Obras por UPM: el último tren para el sector de la construcción

Hasta el momento, todo indica que el rubro de la construcción no saldrá del estancamiento en el que se encuentra, al menos, por este año. Luego de una década donde “todo lo alcanzado se perdió”, el sector deposita sus esperanzas en la concreción de la construcción de la segunda planta de UPM en el país. En caso contrario, la situación será difícil. “No vemos señales por dónde se pueda reactivar”, comentó Diego O’Neill, presidente de la CCU a CRÓNICAS.

Por Anahí Acevedo | @PapovAnahi

La caída del 20% en la actividad del sector de la construcción, ocurrida entre los años 2015 y 2017, dejó una huella profunda. Más de 25 mil puestos de trabajo se perdieron en este tiempo. Si bien el pasado año esta tendencia se detuvo, no se revirtió, por lo que hoy este rubro se encuentra estancado y las previsiones para este 2019 es que sea muy similar al pasado año.

La gran expectativa se encuentra hoy en la confirmación de la inversión de la segunda planta de UPM, que desencadenaría una serie de trabajos tanto en la planta como en las infraestructuras conexas, obteniendo un impacto “muy fuerte” en la industria. Se estima que una vez lanzadas las obras –que involucran la construcción de la planta, el ferrocarril central, la terminal portuaria y las obras viales necesarias- se generará entre una media de 6.000 puestos de trabajo durante tres años.

En diálogo con CRÓNICAS, el presidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay (CCU), Diego O’Neill dijo que la obra representa una inversión muy buena tanto para el sector como para el país. “UPM es una cadena productiva que después va a generar una ocupación del entorno de los 9.000 trabajadores de forma permanente”, observó O’Neill. Añadió que la inversión en infraestructura “siempre tiene un impacto positivo en el PIB”.

Además, comentó que en caso de que el proyecto no se aprobara, el sector de la construcción continuaría con su situación de estancamiento. “No vemos señales por dónde se pueda reactivar”, dijo.

Si bien en un primer momento había trascendido a la prensa que las obras del Ferrocarril Central no comenzarían sino hasta el año 2020, días atrás empresas integrantes del Consorcio Grupo Vía Central –ganador de la licitación- emitieron un comunicado confirmando que las obras comenzarían este año. “Nosotros esperamos que sea en este semestre”, manifestó O’Neill.

La construcción de esta vía de transporte representará cerca del 10% de todos los puestos laborales previstos para el proyecto, una cifra que tiene un peso significativo en el cambio que representaría en la actividad, si se tiene presente que la ocupación que se tuvo en 2018 fue similar a la del 2008. “Todo lo que se había alcanzado en la última década se perdió”, evaluó.

Actividad privada

Por otro lado, aquello que podría agilizar la actividad sería la concreción de los proyectos de Participación Público Privada (PPP) que se encuentran en carpeta, muchos de ellos, próximos a concretarse.

Si se analizan las inversiones de la última década en el sector de la construcción, destaca que un 30% de ellas han sido públicas, mientras que un 20% respondieron a la inversión privada en vivienda y el 50% restante a la inversión privada relacionada a las obras industriales y la agroindustria.

Además, en 2018 la inversión pública fue uno de los motores que sostuvo la actividad”, sobre todo aquella relacionada al sector vial. “Ha habido bastante inversión pública en ese sector”, concluyó el presidente de la CCU. Asimismo, la inversión pública en vivienda fue canalizada fundamentalmente por el cooperativismo y muy poco por contratación directa o licitaciones públicas.

Mientras, la Ley de Inversiones, que regula los incentivos para el sector privado no relacionado con vivienda, ha resultado un “instrumento muy bueno”, valoró. No obstante, mencionó que el clima de negocios “no es muy favorable”, lo que retrae la inversión. Para hacerle frente a esta situación, O’Neill sostuvo que se necesita trabajar sobre el exceso de normativa y flexibilizar aquella relacionada con lo laboral.

Por otro lado, los PPP han resultado para el sector “una herramienta útil y válida”, que ya ha realizado su curva de aprendizaje. De todas formas, según evaluó el ejecutivo, ha llevado más tiempo de lo previsto concretarlo, por lo que cada una de las partes involucradas debe mejorar. Estado, empresas y organismos financiadores deben aunar esfuerzos para que los tiempos se acorten y los proyectos se puedan concretar más pronto, valoró.


La incidencia de un año electoral

La particularidad de que este 2019 sea un año electoral hace que las inversiones se posterguen en espera del desenlace de la campaña. Eso colabora con más incertidumbre en el sector. Sin embargo, no son las únicas vacilaciones. “Vemos con preocupación que algunos temas relacionados a UPM se introducen en la campaña electoral y se pierde un poco la objetividad para su análisis”, evaluó.