Balasto, con B de Bulgheroni

Con nombre propio

El nuevo tinto ícono de Bodega Garzón, lleva el nombre de un componente primordial del subsuelo de la zona. Balasto es el granito disgregado que entremezclado con arena, sirve de asiento a sus  vides.

El suelo puede dar al hombre cosas tan valiosas y diferentes como el petróleo, o ser cuna de otras, como las vides y los olivos. Al Ing. Alejandro Bulgheroni el suelo le ofrece las tres cosas. Con el primero, esta familia de origen italiano argentino, forjó su fortuna fabricando bridas. Son los anillos de hierro que unen los tubos para extraer el petróleo. Aquí en Uruguay, el suelo que rodea a Pueblo Garzón  le brinda las otras dos. En 1999, Alejandro y su esposa Bettina quedaron prendados de ese paisaje, tan parecido a la Toscana italiana y decidieron que allí debían plantar viñedos y olivares. Y, por supuesto, instalar una bodega y una almazara para procesar uvas y olivas. Para elaborar sus vinos contrató como asesor al experto Alberto Antonini, un italiano que posee bodega en Mendoza y, además, orienta a más de una docena en distintas regiones del mundo. Durante todos estos años la elaboración se centró en los varietales, y tanto el Tannat como el Albariño, han sido muy bien recibidos aquí y en el exterior.

Los íconos nacen

Pero en la grilla faltaba un tinto ícono, uno de corte que coronara la pirámide. Para que el Balasto naciera hubo que esperar siete años, hasta que las vides tuvieran la madurez suficiente y dar la fruta apropiada. Durante ese tiempo también hubo que identificar las parcelas de mejor comportamiento en materia de calidad, para utilizarlas al diseñar el tinto top. Como bien expresa Germán Bruzzone, enólogo residente de la bodega, los vinos icónicos nacen, no se hacen. “En nuestro caso, siendo un emprendimiento tan joven, debimos esperar varios años para que las plantas tuvieran madurez y calmaran su ímpetu juvenil, para darnos la fruta óptima para elaborar el Balasto”, explicó. Y sobre este blend de alta gama continúa, indicó: “El Tannat con un 45% ejerce de columna vertebral.  A este le sumamos un 25% de Cabernet Franc para darle frescura y aumentar su elegancia. El Petit Verdot, con un 20%, aporta el especiado y la gordura en boca, y un 10% del Marselan para redondear el corte. Conseguimos de esta manera un blend bien complejo, pero  con mucha identidad”. Para los ajenos a su profesión nos cuesta imaginar cómo se hace para armar lo que para nosotros sería un rompecabezas, que no cuenta con un modelo a imitar.

“Me toca a mí, armar distintos cortes iniciales, de los cuales elijo los mejores según mi opinión y se los propongo al comité técnico, que integramos junto a Christian Wyllie, gerente general de la empresa y a Alberto Antonini. En este caso particular, fue Christian el que propuso subir un 5% el Cabernet Franc y estuvimos todos de acuerdo, para sellar la fórmula final”, reflexionó Germán.

Un sorbo pide otro

Invitados a conocer el nuevo integrante, lo probamos para encontrar un elegante tinto de guarda. Frutas rojas y especias se desprenden al  acercar la copa; aromas que se confirman en el pasaje por boca, donde los taninos son jugosos y vibrantes. La sensación final es placentera, y un sorbo pide otro. Ideal para atesorar e ir viendo su evolución con el paso de los años. También, y como primicia, degustamos cinco varietales de la cosecha 2016, que serán las piezas fundamentales de la próxima añada de Balasto. Con la posible inclusión del Merlot como un sexto componente.

“Balasto va a querer entregar lo mejor de cada año, en un blend de personalidad muy definida que se mantendrá a lo largo del tiempo. Pero nos ataremos a una fórmula preestablecida, porque cada año es diferente al anterior”, rubricó Germán.

Cuadro

Presentación en Burdeos

La presentación mundial de este nuevo top nacional se realizó el pasado mes de junio en la ciudad de Burdeos, en el marco de Vinexpo. Lo hizo el propio ingeniero, junto a su equipo de colaboradores directos, con la participación del chileno Christian Wylie, quien conoce muy bien al Uruguay y sus vinos. La presentación fue en Chateau de Lantic, donde en un almuerzo al aire libre, los invitados disfrutaron del novel tinto y la cocina en vivo del archifamoso Francis Mallman. Este rutilante desembarco en la meca del vino francés, despertó el interés de los comerciantes locales. Luego de comprobar su calidad sobresaliente, fue integrado a sus portafolios de vinos exclusivos, casi todos franceses. Balasto se suma así al Almaviva chileno de Concha y Toro, para ser los dos únicos sudamericanos en manos de los negociantes de Burdeos.