“No alcanza con la enunciación del acuerdo con la UE, hay que estar preparados para poder ser oferentes competitivos al momento de exportar”

Gabriel Capurro, presidente de la Asociación Rural del Uruguay


La reformulación de la agenda de competitividad es, para Capurro, el punto clave de que el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur sea exitoso. Sin esto, la relevancia podría ser nula e, incluso, adversa, opinó, ya que “no se trata solo de costos de producción, sino más bien de un cambio en la manera de producir”.

¿Qué desafíos enfrenta el agro uruguayo, en su estructura interna –productiva, laboral, competitividad, entre otros-, ante el anunciado acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE)?

Nuestro país es viable a partir de sus exportaciones, la mayor parte de ellas de origen agropecuario. Según el rubro, el país exporta entre el 70% y más del 90% de lo que produce. Mercados demandantes y con precios firmes explicaron el importante desarrollo de la agropecuaria en la década que va del 2004 al 2014, solapando los costos crecientes de producir en Uruguay, además de la falta de acuerdos comerciales con otros países. El acuerdo con la UE es un avance en la solución de la segunda limitante enunciada: la inserción internacional. No obstante, queda todo por hacer en cuanto a costos de producción, flexibilidad laboral, infraestructura y logística, además de una conducción macroeconómica con un tipo de cambio competitivo respecto de nuestros competidores en el mundo. No alcanza con la enunciación del acuerdo, hay que estar preparados en lo económico y en lo institucional para poder ser oferentes competitivos al momento de exportar.

A la vez, ¿cuáles son los riesgos que vislumbra tanto para las empresas como para la producción local?

El acuerdo con la UE puede ser irrelevante o incluso adverso sin una agenda de competitividad reformulada a partir de las nuevas condiciones del comercio con el mercado europeo. Ya no se trata solo de costos de producción, sino de una forma de producir atendiendo las exigencias de una demanda preocupada por la sustentabilidad, la inocuidad alimentaria, la mitigación de gases efecto invernadero, la huella hídrica y el bienestar animal, entre otras condicionantes que son exigidas hoy para la producción de alimentos. El país está preparado para ofrecer una producción diferenciada de alimentos cumpliendo con estas condiciones; el riesgo es no entenderlo.

Por otra parte, los productores europeos también van a competir en muchos rubros con nuestros productores en los mercados del Mercosur.

Un TLC es la puerta de entrada al exterior de los productos uruguayos, pero también lo es para productos extranjeros hacia nuestro país. Las empresas grandes –los grandes productores-, tienen estructuras que les permite salir a vender, pero a las chicas –pequeños productores-, que no exportan, les pueden aparecer nuevos competidores y sacarlas del mercado. ¿Tienen cuantificación de esta afectación? ¿Qué medidas paliativas se deberían tomar para que ningún productor o empresa quede por el camino?

El agronegocio de exportación es la razón de ser de la mayor parte de los productos de origen agropecuario. Cuanto más pequeño el productor, más dependiente es de la competitividad del país para colocar su producción en el exterior. En ese sentido, el acuerdo con la UE resulta esencial para los productores de menor escala. En otros rubros dependientes del mercado interno, caso la horticultura, el acuerdo puede generar alarmas que deben ser encaradas con decisión dentro de los plazos previstos para la vigencia total de las desgravaciones. Estará en la inteligencia de instrumentar políticas sectoriales públicas que mejoren la competitividad de estos rubros en particular. El tiempo ya empezó a correr.

¿El acuerdo puede traer aparejado que en el agro uruguayo se produzca una transformación productiva?

Los productores responden a la racionalidad empresarial. Cincuenta años de estancamiento en la producción ganadera cuya explicación teórica solía referir a causas estructurales, se revirtieron por un solo argumento: la mejora de los precios que le dio competitividad al sector, lo cual generó inversiones, crecimiento y desarrollo. Los costos marginales y el riesgo productivo de aumentar la productividad deben estar necesariamente justificados por las expectativas de una demanda firme y precios en consecuencia. Bajo estas premisas sería esperable un incremento en la producción de los rubros más competitivos y una disminución o desaparición de los que no puedan producir a los precios de la competencia.

¿Hay espacio para mejorar en volumen y no solo en precio el principal producto de exportación de Uruguay, que es la carne?

El volumen de carne a colocar en la UE está limitado a 99 mil toneladas para todo el Mercosur, más la cuota Hilton que cada país tiene.

El incremento de la producción en volumen por parte de los productores dependerá del precio promedio de exportación a los distintos mercados; a mayor precio, mayor estimulo a la intensificación y a la producción.

El acuerdo Mercosur-UE contribuirá, sin duda, a mejorar ese precio promedio y seguramente será un estimulo para aumentar el volumen de producción de carne.