Acuerdo Mercosur-UE trajo optimismo, pero brinda un “desafío” para Uruguay

Bartesaghi > Lo importante es que mejora las condiciones de acceso para ambos bloques

Tras 20 años de álgida negociación el Mercosur y la Unión Europea (UE) firmaron un acuerdo que fue elogiado en términos generales por autoridades, analistas y empresarios. Si bien los beneficios no son los esperados inicialmente, la concreción del acuerdo es vista con optimismo. No obstante, ya encuentra resistencias en sectores agrícolas franceses, y a nivel local se advierte que “las empresas y el país tienen muchos deberes” para mejorar la competitividad y no verse perjudicados.

Por Ricardo Delgado | @ricardo_dl e Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo

El camino ha sido largo y tortuoso. En el año 1999 un infanto Mercosur con menos de diez años de creación comenzó a negociar con la UE buscando un acuerdo comercial entre ambos bloques. Dos décadas después, con el Mercosur cerca de ser treintañero, ambas partes alcanzaron un acuerdo que no demoraron de calificar de histórico.

“Tenemos acuerdo Mercosur-UE”, dijo en un tono emocionado, sollozando, el Canciller argentino, Jorge Faurie, en un audio de Whatsapp dirigido al presidente Mauricio Macri.

Más allá de la -quizas exagerada- emoción del funcionario, el acuerdo firmado el pasado viernes 28 de junio marca un punto de inflexión histórico en las negociaciones y da un paso importantísimo hacia el futuro relacionamiento político y comercial entre ambas regiones del mundo.

No obstante, no es un punto final. Ahora comienza un nuevo camino hacia la ratificación del acuerdo, con obstáculos que no solo irán surgiendo, sino que ya se están viendo en ambos bloques.

En una conferencia de prensa, el embajador de la UE en Uruguay, Karl-Otto König, destacó los beneficios que le significa al Mercosur el acuerdo alcanzado: Un acceso preferencial en productos agrícolas, un proceso de adaptación más longevo, el establecimiento de un vínculo “político, cultural, económico, estratégico y permanente”, y una mejora en la competitividad para Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Aunque sin el sollozo de su par argentino, el canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, también destacó la relevancia que tiene este acuerdo para el Uruguay, asegurando que  proveería al país de un ahorro de US$ 100 millones anuales en aranceles.
Nin Novoa destacó al equipo técnico del ministerio de Relaciones Exteriores por su trabajo en las negociaciones a las que calificó de “arduas y difíciles”.

Subrayó que el presente es quizás “el acuerdo comercial más grande del mundo”, ya que concentra US$ 90.000 millones anuales de intercambio entre ambos bloques y abarca 800 millones de personas.

Asimismo, indicó que la UE ya es el segundo destino comercial tanto del Mercosur como de Uruguay, pese a que hasta ahora se trata del bloque que mayor cantidad de aranceles impone a la oferta exportable nacional.

En ese sentido, comentó que el convenio implicará -una vez que entre en vigor- que el 97% de toda la oferta exportable de Uruguay tendrá ingreso preferencial a Europa, lo cual representa llegar a 58 mercados, con ingresos por unos US$ 100 millones anuales.

Repercusiones positivas

En términos generales el acuerdo es visto positivamente con un amplio consenso.

En diálogo con CRÓNICAS, el doctor en Relaciones Internacionales, Ignacio Bartesaghi, lo calificó como “el más importante” que el Mercosur ha cerrado en su historia. No obstante, matizó que independientemente de los beneficios obtenidos, se observan algunas desventajas, o contratiempos, del acuerdo. “Si la cuota de la carne es mucho o poco en relación a lo que se pensó inicialmente, si las cuotas en lácteos es mucho o poco, si no tendrían que hacer un acuerdo un poco más abarcativo y con menos flexibilidades”, graficó.

Lo importante de la alianza es, según Bartesaghi, que mejora las condiciones de acceso para las dos partes involucradas, no importa si es el acuerdo es “más grande” de uno u otro lado. Asimismo, interpreta que “colabora” con las intenciones de la UE en distanciarse del discurso proteccionista estadounidense, y tiene impactos geopolíticos para la estrategia del viejo continente en relación a América Latina y el Caribe, analizó el experto. Esto es relevante al observarlo como que Europa estaría “moviendo fichas” antes que China, que “va avanzando” con comercios bilaterales.

Por otro lado, desde el sector empresarial, el pacto también fue visto con buenos ojos.

Desde la Cámara de Comercio (CNCS) su presidente, Julio Lestido, opinó en diálogo con CRÓNICAS que se llegó “a buen puerto”, abriendo la posibilidad al comercio uruguayo de afianzarse internacionalmente.

En tanto, Gerardo García Pintos, presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales, lo consideró “políticamente importante” en este momento “porque hay quienes hablaban de salirse del Mercosur”.

Ante ello, ambos empresarios felicitaron al equipo de negociación uruguayo por la concreción del pacto.

Sin embargo, para Gabriel Murara, presidente de la Cámara de Industrias (CIU), el acuerdo debe ser visto como una oportunidad para potenciar la competitividad del país. “Las empresas y el país tienen que hacer muchos deberes, hay un desafío muy grande para todos”, comentó a CRÓNICAS.

No tan rápido

Con el acuerdo ya firmado luego de tanto tiempo de incertidumbre, ahora lo que resta es que cada una de las naciones lo ratifique, en un proceso que puede tardar al menos dos o tres años.

La primera parte consta de una negociación técnica y burocrática para formalizar el tratado. Eso incluye el pulido legal de los puntos incluidos en el tratado y la traducción completa del articulado a los más de 30 idiomas oficiales que se hablan en los países miembros de los dos bloques.

Una vez concluida esa etapa, ya seguramente en 2020, se debe elevar el texto a la aprobación de los parlamentos de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Europeo. Se espera que eso pueda demorar hasta dos años.

La aprobación en el Parlamento de la UE requiere una mayoría calificada: 16 de los 28 estados, siempre que representen el 65% de la población de la UE.

Una vez aprobado por todos los países, entrará en vigencia una canasta de desgravación arancelaria paulatina de hasta 15 años para algunos productos.

Los contras

Pero más allá del optimismo mostrado a nivel político y empresarial local, no van a faltar las voces contrarias al acuerdo. De hecho, ya hay algunas que se están haciendo sentir con fuerza y que ponen un gran signo de interrogación sobre el futuro.

En Francia hay varios movimientos agrícolas que se han mostrado contrarios al acuerdo, argumentando razones medioambientales (ver recuadro).

En este sentido, que el acuerdo efectivamente se concrete entre oposiciones y presiones “preocupa relativamente”, opinó García Pintos, aunque a su entender, esos sectores están “exagerando”. “Habrá que ver los liderazgos de los países donde hay dificultades y son capaces de llevarlo adelante”, expresó.

Pero el acuerdo ya se firmó, por lo que “ya se ha llegado a una etapa de no retorno”, según Lestido.

La realidad es que, a futuro, “es difícil proyectar qué puede ocurrir”, ya que “depende mucho” del rol que jueguen los presidentes de cada país, analizó Bartesaghi. Para el experto, se trata de “informar bien”, de comunicar “los impactos positivos, las excepciones” y “convencer al Parlamento que lo apruebe”.

El problema no es exclusivo de Francia. Para el experto en relaciones internacionales, la discusión se puede dar también en Argentina, frente a un cambio de gobierno, y una nueva composición del Parlamento en ese país. “No sé si este acuerdo se aprueba fácil”.

“Este es un problema que siempre está cuando se cierra un acuerdo comercial”, agregó Bartesaghi.

Pensando para adelante

Con el acuerdo más importante de su historia ya firmado, resta preguntarse qué camino seguirá -o debe seguir- el Mercosur en general y Uruguay en particular en su camino de apertura comercial.

A propósito, Bartesaghi subrayó que el riesgo es “creerse que ya estamos”. El bloque “sigue lleno de imperfecciones”, por lo que “no puede plantearnos en un lugar de decir que estamos tranquilos”, opinó.

De esta manera, el Mercosur tendrá que seguir adelante y concretar otros acuerdos, principalmente con aquellos países con los que la negociación está en curso aún. Canadá, Corea del Sur y Singapur son los tres importantes, que pueden mirar al bloque con “un poco más de interés” ahora que se cerró con la UE.

En este sentido, García Pintos opinó que “es bueno” que los equipos negociadores uruguayos “se liberen” del tema de la UE, ya que pueden dedicarse a estas otras posibles alianzas.


Uruguay y Paraguay serán los más beneficiados, según Moody’s

Uruguay y Paraguay «serán los más beneficiados del acuerdo dado que son economías abiertas y pequeñas» , afirmó Samar Maziad, analista senior de la agencia calificadora de riesgo Moody’s en declaraciones difundidas por la calificadora en Buenos Aires.

En términos generales, evaluó que «el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur es un acontecimiento positivo en términos crediticios, cuyos beneficios probablemente se materializarán en el mediano plazo».

«En el caso de Brasil y Argentina, las economías más grandes del Mercosur, prevemos que los beneficios económicos serán importantes, pero proporcionalmente menores y que las perspectivas macroeconómicas seguirán estando dominadas por acontecimientos domésticos», agregó Maziad, según consignó el sitio Infobae.


Allons enfants de la patrie

La reacción no sorprendió. Francia ha sido uno de los principales abanderados históricos en contra del acuerdo, porque aplica importantes subsidios para defender su producción. Con la firma del convenio, la reacción no demoró en llegar.

Ecologistas, empresarios, agricultores y legisladores franceses han salido a criticar duramente el consenso, poniendo el foco principalmente en cuestiones medioambientales y apuntan directamente al presidente brasileño Jair Bolsonaro.

“No entiendo cómo podemos firmar este acuerdo. Este tipo de decisión política muestra que no tenemos ningún acercamiento sistémico global a la lucha contra el cambio climático. Estamos lejos de la coherencia. Por una parte, crea dudas sobre las intenciones y las declaraciones políticas, de acuerdo a las prácticas de la realidad», dijo el ex ministro de medio ambiente, Nicolas Hulot, en una entrevista con el diario Le Monde.

Luego apuntó al presidente brasileño: «Dejamos a un presidente, Jair Bolsonaro, destruir la Amazonia, sin la cual no tenemos ninguna capacidad de ganar la batalla climática»

El campo francés también prometió resistir al acuerdo: «Es inaceptable». «Expondrá a los agricultores europeos a una competencia desleal y a los consumidores a un engaño total», tuiteó la titular del sindicato agrícola FNSEA, Christiane Lambert.

En un primer momento, Macron salió a poner paños fríos: «Siempre dije que un buen acuerdo comercial es bueno para nuestras empresas y empleos. Este acuerdo permitirá abrir mercados agrícolas e industriales y proteger nuestras indicaciones geográficas. En este estadio, el acuerdo es bueno».

Macron se mostró orgulloso de que Bolsonaro no se fuera del acuerdo del clima de París, como había amenazado.

Sin embargo, luego de las duras críticas, el gobierno francés tuvo que salir a aclarar que el país aún no está preparado para ratificar el acuerdo.

“Vamos a mirarlo con detalle y en función de estos detalles se va a decidir”, dijo Sibeth Ndiaye la vocera del gobierno de Macron, agregando que por el momento Francia «no va a ratificar»el convenio. «Francia no está lista a ratificar el acuerdo”, agregó.