INIA lanzó un programa de mejoramiento genético

Sinergia > ENTRE DIVERSOS GRUPOS DE RECURSOS HUMANOS SERÁ CLAVE PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS

El Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) lanzó el proyecto “Apoyo a los programas nacionales de mejoramiento genético de cultivos” con la finalidad de ampliar una base de datos para la investigación nacional. La propuesta integra un trabajo interinstitucional entre la Universidad de la República, la Universidad de Wisconsin-Madison, y la Universidad de Cornell, y tendrá una duración de tres años.

Por Anahí Acevedo | @PapovAnahi

En el casi un millón y medio de hectáreas sembradas en nuestro país, la genética del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) “cumple un rol fundamental”, calificó Fabio Montossi, director de este instituto, en el marco de la presentación de un nuevo programa de apoyo nacional de mejoramiento genético de cultivos.

Montossi comentó que más del 90% de las variedades que cultivan los arroceros en Uruguay provienen de los programas de mejoramiento genético del INIA. En el caso del trigo, esta cifra es de 30%, y en el de la cebada varía entre un 40% y un 50%. Respecto a la soja, si bien hace cinco años que se comenzó con un programa de mejoramiento, hasta el momento hay tres variedades licenciadas y se observa “una multiplicación interesante” de semillas para llegar al 5% en primera etapa.

En este sentido, el ejecutivo reconoció que la genética y su mejoramiento juegan un rol clave en la competitividad de las cadenas de valor. Consideró, asimismo, el rápido desarrollo del sector y los cambios tecnológicos abruptos que obligan a una actualización de las técnicas utilizadas, orientados a brindar un mejor producto, tanto a los productores como al país a la hora de competir.

Apoyados en esto, es que el INIA lanzó una propuesta que tiene como objetivo dar apoyo a los programas nacionales de mejoramiento genético de cultivo, con una duración de tres años y con fecha de comienzo en el próximo mes. En su ejecución participarán investigadores de la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República (UdelaR) y de las universidades norteamericanas Wisconsin-Madison y Cornell.

Si bien los objetivos generales son fortalecer y consolidar la colaboración institucional entre estas universidades, también se busca apoyar la transición hacia un sistema de base de datos para los programas de mejoramiento nacionales. Entre el resto de las metas figura desarrollar y aplicar herramientas bioestadísticas para los programas de mejoramiento genético, apoyar una sistematización de la información disponible en genes o marcadores moleculados asociados a características de interés, e implementar la selección genómica de los programas de mejoramiento nacionales.

Para Montossi, uno de los aciertos del posicionamiento rápido del material genético de INIA se debe a convenios realizados a nivel internacional que otorgó la disposición de nuevos datos, a lo que se le debió sumar el expertise de los profesionales uruguayos.

Actualmente se está trabajando en instalar los software que están disponibles para integrar la base de datos que se pretende generar. “Aplicar estas tecnologías requieren un orden muy extremo de la información”, observó la investigadora principal de la Unidad de Biotecnología de INIA, Victoria Bonnecarrere, durante la presentación.

Para poder enfrentar estas herramientas es necesario contar con programas de mejoramiento con experiencia de fenotipado, y una integración interdisciplinaria e interinstitucional entre bioinformáticos, biotecnologías, informáticos y estadísticos. “En Uruguay tenemos una excelente experiencia en programas de mejoramiento, lo vemos por las variedades que tenemos, así que esto no es un problema. La idea es ser fuertes para poder implementar esas tecnologías. La combinación de recursos humanos es fundamental”, expresó.

Bonnecarrere sostuvo que aunque en nuestro país hay un desarrollo teórico de estas temáticas, todavía se está “muy lejos” de aplicarlas rutinariamente en los programas de mejoramiento. “Es uno de los objetivos desafiantes del proyecto”, indicó.


Sin transgénicos

El director de INIA apuntó que no necesariamente los trabajos de genómica necesitan de transgénicos, y que los programas de mejoramiento pueden o no utilizarla. Agregó que se trata de una visión  más global y de posicionamiento estratégico de los distintos cultivos del país. “Por supuesto que en el caso del arroz tampoco se usa transgénesis”, aseguró.