Covid-19 generará aumento de ansiedad, agresividad, dificultades vinculares y elementos depresivos

Según > Expertos en el área de salud mental

En diálogo con CRÓNICAS, los expertos Rafael Sibils y Luis Villalba -socio de la Sociedad de Psiquiatría del Uruguay y presidente del ente, respectivamente- explicaron que la presencia del Covid-19 en el país causará un aumento de la ansiedad, con cierto grado de irritabilidad, en la gente que no tiene problemática de salud mental previa. A ello se le suma una mayor agresividad y elementos depresivos. Por otro lado, los pacientes que ya presentan trastornos “son más vulnerables”, según Sibils, y pueden presentar “algún grado de descompensación”, añadió Villalba.

Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo

El coronavirus Covid-19 parece haber generado mayores niveles de preocupación en el pueblo uruguayo. Si a eso se le suma el aislamiento, es decir, no salir de la casa y relacionarse con la menor cantidad de gente posible, la situación puede generar estrés, angustia o malestar a nivel de salud mental.

Ante tal panorama, el psiquiatra Rafael Sibils, autor de “Salud Mental en la crisis Covid-19”, explicó a CRÓNICAS cómo se deteriora la salud mental en tiempos de cuarentena. Sibils, socio de la Sociedad de Psiquiatría del Uruguay (SPU), avalado por el presidente de la organización, Luis Villalba, dio detalles sobre los lineamientos a seguir en caso de padecer la cuarentena.

En este sentido, sostuvo que la presencia del virus en el país puede generar un aumento de la ansiedad, en el estado de alerta, y con cierto grado de mayor irritabilidad. A su vez, Villalba, en diálogo con CRÓNICAS, añadió que pueden presentar “miedo, mayor agresividad, dificultades vinculares y elementos depresivos”.

Lo antedicho, puede ser palpable en las personas que no tienen una problemática de salud mental previa. En cambio, aquellos que sí presentan algún tipo de trastornos, generalmente son más vulnerables y pueden tener más problemas, advirtió Sibils. Villalba concordó con su par, y comentó que “es razonable pensar que muchos pacientes presenten algún grado de descompensación”. Sobre todo, profundizó, aquellos que no están tratados y los que carecen de contención familiar y social suficiente.

Por otro lado, Sibils indicó que el distanciamiento social que se insiste en mantener para evitar la propagación del virus pone en jaque toda la capacidad de vincular, además de que cambia radicalmente las rutinas de las personas, por lo que hay que reacomodar la estructura familiar o grupal.

“Eso no necesariamente es dañino si se conservan determinadas pautas. O puede ser, incluso, de mucho apoyo en la familia, puede haber un soporte mutuo, y es lo que se espera”, precisó Sibils.

Ante la posibilidad de que el escenario actual se prolongue -no por un par de semanas, sino algunos meses-, algunas personas pueden acentuar estos problemas, y la mayoría se adaptará a la nueva situación, evaluó el jerarca del SPU.

Con la cabeza bien puesta

De esta manera, ante la pandemia global que afecta a Uruguay y obliga a tomar medidas extremas en materia de salud, Sibils observó que “no se le ha dado todavía mayor jerarquía” a la salud mental. Reconoció, sin embargo, que en estos momentos la importancia recae en todo lo relacionado con el control de la infección.

Dentro de este contexto, “la salud mental puede apoyar todo eso”, sostuvo. Por ello, reafirmó que se le debería dar un poco más de lugar a este asunto.

Villalba, por su parte, señaló que no se está dando un aumento de la demanda desde el punto de vista asistencial. A pesar de ello, estimó que si la situación se agravara a algo similar a lo que sucede en Italia o España (países que hoy son considerados como los más azotados por el virus), seguramente la asistencia sanitaria en salud mental cobrará mayor relevancia.


Un mejor cuidado

Ambos expertos ofrecieron consejos para minimizar los impactos negativos que esta coyuntura tiene en la salud mental de cada uno.

Por un lado, Villalba instó a no vivir pendiente de la información, y solo ceñirse a noticias serias. Añadió, además, que se deben crear rutinas que tomen en cuenta horas para el trabajo o estudio, la recreación y el ejercicio.

Otras medidas incluyen mantener vínculos por medios electrónicos y cuidar horas de sueño y vigilia, detalló el experto.

En tanto, Sibils, en su texto sobre la salud mental en medio de la crisis, indicó que “no hay respuestas únicas, pero sí ciertas orientaciones que pueden ser útiles” para disminuir la angustia y manejar la ansiedad. Apuntó que “un cierto miedo es natural, sano, y permite anticiparse y generar hipótesis para anticipar problemas”, pero el punto es “no quedar atrapado en una, diez o cien hipótesis terroríficas y malgastar la capacidad psíquica en batallas que nunca tendrán lugar”.

Por lo tanto, el experto recomendó ocuparnos de lo concreto y no agobiarnos con preocupaciones obsesivas y apocalipsis proyectados que no sucederán.

Concordó con su colega en que es necesario informarse de fuentes confiables, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las plataformas e informes de las autoridades sanitarias locales. Sibils, además, detalló que no parece adecuado el uso de psicofármacos para una circunstancia como esta, más allá de que quizás algunos casos lo requieran.

En este sentido, afirmó que los pacientes en tratamiento por problemas psíquicos “requerirán una observación especial y facilitación del contacto con el personal que los trata”, lo cual puede realizarse a distancia.