La Cámara de Comercio apuesta a “encauzar nuevos procesos de inversión” más allá de UPM

El informe > fue elaborado por el Departamento de Estudios Económicos

Foto: IMM

La Cámara Nacional de Comercio y Servicios (CNCS) llama a “atacar de forma determinante y efectiva las restricciones a la competitividad” y a corregir los principales desequilibrios macroeconómicos, en la última edición de su informe de coyuntura “Noviembre 2019”.

Según el nuevo informe presentado por la Cámara de Comercio se mantiene un contexto extra regional y regional adverso para Uruguay.

Sin que deje de preocupar qué es lo que sucede en los grandes focos económicos del mundo (Estados Unidos, China y la Unión Europea), la mirada hoy está puesta con mayor intensidad en la situación económica de la región, en especial en Argentina y Brasil.

Según la Cámara, si bien un pronóstico “optimista” permite establecer que Argentina atravesará una etapa de transición política y económica relativamente ordenada, de todas formas no serán buenas noticias las que llegarán desde el país vecino, en especial para el sector Comercio y Servicios.

Asimismo, Uruguay continúa estando caro en dólares en relación a sus principales socios comerciales, a lo que se suman posibles abaratamientos relativos adicionales de la economía argentina bajo un contexto de caída en sus niveles de actividad.

En este contexto, el desafío de la competitividad continúa siendo la principal preocupación para la economía local, no sólo desde el punto de vista de precios sino desde un análisis sistémico, es decir donde hay muchos factores relevantes que inciden en la productividad de las actividades económicas y por lo tanto en los niveles de competitividad del país.

El informe deja asentado que Uruguay presenta importantes restricciones para lograr avances en términos de productividad, especialmente en lo que tiene que ver con su dinámica empresarial, es decir la capacidad que tiene el sector privado de adoptar las nuevas tecnologías y las nuevas formas de organización del trabajo.

Concretamente en este punto, los mayores desafíos están en términos de costos asociados al inicio de un nuevo negocio así como a la adopción de ideas disruptivas y la propensión al riesgo por parte de las empresas.

En línea con este informe también, en los últimas semanas se ha publicado una nueva edición del Doing Business 2020 elaborado por el Banco Mundial, el cual ubica a Uruguay en la posición 101 de 190 países, cayendo 6 posiciones respecto a la edición de un año atrás.

En este caso, las principales restricciones que enfrenta el país están asociadas a la protección de inversores minoristas, la obtención de permisos para la construcción y el comercio transfronterizo.

Este último aspecto aparece aún como un desafío tanto para las importaciones como para las exportaciones, más allá de los avances que se han logrado en el último tiempo en términos de digitalización de los procesos, como lo es la Ventanilla Única de Comercio Exterior y la introducción de certificados de origen electrónico.

En resumen, frente a un año 2020 en el cual asumirá una nueva administración, el principio fundamental que debe primar, según la CNCS es justamente atacar de forma determinante y efectiva las restricciones a la competitividad mencionados anteriormente junto con la corrección de los principales desequilibrios macroeconómicos que enfrenta el país, de forma de lograr un entorno de negocios que genere confianza y mejore las expectativas de los agentes económicos. Condición necesaria para reencauzar nuevos procesos de inversión, más allá de la construcción de la segunda planta de UPM.