Una semana en el mundo de los negocios de Nueva York

Buceando en aguas intensas

Semanas atrás, 19 ejecutivos uruguayos realizaron la primera edición del Business Immersion Week en la Fordham University of New York, de la mano de la Universidad Católica del Uruguay. A través de uno de los viajeros, Empresas & Negocios vivió esta experiencia y se la acerca a sus lectores.  

Por María Jesús Villagrán

Especial para Empresas & Negocios desde Nueva York

Cuando recibí la invitación por e-mail, al principio pensé que era una promoción más de seminarios y conferencias de Isede, la Escuela de Negocios de la Universidad Católica del Uruguay, en la que realicé mi carrera de grado, postgrado y maestría y con la que he mantenido un vínculo a lo largo de los años. Pero el título era sumamente intrigante: New York City Business Immersion Week. Es decir, una semana intensiva que prometía recibir clases magistrales con las últimas tendencias, visitas a empresas de primer nivel en la gran manzana y disfrutar del microclima de una universidad americana de primer nivel como Fordham, en la Gabelli School of Business, como consecuencia de un acuerdo recién estrenado con la Universidad Católica.

El segundo paso fue conocer al grupo con el que viajaría. Allí estábamos los diecinueve provenientes de profesiones diversas y empresas completamente disímiles, franjas etarias distintas, que iban desde los 20 a los 60 años, lo que lo volvía aún más interesante, aunque a todos nos unía el común denominador de la incertidumbre y la expectativa de lo que recibiríamos días después.

El equipo

El grupo de viajeros estuvo integrado por María Elisa André y Virginia André, directoras de Auren; Rafael Aurelio, gerente de Planificación y Gestión de la Información de OCA; Manuel Bordaberry, Trading Desk en Víctor Paullier & Cia Sociedad de la Bolsa; Soledad Castagna, coordinadora de Analistas Senior en Equipos Consultores; Fernando Galup, gerente CFO de Aluminios del Uruguay; y María Inés Garibaldi, Operations & Processes Unit Head de Banque Heritage. A la lista le siguen Guillermo Garrone, director de Franklin Covey Uruguay; Virginia Gil, Foreign Trade Manager de Forus Uruguay; Eduaro Ottonelli, director general de Laboratorio Santa Elena; Inés Paysee, socia directora de Estudio Paysee & Rodríguez; Beatriz Pérez, directora de Frigorífico Arbiza; Carlos Pollio, socio de Nobilis Corredor de Bolsa; Marcelo Scavuzzo, director de Sammel; Paola Viglietti, gerente de Innovación y Diseño Comercial de Pronto; Raúl Vila, gerente de Recursos Humanos del Parlamento; y quien les relata esta rica experiencia, María Jesús Villagrán, directora de Communicare Consulting Group.

Por parte de la Universidad Católica del Uruguay, asistieron quienes fueron parte de los responsables de forjar este programa: Micaela Camacho, directora de Maestrías y Posgrados de la Facultad de Ciencias Empresariales; y Omar Paganini, Vicerrector de Gestión Económica y Desarrollo. Es importante destacar que el acuerdo entre Fordham University y la UCU fue firmado en el 2016 por parte de Roberto Horta, director de la Escuela de Negocios.

Día 1

Fue el momento del primer acercamiento a la Universidad. En la primera jornada, el grupo se encontró con uno de los tantos edificios del Campus de Fordham, una construcción hipermoderna, minimalista, con grandes medidas de seguridad y grandilocuente en su estructura.

La clase inaugural mostró la esencia cosmopolita neoyorkina que también impera en el ambiente universitario. El profesor Michael Cheah, oriundo de Indonesia, contó que había sido beneficiado por la Universidad de Singapur con una beca, que le permitió luego seguir formándose en la London Business School y ser, durante mucho tiempo, miembro de la Autoridad Monetaria de Singapur. Cheah empujó al grupo a la primera zambullida, ofreciendo un intenso panorama de la economía global en esta “era Trump” que estamos atravesando. Contó, con mucho fervor, ya que él es consecuencia del mismo, el modelo exitoso de Singapur -una de las economías mundiales más desarrolladas- que, en su opinión, podría servir de ejemplo al Uruguay por ser un pequeño país. La clave de ese caso de éxito no es ni más ni menos que importar talento de países aledaños y un modelo educativo sólido, atractivo y sustentable. En ese momento se percibió en el grupo de uruguayos una especie de suspiro generalizado, ya que si bien se le informó superficialmente nuestra realidad, ninguno de los visitantes quiso perder tiempo abrumando a Cheah acerca de un país que es experto en exportar talento y cuyo sistema educativo, otrora ejemplo, se encuentra en crisis.

Luego, el grupo se condujo al edificio de la Gabelli School of Business, donde había nada menos que un simulador de la bolsa, un “trading room”, repleto de pantallas, visores con indicadores y el ambiente adecuado que sirve como entrenamiento para los chicos de Wall Street.

La sorpresa fue grande cuando el grupo de uruguayos fue recibido en sala por el propio Marc Gabelli, el mismo cuya escuela de negocios lleva su nombre, ya que él, junto a su padre, son benefactores de la universidad y forman parte del directorio de dicha casa de estudios. El motivo no fue solo dar la bienvenida, sino también -con parte del equipo de su compañía Gamco Investors, que asesora en inversiones-, ofrecernos una mirada del mercado bursátil en Estados Unidos. A su vez, contó parte de la historia de cómo su padre, Mario Gabelli, un descendiente italiano de origen humilde proveniente del Bronx, quien gracias a su talento natural y a la oportunidad clave que le ofreció la Universidad de Fordham con una beca -luego continuó sus estudios en la Universidad de Columbia-, comenzó una carrera exitosa en Wall Street, que terminó por convertirlo en uno de los hombres más ricos de los Estados Unidos. Acredita esto último su posición en el ranking de la revista Forbes en el puesto 346 en el 2006. Sin dudas, la historia de final más que feliz, del sueño americano hecho realidad.

Día 2

En el segundo día de trabajo el recibimiento estuvo a cargo del Prof. Navid Asgari, nacido en Irán con un PhD también de la National University of Singapore, y otro ejemplo de importación de talento de ese país. Asgari, cuyas áreas de investigación incluye alianzas y discontinuaciones tecnológicas, particularmente en el contexto de la industria biofarmacéutica, habló de estrategia. A través del análisis de diferentes casos y de lecturas previas asignadas, se analizó la perspectiva sistémica de la estrategia y cómo la misma se diferencia de la eficiencia profesional. La premisa para el éxito es la disciplina y la coherencia en la toma de decisiones, y en ese contexto analizó a partir del caso de la compañía aérea low cost malaya Air Asia, cómo realizando los “trade offs” correctos es posible hacer la diferencia, incluso en mercados de rentabilidad escasa. Un momento de curioso tuvo lugar cuando Asgari, como un gesto de amabilidad, hizo una introducción a su clase con una diapositiva en su presentación sobre Uruguay con imágenes de Diego Forlán en la selección, el mate, campo, Casapueblo, Páez Vilaró y, por supuesto, una foto grande en el ángulo superior derecho de nuestro expresidente celebrity, José Mujica.

Luego, el grupo visitó las oficinas de Bloomberg, en cuya sede principal de Manhattan trabajan 5.000 personas. El recibimiento estuvo a cargo de la asistente personal de Michael Bloomberg, ya que su jefe estaba en el Reino Unido. La anfitriona nos realizó una amena recorrida por el lugar que, estructuralmente, nos reafirma que estamos en el Siglo XXI. Oficinas vidriadas, espacios comunes con jerarquías sin delimitar, donde todo se comparte, nada se esconde, conforman una estructura de modernidad y simplicidad a la hora de trabajar. En cada piso estaban habilitadas áreas de café, jugos, snack bar “for free” tanto para empleados como para visitantes.

Un dato curioso es la cantidad de peceras con peces llamados “coin fish” que hay en cada piso y que no funcionan simplemente como un aspecto decorativo, sino que hay una cábala detrás, como la mayoría de los empresarios americanos suele tener. Por ejemplo, en la pecera del primer piso hay 22 peces en un estanque por las 22 terminales que le vendieran por primera vez a Merrill Lynch. Y así en otros pisos, la cantidad de peces responden a diferentes operaciones millonarias de la compañía.

Día 3

Esta era la clase que, a priori, en lo personal más temor inspiraba. Para alguien proveniente del mundo de la comunicación, tener una clase de Finanzas con el Prof. Mario Di Fiore -quien fuera Global Head of Compliance de la Reserva Federal de los Estados Unidos-, representaba todo un desafío. Pero por sobre todas las cosas, además de encontrarnos con un ser humano cálido, accesible y muy ameno, nos ofreció una clase magistral de neurociencias en la que analizamos, cómo la zona del cerebro que controla las emociones, condiciona las decisiones aparentemente racionales, como aquellas financieras, de negocios e inversiones.

La generosidad y humildad de este profesor se mostró al punto que, con total apertura compartió su investigación para la que es candidato a un PhD por la Neoma Business School, de París. En síntesis, Di Fiore intenta encontrar patrones de comportamiento, desde lo neurológico y financiero, para poder predecir en mayor o menor medida conductas humanas.

La visita de la tarde fue prácticamente como llevar un grupo de niños a Disney World. Tras arribar al New York Stock Exchange, y lejos de realizar la típica visita turística, el grupo fue recibido en una sala de directorio, donde se nos explicó cuál era su rol y las tendencias para el próximo año. Pero el momento más memorable tuvo lugar en el piso donde se realizan las operaciones en vivo, con todas sus pantallas multicolores, la adrenalina que se palpita en el aire y el estudio de la CNBC transmitiendo en directo. Y como si pudiéramos pedir más, nos escoltaron al lugar emblemático que responde a los rituales más tradicionales de Wall Street, donde algunos elegidos realizan el ritual de tocar campana y golpear el martillo en el balcón. Allí estaba una compañía que, con su equipo ejecutivo y CEO, iba a proceder con el acto solemne, mientras varios “uruguayos de incógnito” filmábamos y tomábamos fotos. Al finalizar, el grupo fue autorizado a sacarse una foto simbólica en ese sagrado lugar. Para muchos de los visitantes, Disney pareció real por un momento.

El final de una jornada más que intensa no fue menos impactante, ya que nuestro anfitrión de lujo Marc Gabelli ofreció al grupo una cena de gala nada menos que en el club privado italiano ‘Tiro a segno’. La cena, ciento por ciento italiana, de cinco pasos y excelente vino chianti, terminó con una competencia de tiro al blanco en el subsuelo del club.

Día 4

La primera charla del día estuvo a cargo de la Prof. Dongli Zhang, nacida y formada en China y con doctorado en la Universidad de Minessotta, una experta en gestión, operaciones y logística. En su disertación, abrió entre los presentes un vasto panorama acerca de la eficiencia de la cadena de valor. A través de técnicas lúdicas, el equipo analizó cómo alinear la estrategia con la incertidumbre.

Pero el plato fuerte estuvo a la tarde, donde en BMW Manhattan el grupo fue recibido por su presidente y CEO, Arturo Pineiro. Un ejecutivo mitad español, mitad brasileño, que con absoluta apertura reveló la estrategia de la compañía para los próximos años, basada en la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. Hizo alusión, además, al impacto de los autos eléctricos y el modelo de gestión que la compañía quiere imponer en todas sus filiales, centrado en la persona y dejando atrás todo resabio de su cultura organizacional arrogante, propia de empresas de estas características, según su visión. La visita a la planta incluyó además la presentación de automóviles exclusivos de los eléctricos y de los convencionales.

Día 5

Para la clase del último día, a cargo del Prof. William Catucci, abogado de profesión, el tema a tratar sería liderazgo. Como tarea, previamente hubo que leer un caso sobre una historia real de una compañía de telecomunicaciones que atravesaba una gravísima situación de crisis organizacional y financiera. La historia cuenta que al CEO de una de las compañías asociadas de la que está en problemas, y que se encuentra a punto de retirarse, le proponen quedar al frente de la misma en el medio de la tormenta para salvar la situación. La lectura del caso en cuestión finaliza con un enigmático “continuará…”. El prof. Catucci consultó a los integrantes del grupo si habían leído el caso, y recibió de todos una respuesta afirmativa. La sorpresa fue grande cuando nos revela que el protagonista de la historia, el gran salvador de la compañía, estaba bajo un seudónimo y que el verdadero personaje en realidad era él. Entre asombro y admiración, de ahí en más el equipo puso toda su atención en escuchar un caso extraordinario, resuelto con una capacidad de liderazgo extraordinaria y con el desarrollo de equipos de trabajo que se apoyaron unos a otros para lograr el objetivo. Luego, a continuación, la Prof. Karen Jaisi comentó acerca de la técnica de los seis sombreros, que permite adoptar diferentes perspectivas y posiciones ante una decisión estratégica. Un cierre estupendo que nuevamente permitió interactuar entre todos y compartir conocimiento.

La última charla de la semana la ofreció una startup, Bright Farms, que a través de la expansión en el país de granjas hidropónicas, proporciona vegetales frescos y locales en los diferentes estados del país.

La experiencia

Se trató de una vivencia única que hizo que todo el grupo volviera con una gran apertura a innovar, desarrollar nuevas estrategias, ampliar sus horizontes sin tomar en cuenta el “techo” que a veces impone la dimensión de nuestro país.

La experiencia permitió comprobar de primera mano que los verdaderamente “grandes” usan su poder económico y corporativo en pos del desarrollo de sus equipos, comunidades y su entorno. Que lejos de reservar su conocimiento o fórmulas exitosas, las comparten. Que muchas veces una pequeña idea brillante se vuelve el desvelo de los inversores, y que no existen fronteras ni límites para desarrollar los sueños.

En los pasillos de Fordham existe un cuadro con la siguiente leyenda: “For those privileged with purpose. Fordham Determination. New York Drive”. A raíz del mismo, durante el regreso, Guillermo Garrone, uno de los viajeros, hizo una pregunta a todos: ¿Tenemos claro cuál es nuestro propósito? ¿Cómo utilizaremos lo recibido en Fordham para generar valor? Ante estas interrogantes, y a modo de reflexión, en lo personal creo que todos, de alguna forma, en este momento estamos forjando y moldeando nuestros propósitos y descubriendo que solo generando valor de forma auténtica, diferenciada y responsable alcanzaremos los mismos.