Beltrame: «La ley de Viviendas de Interés Social no ha dado los frutos esperados»

Francisco Beltrame, presidente de la Agencia Nacional de Vivienda


El presidente de la ANV conversó con CRÓNICAS sobre los diferentes programas de acceso a la vivienda que ofrece la Agencia. Además Francisco Beltrame se refirió a las Viviendas de Interés Social (VIS) y fue crítico con los operadores inmobiliarios al referirse al tope de precios que impuso el gobierno y ante el cual reaccionaron los empresarios: “el que no llora no mama”, dijo el jerarca.

Por María Noel Durán | @MNoelDuran

-¿En qué programas participa la ANV con el fin de propiciar el acceso a la vivienda?

-Directamente participamos en dos programas: los de construcción por empresas privadas que realiza el Ministerio de Vivienda y los cooperativos.

En el primer caso, hay unas 1.500 viviendas para todo el país que se entregan a partir de procesos licitatorios en los cuales las empresas ofrecen- en función de un pliego que establece el Mvotma- un precio, un proyecto y un terreno.

La otra gran línea es la de las cooperativas de vivienda. Hoy en día con fondos del Ministerio de Vivienda hay 189 cooperativas en obra, esas cooperativas significan 3.102 viviendas. Además hay otras 23 cooperativas (683 viviendas) que están para escriturar, otras 17 que representan 666 viviendas que deben realizar algunas obras por convenio para poder acceder a la escritura, además otras 21 cooperativas (722 viviendas) ya tienen su proyecto aprobado,  795 más están el proyecto en estudio y hay 2.244 con anteproyecto aprobado.

Una vez que la cooperativa se presenta se asigna el cupo a través de dos llamados al año que realiza el Mvotma y se aprueba el préstamo de unas 2.000 viviendas por año.

En líneas generales, dentro de lo que son las nuevas soluciones habitacionales financiadas a través del Fondo Nacional de Viviendas, están previstas (en el plan quinquenal) 10.000 viviendas cooperativas, 3.500 viviendas a realizar por empresas y 1.200 construcciones de viviendas para pasivos del BPS. Después hay otros programas que se realizan por convenios con los gobiernos departamentales pero no en todos participa la ANV. A su vez, Mevir propicia 3.000 soluciones nuevas y hay relocalizaciones por suelos contaminados o inundables. En total son 23.500 soluciones habitacionales nuevas para este quinquenio.

-En estos números, ¿dónde entran las Viviendas de Interés Social?

-En estos números no está previsto nada de eso. Dentro de esas viviendas promovidas con exoneración impositiva hay una previsión del quinquenio del orden de las 6.000 viviendas al igual que las que se estimaban para el período anterior.

-¿En el período anterior se cumplió con esta meta?

-Con creces. Desde el punto de vista de la promoción sin dudas y desde el punto de vista de la construcción desde la promoción de la ley en 2011 al 1 de setiembre de 2016 hay 4.429 viviendas terminadas en todo el país y 5.689 en obra.

-Les llamó viviendas promovidas pero la ley 18.795 las llama Viviendas de Interés Social…

-Me gustaría aclarar esa cuestión de términos. Una cosa es la ley que promueve la inversión de privados que es esta y cuyo objetivo básico es que una porción de las necesidades de la población la suministraran los privados sin tener que dedicar recursos del Estado, para que esos recursos puedan destinarse efectivamente a aquella población que sin la ayuda del Estado no llega a ningún lado.

Lo que se pretendía es que hubiera una oferta sin intervención específica de Rentas Generales pero todas las soluciones habitacionales a las que nos referimos cuando hablamos de las cooperativas, de las de los pasivos o las relocalizaciones son viviendas de interés social efectivamente, en toda la acepción del término.

-Con respecto a la denominación, uno de los operadores inmobiliarios, Julio Villamide, dijo en entrevista con CRÓNICAS que se le dio ese nombre a la ley para que cayera mejor a nivel del Parlamento pero que justamente su fin no era cumplir un rol social…

-El texto de la ley es claro con respecto a que se quería llegar a sectores medios y medios bajos, en ese sentido la ley no ha dado los frutos que se esperaban.

-El BHU ofrece el Yo Ahorro y la ANV el plan Yo Ahorro Joven, ¿Cuáles son las diferencias entre estos programas?

-El Banco Hipotecario tiene diversas formas de acceder a préstamos, el Yo Ahorro es una fórmula que favorece en algunas condiciones la situación del crédito. El programa de Ahorro Joven que administra la ANV es un programa contributivo a tratar de generar una cultura de ahorro que puede hacerse en el BHU y también por los bancos privados y el BROU y esto sirve para acceder a cualquier programa de viviendas. Son formulaciones que permiten distintos tipos de acceso a la vivienda.

El plan Ahorro Joven tiene unos 5.126 inscriptos, la inmensa mayoría lo han hecho a través del BHU.

“Hemos dado al Tribunal de Cuentas los informes pertinentes”, señaló Beltrame acerca de la denuncia efectuada a la ANV por parte de la empresa Edimur SA por  «violación al principio básico de independencia de la Auditoría Externa» y «alteración de la emisión de Estados Contables al 31 de diciembre de 2015 de once Fideicomisos Financieros».

-Sostiene que el objetivo de este plan es estimular la cultura del ahorro, ¿es posible construirla en tiempos de desaceleración económica?

-El tema de la cultura del ahorro no tiene que ver con la aceleración o desaceleración de la economía, es mucho más amplio. Es un fenómeno que tiene una interrupción histórica.

Cuando uno era joven y nacía el hijo se abría una cuenta de ahorro, tal vez era tan o más importante que la Cédula de Identidad, sobre la base de la expectativa de que eso, en algún momento, iba a servir para acceder a una vivienda.

El primer problema que se presentó fue que desde el año 2000 hasta el 2008 no hubo oportunidad de que el Banco Hipotecario entregara préstamos. Uno ahorra con determinado fin y si no se ve del otro lado la posibilidad de alcanzar esa meta es difícil que se ahorre. Además hay cambios culturales que tienen  que ver con otros patrones de consumo y otras prioridades.

-Usted dice que no dio los frutos esperados y los operadores coinciden en que no se logró hacer la vivienda más accesible con las VIS, ¿es necesario crear otro instrumento?

-Yo creo que hay instrumentos que la hacen más accesible. El problema del valor tiene que ver con las expectativas de los distintos actores y cómo intervienen. El cooperativismo termina construyendo a unos valores de construcción, sobre la base de mucho esfuerzo, en el entorno de los US$ 1.500 el metro cuadrado frente a otras alternativas en las que hablamos de US$ 2.000 para arriba, el valor de origen es el 75%.

El problema es cómo constituimos los ahorros que permitan acceder a esos instrumentos. El costo del dinero se ha incrementado y eso también es una limitante importante a la hora de poder acceder a un crédito bancario para la vivienda.

-¿Promover modalidades nuevas de construcción sería una alternativa para bajar esos costos?

-Sin dudas que lo que pueda hacerse en cuanto a la incorporación tecnológica para disminuir tiempos de construcción son todos elementos que contribuyen o pueden contribuir en mejorar los costos pero no significa que bajen los costos porque se pueden incorporar tecnologías más baratas pero si la realidad del mercado está muy por arriba solo se baja un escalón.

-Los operadores aseguran que cayó a la mitad la cantidad de viviendas promovidas, como usted le llama, a causa de los topes que impuso el gobierno en 2014 para el 25% de las construcciones de este tipo, ¿qué opina en cuanto a esto?

-Yo tengo una visión muy clara. Hay departamentos en el interior del país donde no se construyeron este tipo de viviendas pero que tampoco históricamente construyeron ni las sociedades civiles ni los privados financiados por el BHU ni cooperativas en 45 años. Entonces hay porciones del territorio donde no hay inversión porque históricamente nunca la hubo ni aún cuando el Estado ponía el dinero, esos son espacios de oportunidades.

Lo que ha disminuido es la presentación de proyectos pero también hay un problema que tiene que ver con las ventas y obviamente que ha impactado en el mercado la desaceleración y en ese sentido es más dificultoso el desarrollo de las ventas y eso probablemente esté propiciando menores niveles de presentación aparte de aquello que el tango siempre dice que “el que no llora no mama”.

-Entonces, para usted no tiene tanto que ver con los topes…

-En nuestra visión, no. Estamos hablando de 10.000 viviendas que están entre construidas y terminadas de 14.000 que se han presentado.

-Villamide dijo hace poco al diario El Observador que las autoridades ponían “palos en la rueda” a los operadores privados, ¿qué piensa de esta opinión?

-No me voy a dedicar a contestarle al señor Villamide porque él y yo sabemos los diálogos que tuvimos previo a los ajustes de la ley.



Patrimonio para inversores

En el marco del Programa de Recuperación Urbana y Social, el presidente de la ANV dijo a CRÓNICAS que en el mes de diciembre vence el llamado a inversores interesados en plantear ofertas para una serie de estructuras inconclusas que existen en nuestro país que era parte del patrimonio de los fideicomisos. “Son edificios emblemáticos desde el punto de vista de visualización de la población”, explicó Beltrame.


Llamados y viviendas

La Agencia Nacional de Vivienda presentó un llamado para Montevideo Oeste, para 17 viviendas, se presentaron unas 400 personas. Además, hasta fin de mes permanece vigente el llamado para acceder a 65 viviendas que están dispersas en 22 localidades del interior del país. A estos llamados pueden postularse todos aquellos que no sean poseedores de viviendas y que pretendan utilizarla como vivienda permanente. La Agencia divide las viviendas en dos Carteras según su público objetivo, la social y la comercial. En el caso de la social, los interesados deben contar con un ingreso necesario entre las 25 y 75 unidades reajustables (UR)- las 25 UR equivalen a unos $23.000- mientras que para la Cartera Comercial los ingresos deben ser de entre 48 y 100 unidades reajustables. A su vez, los ahorros de los interesados deben ser del 5% (para la primera Cartera) al 10% del valor de la vivienda para la Comercial, al momento de escriturar.