Para Zuasnabar, aprobación de Lacalle Pou se debe en parte a la gestión del Covid-19

El virus > se volvió la principal preocupación de uruguayos; cayeron inseguridad y educación

En las últimas encuestas de Equipos Consultores, el presidente Luis Lacalle Pou obtuvo una aprobación de 65% entre la población. De acuerdo con Ignacio Zuasnabar, politólogo y director de dicha encuestadora, esta evaluación se debe, parcialmente, a la gestión del virus. “La llegada del Covid-19 y la forma en que el gobierno se ha desempeñado (…) le genera una corriente de aprobación inesperada”, afirmó.

El martes en la mañana, el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) organizó su primer desayuno de coyuntura política y económica a través de la web.

Debido a la recomendación de permanecer en sus casas, el politólogo y director de Equipos Consultores, Ignacio Zuasnabar, y la economista socia de Exante, Tamara Schandy, se explayaron sobre sus respectivas áreas de estudio en medio de la crisis por el Covid-19.

De esta manera, Zuasnabar expresó que al inicio de un nuevo ciclo político para Uruguay, “este escenario completamente inesperado sacude todo”.

En este marco, señaló que hubo un acatamiento muy alto en el cumplimiento de medidas de prevención por parte de la población, lo que se reflejó en una encuesta realizada por Equipos, que mostró una aprobación del 74% para las medidas propuestas por la administración de Luis Lacalle Pou.

Hablando del nuevo mandatario, el politólogo se refirió a la aprobación que obtuvo en la primera encuesta desde que asumió su cargo.

En este sentido, Zuasnabar señaló que Lacalle Pou, “de manera inesperada”, tiene un 65% de aprobación de la población, superior a las votaciones que había tenido en primera y segunda vuelta. El director de Equipos añadió, además, que se trata de un líder con una aprobación política mayor a la de presidentes anteriores.

Se preguntó, entonces, cuánto influyó el escenario causado por el Covid-19 en la evaluación del mandatario. Para Zuasnabar, los niveles de aprobación son parcialmente un efecto del virus. “La llegada del Covid y la forma en que el gobierno se ha desempeñado (…) le genera una corriente de aceptación inesperada que le aporta un plus a su aprobación”, analizó.

Explicó que esto es algo que tienen medido: en enero, febrero y las primeras semanas de marzo, la aprobación de Lacalle Pou rondaba el 55%. Sin embargo, en la encuesta realizada entre el 26 y 29 del mes pasado, se dio ese salto hasta alcanzar el 65% de la población que ve con buenos ojos la gestión del mandatario.

Por otro lado, el politólogo evaluó que la nueva dinámica causada por el virus generó un doble efecto, y dio su explicación: “Un alineamiento muy fuerte dentro de la coalición, y la división de opiniones dentro del Frente Amplio”. Según una encuesta realizada, un 91% de los votantes de la coalición en noviembre evaluó positivamente la gestión del presidente, mientras que en la oposición esta cifra es de 30%, con un 45% de desaprobación.

Mil cosas en la cabeza

Además, Zuasnabar expresó que hay un cambio fuerte en las prácticas de los uruguayos.

La inseguridad dejó de ser la principal preocupación de la opinión pública, entre febrero y marzo, pasó de encabezar la lista de un 72% a tan solo un 30% ; y el virus ocupó su lugar.

La segunda prioridad de los uruguayos, también a causa del Covid-19, es la situación económica. La educación también “se desplomó”, añadió el politólogo, y apuntó que “en este indicador tenemos una inversión dramática de las prioridades de la población uruguaya”.


El aspecto económico

En tanto, Schandy se refirió al impacto severo que el virus causa en la economía del país, en base a los indicadores parciales que se conocen -solicitudes de seguros de paro, cambios en movilidad urbana o importaciones de bienes, todos a la baja-. Asimismo, indicó que no se sabe qué persistencia tendrá dicho efecto.

Proyectó, también, lo que se puede esperar para lo que sigue de 2020 en materia económica. En primer lugar, habló de una caída fuerte del PIB, con una salida -de diagrama- “en V en caso de éxito”. Lo acompañarán un dólar alto, una inflación en torno al 10% y un déficit fiscal aproximado al 8% del PIB.