Industria tocó fondo y comienza a mostrar signos de reactivación

Por sectores > Madera, papel e imprenta los más activos

El sector industrial está en condiciones de producir” mucho más de lo que tenía antes” sin realizar grandes inversiones o contrataciones de obra, opinó el asesor económico de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), Sebastián Pérez,  durante un desayuno de trabajo organizado por la institución. Al mismo tiempo, la jefa de Dirección de Estudios Económicos, Valeria Cantera, señaló que las últimas cifras obtenidas muestran que prácticamente el 50% de las ramas industriales están en una fase de expansión durante el último trimestre.

Por Anahí Acevedo | @PapovAnahi

La Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) organizó ayer, 1º de diciembre, su segundo desayuno de Coyuntura Industrial. El acontecimiento contó con la presencia de la jefa de la Dirección de Estudios Económicos, Valeria Cantera, y el asesor económico, Sebastián Pérez.

Durante el evento, Pérez afirmó que la economía uruguaya ha tocado fondo, lo que significa una “buena noticia” puesto que continuar cayendo “era bastante dramático”. A la vez, aseguró que ya se muestran signos de reactivación.

“Si vemos el tercer trimestre del año y lo comparamos con el de 2015, notamos que la industria aumentó un 2%. Es un indicador magro porque venimos de años de mucha caída pero hay que ver el vaso medio lleno”, valoró. Además, recordó que el sector registraba una “fuerte caída” y que tuvo un “gran período de estancamiento” desde el año 2010 hasta el 2014.

Al mismo tiempo, señaló que los últimos datos muestran que aproximadamente el 50% de las ramas industriales están en fase de expansión en el último trimestre, y que si se toma la producción industrial incluyendo a las zonas francas y excluyendo la refinería, el comportamiento es dinámico y “prácticamente no para de crecer”.

Se espera que la industria local -excluyendo los sectores de las zonas francas, denominadas como “núcleos duros”- cierre el año con una caída de 2.5% respecto a 2015, y que el próximo año tenga una leve recuperación en el orden de medio punto porcentual. Asimismo, se aguarda una caída del empleo aunque más reducida de lo que se tuvo entre el período comprendido entre 2012 y 2016, donde se acumuló un descenso del 20% aproximadamente.

Pérez indicó que hay expectativas en que las economías avanzadas y emergentes tengan un comportamiento mejor durante 2017, pero señaló que las mismas no gozarán de un repunte importante. Se estima que el comercio mundial crezca en el entorno del 4%, una cifra que “no es relevante”. En cuanto a Brasil, las perspectivas indican que tendrá un leve crecimiento en el año entrante, “aunque hay muchas dudas y hubo una sobre expectativa a nivel empresarial”.

No obstante, el asesor manifestó que hubo una gran transformación productiva dentro de los sectores y que todos los esfuerzos que se realizaron para aumentar la cantidad de capital, modernizar y tecnificar la industria se concretaron porque se dieron las condiciones. “En términos relativos, las maquinarias abarataron mucho en relación a lo que vale la mano de obra”, observó.

Por otra parte, Pérez aseveró que las exportaciones han tenido un comportamiento muy dinámico en los últimos años, empujadas por las zonas francas que se han instalado en los últimos años para producir celulosa.

Las ventas en el mercado interno muestran una tendencia declinante. La competencia internacional continúa siendo “muy intensa” y se compite con mucha desventaja en Argentina, según explicó. “Estamos vendiendo muy poco, en un entorno de US$ 350 millones por año. Para lo que es la historia, se está en niveles muy mínimos”, sostuvo el asesor.

Hombres y máquinas

El empleo ha caído “muchísimo” en los últimos años debido a la transformación de la industria a favor del capital, y se ha generado una gran expulsión de mano de obra en la industria, principalmente en textiles y calzados, explicó. “Ha habido un gran proceso de inversión para tratar de sustituir la mano de obra, pero las tazas de caída están reduciéndose significativamente. Si bien antes caíamos a cifras mucho mayores, hoy no lo hacemos tanto. Eso también es signo de reactivación”, reflexionó.

Al mismo tiempo, remarcó que la inversión en maquinaria de equipo ha crecido y que notan que el stock de capital que tiene la industria es muy elevado para los niveles de producción que se manejan. “La industria está en condiciones de producir mucho más de lo que se tenía antes  y de aprovechar las oportunidades si la demanda se reactiva tanto a nivel regional como nacional”, consideró. En este sentido, dijo que los niveles de productividad se encuentran bajos si se tiene en cuenta la mano de obra y las máquinas que se poseen.

Igualmente, apuntó a que se tienen “mínimos históricos” en rentabilidad aunque se espera cerrar el año con un leve repunte, y que se está en condiciones de producir “mucho más” sin realizar grandes inversiones o contrataciones de mano de obra.

En términos generales, la morosidad ha aumentado en niveles relativamente normales en la industria. El endeudamiento, tanto en el mercado financiero como en el de valores, está relacionado con la caída del Producto Interno Bruto (PIB) y con cuestiones de rentabilidad.

La industria dentro de la economía

Por su parte, Cantera consideró que el peso de la industria en la economía uruguaya viene procesando una disminución desde hace aproximadamente dos décadas, lo que implica transformaciones dentro de ella. “En particular, si observamos los últimos 20 años, vemos que hay una caída del PIB industrial en relación al PIB general, que pasó del 15% al 13% en 2015”, dijo.  Si se incluye el análisis de las zonas francas, la participación de la industria en el total del valor agregado en la economía fue de aproximadamente 11%.

Durante el año pasado el sector industrial generó un valor agregado de aproximadamente US$ 7.200 millones, de los cuales US$ 3.300 corresponden al PIB del núcleo industrial, US$ 2.200 responden a empresas con menos de 10 empleados o que se encontraban en la informalidad, US$ 1.000 fueron generados por las zonas francas y US$ 700 fueron producidos por la refinería de Ancap.

En 2015 la industria facturó US$ 13.700 millones, de los cuales US$ 7.100 fueron al mercado interno y US$ 6.600 correspondieron a exportaciones. “Hay un cambio con lo que se veía a finales de la década del 90, donde aproximadamente el 30% de las ventas industriales iban al mercado externo”, observó Cantera.

La industria participa de forma muy importante en las exportaciones de todo el país. En 2015, el 74% de las exportaciones de bienes eran industriales al tiempo en que el 55% de las de bienes y servicios también lo eran. Este dato no tenido grandes cambios respecto a las últimas dos décadas.

Desde 1997 hasta el año pasado se registró un incremento en la cantidad de empresas industriales, aproximadamente un 11% superior, donde se pasó de 14.000 empresas a 16.000 en 2015. “Hay un aumento en la participación de las empresas micro en detrimento de las empresas pequeñas, lo que confirma lo difícil que les resulta a las empresas desarrollarse gracias a algunas regulaciones en el país”, afirmó Cantera.

Sectores “ganadores y perdedores”

Además de esta disminución, se encuentra una que hubo sectores “ganadores y perdedores”. En este sentido, Cantera explicó que los grupos favorecidos fueron aquellos que estuvieron asociados a sectores más intensivos en recursos rurales o en capital, tales como aquellos relacionados al agro, los frigoríficos, la celulosa y la madera.

En contrapartida, se notó un mal desempeño de aquellos que tuvieron una disminución en la mano de obra, como es el caso de la industria textil.  “Aún así, en la economía local, la industria continúa siendo uno de los principales sectores que generan crecimiento y es el principal subsector del entramado empresarial privado”, aseguró.

El sector Alimentos, Bebidas y Tabaco continúa siendo el principal grupo de la industria y aumentó su participación de un 53% en el año 1997 a un 58% en 2015. Textil, Vestimenta y Cuero pasó de ubicar la segunda posición de participación a la quinta, pasando, durante estos años, de un 14% a un 5%.

La porción correspondiente a Químicos y Plásticos mantienen su participación, mientras que Productos metálicos, Maquinaria y Equipos se trasladaron del puesto décimo al séptimo. “Tiene que ver mucho con el colapso que vivió la industria automotriz en los últimos años”, observó Carrera.

La agrupación “estrella” fue Madera, Papel e Imprenta, que pasó de la posición quinta a la segunda y se incrementó ocho  puntos porcentuales que, según la jefa de Dirección de Estudios Económicos responde a la instalación de las plantas de celulosa, puesto que la industria de la imprenta significó una caída.

Mientras tanto, Alimentos, Bebidas y Tabaco representan la mitad de las exportaciones industriales y Madera, Papel e Imprenta respondieron a un 23% en 2015, cuando en 1997 lo hicieron a un 4%.

Empleos formales

En 2015 se registraron 180 mil personas ocupadas en la industria, dentro de las cuales figuraron obreros, empleados y trabajadores independientes. La formalidad del trabajo se encuentra en un porcentaje “elevado”. Según datos que remiten al año pasado, el 74% del personal se vinculó formalmente, mientras que el 90% de los trabajadores dependientes en la industria estuvieron en regla.

Entre el año 1997 y el 2015 se registró una caída importante en la participación del empleo industria, enfatizó Cantera, quien informó que la cifra pasó del 17% al 11%. Este cambio obedece al descenso de la producción de la generación de valor en el total de la economía, pero también una porción de la misma refiere, más que nada, a temas estadísticos y no tanto industriales, aseguró.

De igual forma, agregó que la industria tiene la capacidad para contratar trabajadores de diferentes capacidades. En este sentido, indicó que el año pasado el 74% de las personas eran obreros, el 22% empleados y el 4% profesionales.

En cuanto al género, la industria tiende a ser más intensiva en cuanto al trabajo masculino que al femenino. Un 66% de los trabajadores son hombres, frente a un 44% de mujeres. No obstante, a medida que la tecnología avanza se absorben más trabajadoras. Al mismo tiempo, del total de ingenieros que tiene Uruguay, un 10% dedican sus actividades a la industria.