En tiempos de pandemia continúa la incertidumbre

Si bien en la segunda mitad del año los distintos índices muestran señales de recuperación, la pandemia no se disipa y la región enfrenta importantes dificultades. El FMI proyecta una caída de 4.5% para la economía uruguaya este año.

Por Sofía Tuyaré (*)

Los motores de las principales economías del mundo se reactivaron a mediados de año, pero la pandemia continúa complicando a muchas naciones del mundo. Las principales ciudades de Europa enfrentan lo que se denomina “la segunda ola”, y los rebrotes en algunas regiones del viejo continente llevaron a que las autoridades tomaran medidas restrictivas para la libre circulación de sus habitantes en las zonas de más contagios. La economía mundial muestra repunte en el nivel de actividad en la segunda mitad del año, pero aún la pandemia no se extingue a la espera de la vacuna o de un tratamiento efectivo.

Según la última actualización de octubre del informe de “Perspectivas de la economía mundial” (WEO por su sigla en inglés), publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el producto mundial se contraería 4.4% este año, producto del impacto negativo de la propagación del virus Covid-19, y se recuperaría con un incremento de la economía mundial de 5.2% para 2021.

La incertidumbre reina a nivel mundial y regional, y Uruguay no está ajeno a los acontecimientos. Y si bien muchos sectores muestran signos de recuperación, preocupa el efecto que puedan tener las restricciones impuestas en alguna rama de actividad.

 Nivel de actividad

Según los últimos datos el Banco Central del Uruguay (BCU) disponibles, en el segundo trimestre del año el Producto Interno Bruto (PIB) disminuyó 10.6% respecto al mismo trimestre del año anterior, luego de registrar una caída de 1.4% en el primer trimestre de este año para la misma medición. En este periodo se observó la caída en todos los sectores de actividad, a excepción de Transporte, almacenamiento y comunicaciones. Esta rama de actividad constituye una excepción en el magro desempeño del resto de la economía, y se explica por el crecimiento en la producción de servicios de datos, debido al aumento de la demanda por la crisis sanitaria.

Dentro de los sectores que se comportaron de manera contractiva, se destaca la división Comercio, reparaciones, restaurantes y hoteles, una rama muy golpeada por la pandemia y las restricciones impuestas para la contener la propagación del virus. La mayoría de las actividades de servicios se vieron afectadas por este contexto.

Si el indicador se compara respecto al trimestre inmediatamente anterior, el PIB lleva tres trimestres consecutivos de caídas, pero producto del contexto sanitario en la primera mitad del año la disminución fue más pronunciada. En el periodo abril-junio de 2020, el nivel de actividad se contrajo 9% respecto del trimestre inmediatamente anterior, luego de caer 1.6% en el primer trimestre de este año respecto al cuarto trimestre del año pasado.

Esta importante baja en el nivel de actividad en el segundo trimestre se explica por efectos negativos de la crisis sanitaria que se instaló en el país el 13 de marzo. Recordemos que las medidas de voluntario confinamiento y del cierre o disminución de muchas actividades a partir de mediados de marzo tuvieron efectos contractivos en el nivel de actividad. En mayo comenzaron, paulatinamente, a reabrir las actividades con los protocolos pertinentes.

 Empleo

El mercado laboral presenta importante desafíos tanto a corto como largo plazo. Antes de la llegada de la pandemia los indicadores mostraban signos de dificultades en la generación de puestos de trabajo, algo que se profundizó con la crisis sanitaria por el Covid-19, y se espera que en esta segunda mitad del año con la reactivación de la economía se refleje en los datos de empleo.

Según el INE, en agosto, último dato disponible, la tasa de ocupación para el total del país alcanzó el 53.6%; esto significó 0.1 puntos porcentuales menos que en julio (53.7%). La tasa de desempleo se ubicó en el octavo mes del año en 10.8%; esto se traduce en un incremento de 0.2 puntos porcentuales respecto al mes anterior (10.6%). En cantidad de individuos, en agosto los desocupados se contabilizaban en 187 mil personas.

La economía en 2019 mostró un estancamiento, y el PIB de Uruguay creció levemente un 0.2%. El nuevo escenario mundial de crisis económica agravó el magro desempeño económico del país. La reapertura de las actividades generó que algunos sectores mostraran signos de recuperación a principio de la segunda mitad del año. Sin embargo, en sectores como el turismo, reina la incertidumbre. El cierre de fronteras debido al Covid-19 restringe la entrada de turistas extranjeros, por lo que hasta el momento se centra en los visitantes nacionales y el turismo interno.

Según el FMI, el nivel de actividad de Uruguay caería 4.5% este año y se recuperaría el año que viene con un incremento de 4.3%.

La previsión delos organismos va en la línea de lo que proyectan los analistas locales. Según los expertos que responden la Encuesta de Expectativas Económicas que elabora mensualmente el BCU, en octubre de 2020 la mediana de los analistas estimaba que la economía uruguaya disminuiría un 4.2% en 2020 y crecería 3.7% en 2021.

(*) Economista, integrante del departamento de Consultoría de Carle&Andrioli, firma miembro independiente de Geneva Group International.