Remedio al error de diseño: el lado empresarial de los ODS

La clave del proceso

Deres celebró la séptima edición de los Reconocimientos a las Mejores Prácticas empresariales que contribuyen a los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS). Los reconocimientos fueron otorgados a las empresas cuyas acciones, relacionadas con las estrategias de sus negocios, contribuyen a cumplir metas vinculadas a los ODS de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la agenda 2030.

Por Jessica Vázquez @jessvazquezl

Las personas, el planeta y las empresas son tres de los pilares que mantienen al sistema del mundo en movimiento. Cada una de ellas se nutre de las demás y, muchas veces, también se perjudican unas a las otras. Sin embargo, existen los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS), que buscan conjugar las tres áreas de manera que el empresariado se desarrolle en base al cuidado medioambiental y el progreso de las personas.

Los ODS son 17 y se plantearon a fines del año 2015 para una agenda hasta el año 2030. Los tres círculos que comprenden los ODS – persona, planeta y empresas- están compuestos por cinco objetivos cada uno. De los dos restantes, uno se aboca a las democracias sólidas y accesibilidad a la justicia, mientras que el último habla de las redes que se deben hacer y asociaciones que fomenten los objetivos.

En Uruguay existe Deres, una organización empresarial que busca el desarrollo sostenible de las empresas del país, de una manera conceptual y práctica. Ferdinando Cuturi, director ejecutivo del organismo, relató a Empresas & Negocios la manera en que se acompaña a los diferentes proyectos para fomentar el cumplimiento de los objetivos y generar motivación al respecto año a año de nuevas firmas.

Hoy las empresas que mueven el fiel de la balanza y tienen impacto real son las que están generando las transformaciones del modelo de producción y consumo, según comentó Cuturi. “Entendieron que la basura es un error de diseño. Se destroza el medio ambiente a partir del desperdicio. Actualmente, ninguna empresa piensa que su finalidad es generar dinero, ya que tiene que mostrar cómo lo está haciendo y cómo se relacionan con las buenas prácticas”, añadió.

Los países con política pública y acciones de promoción e inhibición a cierto modelo de negocios orientan la voluntad de que las empresas vayan por el mejor camino. Un ejemplo en Uruguay es la política de gestión de residuos aplicada hace 15 años, en la que las empresas deben informar qué hacen con sus residuos. Se las obliga a poner en práctica maneras de reciclar o reutilizarlos bajando la tasa de disposición final al mínimo y medir la eficiencia de la empresa según ese porcentaje.

Cambio de rumbo

Las empresas gestionan su modelo de negocio con una política que viene de una economía tradicional donde lo más importante es generar dividendos para los accionistas, pero ahora pasó a tomar relevancia la manera de cómo se generan, siendo el proceso la clave. “Cuando uno habla de estas grandes empresas también hace referencia a las acciones de personas; somos nosotros quienes fomentamos el cambio”, dijo Cuturi.

Empresas líderes que tenían un modelo de negocio fueron entendiendo la responsabilidad de modificarlo por uno que dañe lo menos posible el planeta y la comunidad. “Entonces, quienes asumieron el compromiso fueron las organizaciones y no los gobiernos. Ellas interpelaron a los gobiernos para que asuman su rol en políticas públicas y acompañen estas decisiones”, relató el director ejecutivo.

Cuturi explicó que la rentabilidad es el eje de las empresas. Una firma sin una buena economía no es sostenible, por tanto no puede darles desarrollo a las personas que trabajan con ella. “En los ODS hay un montón de oportunidades de negocio y encuentran nuevas maneras de financiar y, a su vez, contribuir con la agenda”, subrayó.

El entrevistado planteó que el impacto y las capacidades empresariales son dos factores que hay que tomar en cuenta. La empresa es responsable de las externalidades positivas, como promoción de buenas condiciones laborales, capacitación, atender a la comunidad; y también las negativas, es necesario que las identifique y trabajar para minimizarlas o, de ser posible, eliminarlas.

De RSE a ODS

“En Deres cumplimos 20 años y siempre trabajamos sobre la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), pero hace algún tiempo estamos dando un paso e invitando a las empresas a pensar en un concepto más amplio que es el desarrollo sostenible. Se dice que este es un momento bisagra en la humanidad y de a poco se va tomando conciencia del tema y las empresas no pueden estar ajenas a ello”, manifestó Cuturi.

Deres entrega reconocimientos a las buenas prácticas hace ocho años. Se hicieron talleres para acompañar a las empresas para que puedan involucrarse. Lo más importante, según el director, es que ninguna de las compañías va a poder impactar en los 17 objetivos. Algunos no involucran directamente a las firmas porque hablan de las políticas públicas, en las cuales las empresas pueden colaborar pero no abocarse.

“Es bueno que entiendan cuáles son los ODS relevantes según su actividad y en base a eso actuar. Se convocó a un comité evaluador externo que recibe las prácticas para ser revisadas y hacer las solicitudes necesarias a las empresas para recomendar o no que esa práctica sea reconocida por Deres. Es un proceso transparente”, explicó el entrevistado.

Desde Deres se trata de generar una cultura de la colaboración, incluso entre empresas competidoras. Otro proyecto es que se está convocando a las empresas a trabajar en grupos según los temas inherentes a los ODS que quieran desarrollar. “Estos grupos están conformados por más de 50 empresas que se reúnen periódicamente y que tienen grandes niveles de conocimiento sobre los temas. Y esto cumple el objetivo 17”, indicó.


Historia de un “milagro”

Los ODS sucedieron a los Objetivos de Desarrollo del Milenio -planteados en el año 2000- los cuales eran ocho y orientados, fundamentalmente, a los gobiernos y organizaciones civiles, enfocados únicamente en el desarrollo ambiental y social, sin incluir objetivos de desarrollo económico.

“En el año 2015 ocurrió un milagro y se creó la agenda 2030 con la aprobación de todos los países miembros de las Naciones Unidas (ONU)”, relató el entrevistado. Indicó que si esta misma votación se realizara hoy, se tienen sospechas que muchos de los líderes mundiales no acompañarían una agenda de este tipo por el compromiso que significa asumir.

“Hoy, para los ODS todas las naciones tienen tareas por cumplir. Involucra a todos los países, pero a los desarrollados en primera línea”, sostuvo Cuturi. Los destinatarios de esta agenda son los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil, las empresas y los ciudadanos en general que, a través de costumbres, hábitos y acciones están interpelados a cumplir con estos objetivos.


Misión puertas adentro

Alcance

La empresa Alcance fue una de las que recibió un reconocimiento especial denominado “prácticas inspiradoras”.

La cultura de la firma siempre fue trabajar en todos los temas de Responsabilidad Social Empresarial, según dijo a Empresas & Negocios, Florencia García, jefa de RSE de Alcance. Hace unos años se acercaron a Deres junto a ONU Mujeres, en esa instancia se les presentó la propuesta de trabajar con los ODS, “a partir de ahí empezamos a trabajar en conjunto. Nos dimos cuenta que el objetivo de la igualdad de género se adaptaba directamente a nuestras tareas”, aseguró.

Para los años venideros esperan continuar trabajando en conjunto con los organismos vinculados y llegar a un plan de sensibilización. “Es importante destacar que estar trabajando estos temas sensibles hacen a la motivación de la empresa. En Alcance tenemos un lugar de convivencia donde las temáticas están avaladas por todos”, expresó García.

Cementos Artigas

La empresa tiene en su historia una vocación hacia los temas de sostenibilidad, particularmente hacia el de los combustibles y materiales alternativos. Su jefe de medio ambiente y responsabilidad social, Luis Broggi, explicó a Empresas & Negocios que se trabaja continuamente desde la industria del cemento por ser grandes consumidores de combustibles y energía térmica, por lo que es una área de trabajo en permanente desarrollo y alineado a la estrategia de la empresa.

El reconocimiento que recibió la firma se debió a la utilización de los neumáticos y cámaras fuera de uso como fuentes de energía térmica. “Esto nos es muy grato y nos llena de orgullo porque es un proyecto que marca un hito en la historia de la sostenibilidad de nuestra empresa, y creo que del país, al ser un proyecto que no solo involucra nuestras actividades, sino que también trata de la solución a un problema que es de carácter nacional”, afirmó Broggi.