Uruguay crece en una región que “se incendia”, pero debe enfrentar sus debilidades

María Laura Rodríguez > “Hay que cuidar el grado inversor”

La Unión de Exportadores destacó las fortalezas que muestra la economía uruguaya en medio de un vecindario que “se incendia”, pero alertó por las vulnerabilidades que aún tiene el país en materia de competitividad, mercado laboral, déficit e inserción internacional.

Por Ricardo Delgado | @ricardo_dl

“Si se incendia el barrio, no juguemos con fuego”, resumió al final de su disertación la responsable de la asesoría económica de la Unión de Exportadores, María Laura Rodríguez, donde resaltó que la situación de nuestros dos vecinos es muy compleja y trae consigo mucha incertidumbre.

A nivel global, subrayó que la mayoría de los países del mundo muestra crecimiento, siendo Asia y África las dos regiones con mayor dinamismo. Sin embargo, ese mundo en crecimiento y con “perspectivas favorables” no está inmune a importantes amenazas. Las más importantes, el incremento de los discursos (y acciones) proteccionistas, la salida de Estados Unidos del acuerdo con Irán, la normalización de la política monetaria en las economías desarrolladas, y ahora se suma la crisis institucional por la que atraviesa Italia y que amenaza con golpear a toda la Unión Europea.

Respecto los problemas comerciales, evaluó que las noticias cambian todos los días y cuando parecía que se podría alcanzar un acuerdo finalmente todo se desmorona (ver nota página 17), pero estimó que un conflicto puede tener efectos sobre los flujos de comercio internacional y en los precios internacionales.

La experta de la Unión de Exportadores, advirtió también que hay un riesgo asociado al elevado endeudamiento: la deuda global asciende al 245% del PIB mundial.

Por su parte, China sigue creciendo a buenas tasas y se disipan los temores de un “aterrizaje forzoso”. Además, redujo su “banca en la sombra”, lo que implica una reducción de riesgos, y muestra planes de expansión económica asociados a la inversión tecnológica y “la nueva ruta de la seda”, que consiste en generar una “superconectividad” con todo el mundo a través de rutas marinas y terrestres.

Prendido fuego

Los problemas de la región fueron parte importante de la presentación de Rodríguez. Si bien subrayó que en América Latina hubo a nivel general crecimiento de la actividad y se constata cierta estabilidad, no puede decirse lo mismo de nuestros dos grandes vecinos.

Argentina está atravesando una “crisis de confianza” generada por la falta de inversiones, el aumento de la deuda pública y las dificultades del país para obtener financiamiento debido a no contar con el grado de inversión, y a tener un historial de pagos que no lo favorece. De todas formas, resaltó que la economía sigue creciendo, aunque sostuvo las perspectivas pueden cambiar si la economía no mejora. “Así que por Argentina, mucha incertidumbre”, resumió.

En cuanto a Brasil, detalló que la economía tuvo una caída en el primer trimestre, aunque se espera que cierre el año con crecimiento. Sin embargo, los problemas vienen del plano político: el presidente Michele Temer tiene solo un 4% de aprobación y no ha logrado completar las reformas necesarias por lo que no conseguirá cumplir con el congelamiento del gasto y presionará aún más la deuda. A esa incertidumbre política se agrega la huelga de camineros, que está impactando sobre las empresas uruguayas ya sea en el comercio directo a Brasil, como indirecto. Rodríguez estimó que “hasta octubre” -cuando se celebren las elecciones- la economía brasileña va a seguir convulsionada.

En ese sentido, Rodríguez destacó que “por suerte” Uruguay ha logrado reducir su dependencia económica tanto de Argentina como de Brasil.

Cuidate mucho

A propósito de Uruguay, detalló que la economía siguió creciendo el año pasado, aunque lo hizo sin generar empleo. A su vez, en 2018 las exportaciones se están viendo afectadas por la incertidumbre global y problemas climáticos, mientras que el consumo interno se va a ver impactado por el aumento del dólar.

De todas formas, se mantiene una expectativa de crecimiento para este año de un 3% pero se advierte que ello depende en buena medida de la concreción de la segunda planta de UPM. Si no se concreta, las expectativas pueden retroceder.

“Esperábamos que Argentina y Brasil ayudaran, pero eso no está pasando”, sostuvo la experta.

En materia de competitividad y haciendo mención al ranking del Foro Económico Mundial, sostuvo que Uruguay sigue “a mitad de tabla”, mejor que nuestros dos vecinos, pero “bastante por detrás” de otros países de la región como Chile. Las dos principales dificultades según el estudio están centradas en la “eficiencia del mercado laboral” y en “el ambiente macroeconómico” por los problemas de déficit e inflación. Respecto al primer punto, indicó que los peores aspectos son la rigidez salarial, los impuestos sobre el trabajo y la poca cooperación en las relaciones laborales entre trabajadores y empresarios.

En lo que refiere al tipo de cambio, evaluó que “veníamos rezagados a nivel internacional” y que el reciente aumento del dólar nos ha hecho “recuperar un poco el terreno que se había perdido”. Respecto a si el BCU puede intervenir para contener la suba del billete verde, Rodríguez, estimó que la entidad podría desandar el camino que realizó en los primeros meses del año cuando compraba dólares para evitar una caída brusca de la divisa, pero advirtió que “abusar de eso” podría “ir a contramano de la tendencia del mercado” y provocar una pérdida de competitividad. “Puede intervenir, pero no una intervención demasiado fuerte”.

“Esperábamos que Argentina y Brasil ayudaran, pero eso no está pasando”

En cuanto a los costos internos, insistió en que Uruguay tiene tarifas caras, y estimó que ante la suba del dólar y del precio del petróleo posiblemente haya un ajuste de los combustibles este mes.

En cuanto al déficit fiscal, sostuvo que “no logra salir del 3,5%” (ver recuadro) y recordó que el ministro de Economía, Danilo Astori, descartó nuevos impuestos, lo que sumado a que el gasto “posiblemente no se ajuste”, hace que no se esperen grandes cambios en las cuentas públicas. De todas formas, evaluó que la deuda en relación al PIB se mantiene estable, pero alertó que una reversión de la actividad podría afectar este dato. “Hay que cuidar el grado de inversor”, aseguró.

Por último, en materia de inserción internacional lamentó que en un mundo donde se extienden las negociaciones “Uruguay no logra firmar un acuerdo ni con Chile”. Evaluó que esta situación hace más vulnerable a nuestro país respecto a los cambios de nuestros clientes.


Déficit aumentó a 3,7% en abril

El Resultado Global del Sector Público arrojó un déficit fiscal de 3,7% del PIB en el año móvil cerrado a abril, de acuerdo a los datos divulgados ayer jueves por el Minsiterio de Economía. Ello implica un incremento de tres décimas del PIB respecto al resultado de los doce meses cerrados a marzo, cuando se ubicó en -3,4%, debido a un aumento de los gastos.

Los ingresos del Sector Público se ubicaron en 29,9% del PIB, en línea con lo observado en marzo. Los ingresos del Gobierno Central aumentaron 0,1% del PIB respecto al mes anterior, lo que fue contrarrestado por menores ingresos del BPS y por un deterioro en el Resultado Primario Corriente de las Empresas Públicas.

Por su parte, los egresos primarios del Sector Público se situaron en 30,3% del PIB: un incremento de 0,4% del PIB respecto a marzo. Ello se debió a la evolución de los egresos primarios corrientes, asociado a un incremento de los gastos no personales de 0,1% del PIB y a un aumento de las transferencias de algo más de 0,2% del PIB .

Las inversiones se mantuvieron estables en 2,3% del PIB.

Por último, los intereses se redujeron 0,1% del PIB, situándose en 3,3% del PIB, resultado de una menor carga de intereses por parte del Gobierno Central y del BCU.