Perspectivas para el próximo gobierno: Ajuste fiscal e incertidumbre de cara a 2020

Expertos> disertaron en el marco de un evento organizado por BBVA

Según los economistas locales, las turbulencias de los países vecinos no afectarán directamente a Uruguay en el corto plazo, el grado inversor no está en riesgo y Uruguay es mucho menos vulnerable a la recesión argentina que lo que era en 2002. Sin embargo, las perspectivas a 2020 no son del todo alentadoras. Aseguran que para el gobierno que sea electo será inevitable realizar un ajuste fiscal en el entorno del 1% del PIB, además de la reforma previsional y una mejora en la calidad del gasto que colabore, a su vez, con la iniciativa de mejorar la productividad.

Por María Noel Durán | @MNoelDuran

El pasado martes, BBVA realizó el desayuno “Desafíos y Oportunidades de Uruguay en el nuevo Entorno Mundial”. El evento contó con la presencia del expositor  Juan Ruiz, economista jefe de BBVA Research para América Latina y en el rol de panelistas acudieron los economistas Gloria Sorensen (BBVA Research Argentina y Uruguay), Pablo Rosselli (Deloitte), Ignacio Munyo (IEEM) y Gabriel Oddone (CPA Ferrere).

“Las recientes políticas decisivas de Turquía y Argentina han servido para calmar los mercados”, aseguró Juan Ruiz durante su exposición, que se encargó de dibujar el marco en el que se ubica la economía uruguaya de cara a un nuevo proceso electoral.

En este contexto, el economista de BBVA Research destacó algunas previsiones de crecimiento para el cierre del año y aseguró, por ejemplo, que China crecerá por encima del 6%, y Estados Unidos en el entorno de un 2%.

En America del Sur el comportamiento es por demás heterogéneo. Mientras que países del Pacífico, como Perú y Chile, presentan buenas perspectivas, la tendencia a la baja del precio de la soja afecta las expectativas de Argentina y Uruguay; en tanto México y Colombia se benefician del refuerzo en el precio del petróleo.

“Se espera que tanto el precio del petróleo como del cobre se moderen. En la soja se mantendrán moderados y va a ser un reto para economías donde la exportación de soja es importante, como Argentina, e incluso Uruguay”, determinó Ruiz.

En este escenario variopinto, BBVA Research prevé  un 3% de crecimiento para Colombia, Perú y Chile. En tanto para Argentina se estima una fuerte recesión como resultado del 2018 tras lo que fue su despegue en 2017 y se vaticina una recuperación gradual y leve para el próximo año.

¿Qué pasa con Uruguay?

Según BBVA, la economía uruguaya crecerá un 2% en 2018 y se desacelerará a 1,3% en 2019, pero ¿qué hay detrás de estos dígitos?

Con el antecedente de las crisis de 2001 en Argentina y su eco en 2002 en Uruguay, los economistas presentes fueron consultados por la vulnerabilidad de la economía local ante la incierta situación que atraviesa el gobierno de Mauricio Macri en la vecina orilla.

La conclusión fue unánime: Uruguay es mucho menos vulnerable a Argentina que lo que era en 2002. La diferencia radica, fundamentalmente, en que no se afectó al sistema financiero como ocurrió hace 16 años.

“En el caso de Uruguay la exposición a cualquier tipo de crisis externa es más baja, hay menos exposición a deuda externa y a la dolarización de la deuda. Además, existe una acumulación de reservas importante (…) hay más fortaleza para responder a una crisis de endurecimiento de las condiciones financieras internacionales”, aseguró Sorensen. Sin embargo, los economistas resaltaron el impacto negativo que golpeará al turismo y también sobre al comercio de frontera.

A este respecto, Gabriel Oddone se refirió a Uruguay inmerso en un ambiente definitivamente menos amistoso. “Estamos cubiertos porque nuestros niveles de reservas son bastante positivos con respecto a 10 años atrás, tenemos tiempo, podremos soportar 12 ó 18 meses de un escenario negativo externo, pero para 2020 no va a haber ningún elemento de la economía internacional que nos venga a rescatar”, sostuvo.

“Uruguay no va a tener razones para poder crecer a tasas de 3 ó 4 por ciento, que son las necesarias para poder resolver los problemas fiscales”, estimó el socio de CPA Ferrere y predijo un año y medio de bajo crecimiento.

Por su parte, Munyo comparó a Uruguay con una isla que tiene como gran escudo a su estabilidad financiera. “Hay un monto relevante de reservas, y esto, sumado a la confianza de los mercados, deja a Uruguay bien parado”, recordó el economista de IEEM. Sin embargo, indicó que esta isla “carísima”, que es costosa tanto para vivir como para invertir, produce un estancamiento del sector productivo que  no deja rentabilidad. “Se puede sostener unos años, hay camino antes de llegar al cuco del FMI, pero si no hay crecimiento, la estabilidad financiera de la isla se complica”, subrayó.

Deberes para el próximo gobierno

Según Sorensen, Uruguay debería empezar a mejorar en el “avance de su productividad” con el objetivo fundamental de atraer nuevas inversiones que tuvieran mayor derrame en la economía.

Para Oddone, es claro que el próximo gobierno tendrá que realizar un ajuste fiscal para reducir la vulnerabilidad fiscal que existe en la actualidad. “El próximo gobierno va a hacer un ajuste fiscal en el entorno del 1% del PIB”, apuntó. En la misma línea, estableció la necesidad de encarar la postergada reforma del sistema previsional. “Es una reforma políticamente compleja porque supone alterar beneficios percibidos como adquiridos”, añadió.

Por otro lado, indicó que Uruguay debe redefinir su inserción internacional,  mirar hacia el Pacífico y buscar tratados de libre comercio que suplan el dinamismo que Brasil y Argentina no tendrán en los años venideros.

Finalmente, remarcó que se debe hacer una reforma en materia laboral y educativa para mejorar en los temas vinculados a la productividad. “Esto supone mejorar las relaciones laborales y, sobre todo, implementar una gran reforma del sistema educativo que permita  mejorar la calidad del capital humano a mediano plazo”.

En el mismo sentido, Rosselli comentó que la mejora de la productividad ocurre tanto en las empresas como en la economía. “El principal desafío del Uruguay es salir de un escenario de muy bajo crecimiento, que es lo que va a ocurrir en el periodo 2015 y 2020”, apuntó. A su vez, Rosselli acordó con el planteo de un futuro ajuste fiscal y añadió que se deberá contar con un tipo de cambio real más alto.


Las vedettes: el dólar y el grado inversor

Aunque aseguran no tener en sus manos la bola de cristal, las predicciones de los economistas con respecto al precio del dólar y a la conservación del grado inversor son las más codiciadas por los espectadores.

Consultado al respecto, el economista Gabriel Oddone sostuvo que hay baja probabilidad de que se modifique el grado inversor en los próximos dos años pero, en 2020, es muy probable que se revise,  por lo que resulta fundamental que el próximo gobierno lo defienda por medio del ajuste fiscal y la reforma previsional.

Rosselli acordó con este postulado y aseveró que no se vislumbran sorpresas negativas con el riesgo país.

En tanto, Munyo estableció que no hay un riesgo inminente al respecto en el corto plazo, aunque luego sí “tendremos la lupa puesta sobre nosotros”.

En lo que refiere al tipo de cambio, de acuerdo con las estimaciones de BBVA Research el peso uruguayo terminará este año en 33,3 pesos por dólar.