OPP presentó su libro “Las industrias creativas en el desarrollo del Uruguay del futuro”

Usina creativa

Para responder preguntas sobre el desarrollo del Uruguay del futuro, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), trabajó en la construcción participativa de una estrategia nacional de desarrollo que presentó oportunidades y riesgos marcando un camino hacia el desarrollo sostenible del país. En ese contexto, se lanzó la publicación “Las industrias creativas en el desarrollo del Uruguay del futuro”, al tiempo que se presentaron casos puntuales de uruguayos que hicieron de una idea tecnológica y artística, un generador económico.

Por Jessica Vázquez | @jessvazquezl

Desde hace muchos años se han generado bienes económicos a partir de ideas innovadoras. Fue así que surgió el concepto de industrias o economías creativas, es decir, herramientas de desarrollo económico que se fundamentan en la generación de nuevas ideas. Refieren a aquellas empresas que se dedican a la producción, promoción, difusión y comercialización de bienes, servicios y actividades de contenido cultural, artístico o patrimonial, siendo la creatividad, tecnología y conocimiento su punto de encuentro.

Se conciben como una cadena productiva que implica múltiples tareas y que tienen un papel de relevancia en aspectos económicos y socioculturales a nivel mundial. Estas, además, potencian la generación de empleos, las exportaciones, la inclusión social y la diversidad cultural, entre otros aspectos.

En Uruguay, las industrias creativas aportan un punto al PBI, dando trabajo directo a 20.000 personas. La industria audiovisual es la que tiene más peso económico, generando medio punto del PBI nacional. Pero se entiende necesario atraer nuevos proyectos y, para eso, es que existen agencias como Uruguay XXI o Transforma Uruguay, que se encargan de generar las condiciones para que los proyectos no solo lleguen, sino que vuelvan.

Las industrias creativas son muy importantes por el rol y difusión que tienen en la sociedad, no solo como creadoras de identidad, sino que desde el punto de vista económico son buenas “embajadoras”. Cuando un público extranjero consume una producción uruguaya de este tipo, es muy posible que se genere una relación con nuestro país mucho más fuerte que cuando consume otro bien o servicio.

En este rubro, muchas veces, es necesario mirar hacia el exterior para que sean sustentables económicamente. Esto implica una importancia en cuanto a estar abiertos a los cambios de paradigmas que conlleva. Un ejemplo que describe este caso es Loog Guitar, empresa dedicada a crear guitarras para niños que tiene particularidades de diseño para que sea fácil, estimulante y divertido aprender a tocar música.

La diferencia consiste, según explicó el fundador de la firma, Rafael Atijas, en que son guitarras de tres cuerdas en vez de seis, lo que permite tocar la versión más simplificada de los acordes y hacer canciones de manera sencilla y adaptada al tamaño de los niños.

Junto a la guitarra viene un mazo de naipes que sirve a los niños a aprender cómo hacer los acordes, “porque por más que el instrumento sea simplificado, no era posible cumplir con la promesa de que se tome una Loog y automáticamente toque música”, aseguró. “Sin embargo, sobre la marcha nos dimos cuenta de que era necesario cambiar cosas”, recordó, y fue entonces que se creó una app.

“Nos dimos cuenta que los contenidos educativos hacen que sea fácil tocar música y estaba bueno presentarlos de manera que sea un juego”. Como empresa, los obligó a armar una organización diferente a la que tenían, con otras personas, involucradas al diseño, educadores y músicos, así como internacionalizarse.

En la app los niños juegan al tiempo que aprenden, deben practicar y aprender acordes nuevos, por ejemplo, para avanzar en el juego y generar ganancias que permitan acceder a productos virtuales. “Esto los ayuda a desarrollar actividades cognitivas y artísticas, y nosotros pasamos de ser una empresa a una usina creativa”.

Solución a la vista

Otro de los proyectos que ejemplifica el uso de la economía de manera creativa es Blin. Se trata de un emprendimiento con animación aplicada de realidad virtual para la mejora de la experiencia de los niños en tratamientos médicos. Karolina Vezzoso pertenece al Instituto de Cardiología Integral (ICI), donde se realizan procedimientos altamente especializados y complejos, que son financiados por el Fondo Nacional de Recursos y se atienden usuarios del área pública y privada.

Quienes allí se emplean, notaron que había un gran problema en el momento del traslado de los niños a las salas de procedimientos médicos. “Todos los niños le temen a eso, al igual que al entorno de un hospital, más cuando esto implica ser separados de sus padres, y se suma el hecho que ya están vulnerables por estar allí. El traslado al block genera angustia y estrés en los niños y padres”, describió Vezzoso.

La experiencia cuenta con cuatro pasos: la introducción, que el niño la ve estando en su habitación y donde la historia lo atrapa; luego, cuando pasa a la parte del traslado, en el mundo virtual se ve volando pero en la realidad lo siente porque lo están moviendo; cuando entra a block quirúrgico en la historia llegan a tierra de hielo donde empieza a nevar, transformamos el frio intimidador, en algo natural; y cuando llega la parte que lo van a dormir el niño entra al mundo de los sueños y queda atrás la música de aventura.

“Con esto extraemos al niño del contexto en el que se encuentra, llevándolo a una historia divertida y amena de estar. Hemos visto beneficios: niños riéndose y padres que van más tranquilos al verlos bien. Esto también ayuda al personal de salud al bajar el nivel de estrés y no tener que medicarlos antes. Incluso, en el posoperatorio, los chicos despiertan mejor y se acuerdan de la historia; es el recuerdo de todo lo que antes era un mal momento”, detalló Vezzoso.

El trabajo de la OPP tiene una mirada de largo plazo y trata de ver los riesgos y oportunidades de algunos factores fundamentalmente del desarrollo tecnológico pero también temas culturales. Se priorizó, dentro de los procesos productivos que se cree que tienen la potencialidad de desarrollar al país, producir y generar oportunidades, el complejo industrial creativo. “Entendemos que estas industrias poseen un enorme potencial pero que depende de nosotros lograr su desarrollo”, expresó Fernando Isabella, el director de Planificación de OPP.