales -competitividad, infraestructura, entre otros- que si no lo resolvemos, no activarán las oportunidades potenciales del acuerdo. Puedo tener un gran auto, pero si no lo cuido y pongo combustible, no lo podré poner en marcha.

En caso de que esto ocurra, ¿qué otros deberes debería realizar Uruguay para promover esas inversiones?

Tener un fuerte foco en mejorar la competitividad mediante incentivos, no solo a potenciales inversores sino también a los nuestros, que hoy enfrentan escenarios de incertidumbres muy altos.

Parece que Uruguay, Paraguay y Brasil tienen claro el panorama. ¿Qué puede pasar con la postura argentina? La dupla Fernández-Fernández ya manejó, en cierta forma, estar en contra del acuerdo. ¿Cuál es la fórmula para avanzar en la ratificación? ¿Se puede avanzar por países?

Lo de que Uruguay lo tiene claro, lo pondría en debate. No parece existir un consenso claro en la acción política de la inserción. Hay consenso en las intenciones, pero no en la concreción. Con Argentina se debe esperar al resultado. Es de esperar que de ganar la dupla Fernández-Fernández muestren una visión muy contraria a cualquier postura que venga de Brasil. Serían años complejos en materia de consensos regionales que parecen existir hoy. Sin ir más lejos, fue uno de los factores entre el abanico de variables que ayudó a concretar el acuerdo entre Mercosur y la UE.