Envejecimiento de la población demanda medidas urgentes para sostener sistemas de financiación

Para el año 2040 > el número de uruguayos comenzará a disminuir

Para el demógrafo Juan José Calvo, los cambios en la población uruguaya, que atraviesa la caída de la natalidad y el envejecimiento de la población, obligan a que se deban tomar cambios urgentes para que “no explote la bomba” en los sistemas de jubilaciones y pensiones, el  Sistema Nacional de Salud y la implementación del Sistema Nacional de Cuidados. Las medidas deben ser tomadas desde el punto de vista de la incorporación de todas las personas en edad de trabajar, al sistema económico y de inversión en capacitación.

Por Anahí Acevedo | @PapovAnahi

De los 3,4 millones de personas que componen Uruguay, el 42% de ellas tiene entre 35 y 64 años de edad, el 22% tiene entre 0 y 14 años, otro 22% tiene entre 15 y 34 años y un 14% tiene más de 64 años. Es una población ligeramente feminizada, una tendencia que se profundizará a medida que el envejecimiento aumente, según expresó el demógrafo Juan José Calvo en una conferencia denominada “Desafíos demográficos para la economía del Uruguay; situación y proyectos”, organizada por el sector Alianza Nacional del Partido Nacional.

Calvo describió que aún continúan muy presentes los efectos de la inmigración internacional que ocurrió en el país por medio siglo a partir de la década del 60. Durante este tiempo, Uruguay ha tenido más migrantes que inmigrantes, sobre todo, formado por personas que se encuentran en edad de trabajar y tener hijos.

La caída de la natalidad se suma a estos factores, formando una estructura poblacional con un avanzado proceso de envejecimiento. La caída de la mortalidad y de la fecundidad recae sobre el crecimiento demográfico y, si bien la población continuará creciendo, aunque de forma moderada, se estima que a partir de 2040 la cantidad de habitantes del país comenzará a disminuir.

“El 27% que representan las personas de más de 60 años de edad significará una tremenda presión financiera para el mantenimiento y el equilibrio de los sistemas de jubilaciones y pensiones, desde el punto de vista del Sistema Nacional de Salud y de la implementación de un Sistema Nacional de Cuidados”, declaró el demógrafo.

Añadió que en menos de 20 años la cantidad de adultos mayores superará, en valor absoluto, la de niños, que actualmente disminuye por causa de la caída de la fecundidad. Aseguró que si bien es una tendencia mundial, cada vez se tendrá menor población en edad de trabajar.

“Hacia el año 2100 vamos a situarnos en casi 1.200.000 personas con 60 y más años de edad”, aseguró Calvo. Agregó que una mirada larga, entre los años 1950 y 2100 muestra “transformaciones tremendas en la demografía, con muy fuertes consecuencias sobre la economía”.

En el año 1950 Uruguay tenía 0.56 personas dependientes por cada persona en edad de trabajar,  un número que en 2050 cambiará a 0.63. “No solamente hay un tremendo incremento de la relación de dependencia, sino que está invertida totalmente el peso de cada una. Por cada persona en edad de trabajar vamos a tener más de media persona adulta mayor y un cuarto de niño. Eso trae nuevamente consecuencias importantes desde el punto de vista de donde hay que fijar las prioridades en materia de inversión y preparación demográfica para sostener esto”, reflexionó.

Una bomba que explotará

“No hay ninguna proyección razonable de la población uruguaya, hecha tanto oficial como por Naciones Unidas, de un crecimiento demográfico que supere aproximadamente los cuatro millones de personas, aún tomando en cuenta hipótesis extremadamente fuertes sobre el incremento de la inmigración y la natalidad”, calificó.

Calvo indicó que los demógrafos tienen “un alto grado de certeza” en conocer la situación de 2050. Expresó que el proceso de envejecimiento ocurrirá “sin ninguna duda” y que la misma significa “una bomba que, si no se actúa, explotará en la mano”, declaró. En este sentido, declaró: “simplemente es decir a quién le va a explotar, pero a alguien le va a explotar”.

Las generaciones que estarán en esa situación ya nacieron, e incluso son adultas, y la decisión más importante a tomar es aceptar la realidad, opinó el demógrafo. Comentó que luchar contra las tendencias demográficas es “dinero tirado al río” y que se deben generar respuestas con mucha anticipación.

Sostuvo que las políticas pro natalistas son “totalmente ineficaces”, puesto que las personas no cambian su comportamiento reproductivo por un conjunto de medidas, y manifestó que aunque aumentaran los nacimientos de nuevos uruguayos, la situación de dependencia no cambiaría. La política migratoria tampoco sería una solución, agregó Calvo.

“La situación claramente se soluciona a través de los incrementos de la productividad. No hay una mirada de largo aliento que nos dé una respuesta distinta”, aseveró. Por un lado, dijo que no se deben perder trabajadores y que todas aquellas personas que estén en edad de trabajar deben incorporarse a la línea económica.

Por otro, expresó que se deben extender sus capacidades. “Hay que incrementar las coberturas y la cantidad de años de estudios de las personas. No hay otra solución demográfica económica si no es a través de la extensión de las coberturas, el mejoramiento de los contenidos y mayores tasas de ingreso en secundaria y terciaria”, remarcó.

Calvo dijo que si no se toman esas medidas Uruguay se encontrará con un cuello de botella “extremadamente importante” en el momento en que quiera solventar la presión financiera sobre los trabajadores, en relación a muy corto plazo. “De hecho, tal vez tendríamos que haber iniciado esto hace varios años antes, para llegar un poco mejor posicionados”, confesó.

Efectos de grandes proyectos

Calvo expresó que no existen evaluaciones sobre los efectos de grandes proyectos pasados de inversión reciente. “Si instalamos UPM, a largo plazo, ¿qué ocurre luego que comenzó la operativa?”, se preguntó. Respondió que no se sabe a ciencia cierta.

Observó que cuando las grandes industrias se instalan en localidades del Interior, las personas que están en edad de trabajar se suman al equipo, como una forma de obtener ingresos, y a cambio de dejar de estudiar.

“Esto genera un techo de cristal que nunca van a atravesar. Nunca van a ocupar los puestos que tienen los más altos rangos de remuneración”, declaró. Para el demógrafo, cuando se implementan estos tipos de proyectos, se deben incorporar mecanismos que capaciten a la población del lugar y los estimulen a no tomar “un camino veloz”.