Mario Bergara: “Ojalá que la coalición con Cabildo Abierto dure poco, por el bien del Uruguay”

EN PANINI’S

Mario Bergara, senador electo por el Frente Amplio


La participación de Cabildo Abierto (CA) en el gobierno entrante genera preocupación en algunos dirigentes frenteamplistas. Es el caso del expresidente del Banco Central, quien entiende que hay una coalición “necesaria” con CA y espera que llegue a su fin rápidamente. Según dijo, “hay visiones de país y de la institucionalidad que representa la formulación” del partido que dirige el general retirado Guido Manini Ríos, que “son separables del resto del sistema político”.


 El menú  En la cava de Panini’s, el economista degustó carpaccio de lomo, y como plato principal eligió la clásica lasagna. Acompañó el menú con agua mineral con limón. De postre, optó por un plato de frutas con helado de crema.


Por Oscar Cestau | @OCestau y Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-Richard Read dijo a CRÓNICAS la semana pasada que si el Frente Amplio (FA) no hubiera dejado un déficit del 5%, “no tendríamos por qué hablar de ajustes”. ¿Qué opinión le merece?

-El tema del déficit no es un capricho, hay cosas que lo justifican y está claro que hay que ir corrigiéndolo, como viene planteando el gobierno hace tiempo.

-¿Por qué cree que no se pudo cumplir el objetivo del gobierno de bajar ese déficit?

-Se tomaron medidas en lo tributario, en el gasto, pero hay componentes que son inerciales y que explican la imposibilidad de que el déficit se haya reducido, que tienen que ver, sobre todo, con el déficit del sistema de seguridad social.

-Dado que el crecimiento de la economía ya no es el mismo, ¿qué se debería hacer ante ese escenario? Muchos economistas plantean la necesidad de un ajuste.

-Nosotros mantenemos la visión de que hay que trabajar gasto a gasto, corregir situaciones, pero que la clave está en los componentes gruesos de gasto. Hay que abordar una actualización del sistema de seguridad social entre todos los partidos políticos y con mucho diálogo con las organizaciones sociales, porque podremos hacer esfuerzos en algunas áreas, pero todo va a ser insuficiente si no abordamos ese tema. El déficit del sistema de seguridad social ronda los 3.500 millones de dólares y está aumentando en cientos de millones por año, por lo cual, otras medidas pueden ayudar pero nunca van a ser suficientes para compensar esa evolución.

-¿Cree que el FA va a tener participación en esa discusión, considerando que la coalición multicolor va a tener las mayorías?

-Este es uno de los temas que se tienen que abordar con visión de Estado, con una perspectiva de mediano y largo plazo. Tendría mucho sentido que eso lo conversáramos entre todos los partidos políticos.

-¿Cómo ve las propuestas en materia económica que ha hecho el gobierno electo?

-Han sido anuncios que no tienen todavía demasiada carne. Se habla de un ajuste fiscal de 900 millones de dólares, pero seguimos sin saber qué contenido tiene eso, o sea que habrá que esperar a la famosa ley de urgencia para saberlo. Hay varios elementos vinculados al enfoque de la política económica que no compartimos, sobre todo en esa intención de quitarles roles a las políticas públicas, al Estado. Después habrá que ir viendo, área por área, cuáles son los planteos.

-¿Cree que hay un riesgo de que se pierdan derechos?

-Nosotros vamos a trabajar para que los derechos que se han ido incorporando en la sociedad se mantengan y, eventualmente, se profundicen. La coalición es tan multicolor que tiene expresiones de todo tipo, desde los que dicen “esto no se va a tocar”, hasta los que dicen los disparates más grandes con respecto a la legalización del aborto o al matrimonio igualitario. Habrá que esperar a ver qué es lo que el gobierno va a ser capaz de promover, pero nuestro posicionamiento es bien claro al respecto de la defensa y la profundización de los derechos.

-¿De qué manera van a ejercer ese rol, considerando que van a ser minoría?

-Desde el punto de vista del trabajo político, en la sociedad y en el Parlamento. Pero además, en esa coalición, sobre muchos temas hay visiones muy distintas.

-¿Quiere decir que en muchos temas no va a ser suficiente la mayoría de la coalición, para aprobar leyes, por ejemplo?

-No hay homogeneidad en las visiones, así que no creo que en todo haya total acuerdo. Hay planteos muy drásticos, sobre todo del lado de CA, que yo me imagino que los sectores más sensatos de los partidos tradicionales no van a acompañar. Por eso estamos un poco alertas a ver qué es lo que se propone, porque si es a juzgar por las declaraciones públicas, hay una variedad enorme de perspectivas.

-¿Rever el contrato de UPM, por ejemplo?

-Eso no tiene ningún andamiento, es algo que no tiene sentido, a no ser que queramos hacer explotar una tradición del Uruguay del respeto a los contratos y a las reglas de juego.

-¿Cree que el tema económico le pasó factura al FA?

-En parte sí, pero no creo que haya sido un factor sustancial.

-Somos tomadores de precios, hay una guerra comercial, una región convulsionada, no tenemos los precios de 2012-2013…

-Exacto. Ni tenemos los niveles de crecimiento de la economía global de hace cinco años; la región hace siete u ocho años que es un desastre, que no crece, tiene todos los desequilibrios macroeconómicos posibles y problemas sociales importantes. Eso incide en que Uruguay está creciendo a tasas bajas, pero hay que ver el medio vaso lleno, es decir, en otras circunstancias, esta realidad regional nos hubiera arrastrado a una situación más crítica. Eso no pasó porque hubo políticas explícitas de diversificar los intereses de Uruguay en el mundo.

Hace cinco años estábamos en la cúspide de todo, nunca había habido tantos puestos de trabajo en Uruguay, con niveles tan altos de formalización, con niveles salariales que crecieron todo el tiempo. Al enfriarse la economía por la baja de precios internacionales, pero sobre todo por las condiciones regionales, emergieron problemas en algunas empresas o sectores; no es algo generalizado pero se ha reducido el empleo.

De todas formas, hoy Uruguay está en un nivel superior de bienestar, equidad y derechos, pero es natural que la sociedad reclame cosas distintas. Cuando el FA empezó a gobernar había 40% de pobreza, 14% de desempleo; las demandas de la sociedad eran las más básicas: salir de la pobreza, un puesto de trabajo. Hoy las cosas son diferentes y los reclamos también lo son, y no siempre dimos las mejores respuestas.

-¿En qué casos, por ejemplo?

-Primero, estamos hablando de una evaluación crítica por el resultado electoral, pero no es una catástrofe. Hay una derrota electoral porque perdimos el gobierno, pero el FA sale de pie en esta circunstancia. Para nosotros la autocrítica y el reclamo de renovación en el FA no son hijos de la derrota electoral. La base para tener un enfoque crítico es la reivindicación de todo lo hecho por los gobiernos del FA; hay un montón de logros indiscutibles que hacen que hoy la sociedad esté mejor en prácticamente todos los terrenos.

Sin embargo, creo que hubo reacciones tardías en la seguridad, la educación, el vínculo con algunos sectores productivos, la relación del FA con los militares. Esto último me deja un gusto a poco con respecto a memoria y justicia, la Caja Militar, la Ley Orgánica. El gobierno no reaccionó en tiempo y forma a las señales que la sociedad daba en los aspectos que mencionaba, aunque se ha avanzado en todos esos terrenos. También desde la fuerza política se reaccionó tarde; se demoró mucho en resolver los temas de corrupción y ética.

-Dentro del FA hay posturas muy distintas en cuanto al rol de los militares. Constanza Moreira ha propuesto reducirlas drásticamente, por ejemplo, pero muchos sectores del partido no lo comparten.

-Yo discrepo con ese enfoque de Constanza y con muchos de los planteos que ella ha formulado con respecto a ese tema, lo cual no quiere decir que no haya que discutir en profundidad cuál tiene que ser el rol de las Fuerzas Armadas (FFAA). Es algo que me interesa y voy a trabajar en la Comisión de Defensa para dialogar con las FFAA y entender con más claridad cuál debe ser el alcance de sus roles. Yo no tengo esa visión de que las FFAA son un estamento separado de la institucionalidad democrática, sino todo lo contrario, tienen que estar integradas como un ingrediente sano y hay mucho para trabajar juntos.

-¿La aparición de Manini pudo haber sido un llamado de atención?

-Quizás es la forma en que se explicitó algo que ya estaba subyacente, no solo en las FFAA, porque creo que es un error concebir a CA como un partido militar, sino también en gente con posturas de extrema derecha que antes votaba al Partido Colorado (PC) o al Partido Nacional (PN).

-En el FA hay quienes creen que sí es un partido militar.

-Creo que ni siquiera hay que instalar esa idea porque iría en contra de lo que acabo de decir. Las FFAA tienen que ser un ingrediente de la institucionalidad democrática y eso las inhibe de participar activa y organizadamente en el proceso político partidario. Eso sería un factor de debilitamiento institucional que estoy seguro de que nadie en Uruguay quiere, ni las propias FFAA. Pero además hay personas que han apoyado a Cabildo, que tienen visiones de extrema derecha, pero no son militares.

-¿Usted cree que CA es de extrema derecha? Manini ha dicho infinidad de veces que su partido no es de derecha ni de izquierda.

-Todo el mundo cree que sí.

-¿Adónde cree que se fueron los 200.000 votos que perdió el FA en octubre?

-Ha habido movimientos, sobre todo, con la emergencia de CA, pero no es que todo se quedó quieto y el FA perdió votos y CA los ganó. Hubo corrimientos en todos los partidos; del FA al PN y al PC, del PN y del PC hacia CA, y alguna gente que había votado al FA votó a CA, por ejemplo, en el estamento militar.

-¿Cómo se explica que frenteamplistas hayan votado a la derecha?

-No creo que frenteamplistas, ni siquiera en un número mínimamente significativo, hayan votado a CA. De repente votaron a CA ciudadanos que habían votado al FA en elecciones anteriores, por ejemplo, gente del aparato militar, pero también gente que vive en asentamientos, que fueron los sectores donde CA tuvo más apoyo. En otros momentos votaron al FA y hoy optaron, sobre todo por los temas de la seguridad, por CA.

-¿Cuál va a ser la impronta del FA como oposición?

-El FA tendrá, incluso desde la oposición, un posicionamiento potente, porque tampoco es que del otro lado hay una cuestión homogénea. El PN votó tres puntos peor que en la elección anterior; el PC, con Talvi, votó peor que con Bordaberry, o sea, tampoco es que del otro lado está la potencia en toda su pureza. Y hay una coalición necesaria con CA que ojalá que dure poco, por el bien del Uruguay.

-¿Por qué?

-Porque hay visiones de país y de la institucionalidad que representa la formulación de CA, que creo que son separables del resto del sistema político.

-¿Cómo ve la estructura orgánica del FA hoy?

-Hay una clara necesidad de rediscutir los aspectos orgánicos del FA, reivindicando el rol de una estructura basada en los comités de base y las coordinadoras, porque toda la campaña se hizo en base a esa red. Es necesaria una reestructuración en el FA para que sea lo más representativo posible; eso significa incorporar las nuevas formas de interacción social y política que hoy tiene la sociedad, como un montón de colectivos y de espacios virtuales.

-Si el candidato a vice hubiese sido uno de los exprecandidatos, ¿el resultado habría sido otro?

-No.

-¿El FA no se ató a la fórmula paritaria?

-El resultado electoral no responde a un único hecho ni a un error de campaña. Poner foco en eso me suena más a buscar un chivo expiatorio que a entender un proceso político.

-Pero, ¿no considera que fue errónea la forma en la que se eligió la candidata a vice?

-Ya pasó, y en todo caso no creo que sea la explicación del resultado electoral.


“A la IM hay que encararla como un fin en sí mismo, no al servicio de otros objetivos”

-¿Está descartada su candidatura a la Intendencia de Montevideo (IM)?

-Sí. Yo tengo la necesidad de fortalecer el espacio que estamos impulsando, con un enfoque de renovación en el FA, de visión crítica y una fuerte impronta seregnista. Me parece que eso va a contribuir a los equilibrios políticos que son imprescindibles para el FA. Entiendo que la IM no es el mejor lugar para desarrollar este despliegue político. También creo que a la IM hay que encararla como un fin en sí mismo, no al servicio de otros objetivos. Yo aspiro a apoyar a un candidato a intendente de Montevideo que se comprometa a cumplir enteramente su mandato, trabajando los cinco años para los montevideanos. Esa es una señal necesaria y ayuda a fortalecer la credibilidad del sistema político.

-¿Se refiere a que la IM se ha usado como trampolín hacia la candidatura presidencial?

-Hay gente que lo puede interpretar en esos términos.

-¿Volvería a ser candidato a presidente?

-Creo que puede haber condiciones para que así pase; va a depender de cómo sea el proceso político de aquí al 2024, pero hay una perspectiva en esa dirección.