Tras 60 años de trabajo, la Academia Nacional de Economía continúa promoviendo el análisis económico en Uruguay

Pharos > EL CENTRO DE PROPUESTAS DE LA INSTITUCIÓN LLEVA DOS AÑOS DE EXISTENCIA Y CUATRO TRABAJOS REALIZADOS

El pasado 7 de noviembre la Academia Nacional de Economía cumplió seis décadas de labor. En un encuentro realizado en la Cámara Nacional de Comercios y Servicios (CNCS), su presidenta, la economista  María Dolores Benavente, recordó los inicios de la institución así como también el camino recorrido. Más allá de eso, la jornada fue especial: se realizó la entrega de diplomas a nuevos académicos y se conocieron los trabajos ganadores del Premio Nacional de la institución.

Durante su oratoria, María Dolores Benavente se refirió a la esencia de la organización: “No es una academia platónica, sino que es aterrizada. En sus libros no hay necesariamente economistas, también hay sindicalistas y pensadores, personas que aportan al quehacer diario de la economía. Se trata de académicos cercanos, y no de aquel que está encerrado, estudiando, aunque también ellos son legítimos”, expresó.

Una contribución importante del Centro, a lo largo de estas seis décadas, ha sido el escribir la historia económica de nuestro país. Hasta el momento se cuenta con varias publicaciones sobre la historia del pensamiento económico nacional, algunas de ellas específicas, como el tomo dedicado a la historia del Banco República. En estas obras han participado colaboradores de la talla de Ramón Díaz, Végh Villegas e incluso French-Davis.

Todos los años la academia realiza ciclos de conferencias y mesas redondas con las distintas universidades de Uruguay, tanto públicas como privadas, donde se ponen sobre el tapete diversos tópicos actuales, sobre los cuales el público, a través de las redes sociales, también tiene la oportunidad de opinar.

La apertura de cada uno de los ciclos está a cargo de alguna autoridad. Además, todos los expresidentes luego del retorno de la democracia son académicos de honor, con la salvedad de José Mujica, quien aún no ha aceptado.

Asimismo, el instituto cuenta con académicos de números, académicos supernumerarios y académicos correspondientes del extranjero.

En el año 2015 surgió Pharos, un centro de análisis y propuestas, movido ante la saturación de diagnósticos y la falta de proposiciones que tiene nuestro país, comentó Benavente. “Nos parecía interesante tener este centro y ya hemos producido cuatro trabajos, tres de ellos se pueden encontrar en internet”.

Su primer trabajo fue “Empresas del Estado y eficiencia: la relevancia del ejercicio de la propiedad”, a cargo de Ignacio Munyo y Pablo Regent, donde se plasma parte del sustento jurídico para que las propuestas tuvieran el aterrizaje necesario. “De las 16 recomendaciones de la OCDE que fueron seleccionadas, solo una requiere sanciones elevadas, las otras requieren ganas”, comentó la economista.

En el año 2016, en conjunto con la Universidad de la República (UdelaR) se elaboró la obra “Nuevos acuerdos comerciales en el Pacífico: oportunidades y amenazas para Uruguay”, a cargo de Ignacio Bartesaghi, Carmen Estrades y Marcel Vaillant.

Este año el trabajo fue “Uruguay miembro de la OCDE: Un  camino al desarrollo”, bajo la autoría de Carlos Loaiza Keel, en colaboración con la Facultad de Derecho de la Universidad de Montevideo.

Benavente indicó que en el momento se está elaborando un material sobre indicadores de competitividad departamental, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo. Asimismo, entre este año y el entrante se realizará un análisis del gasto público y orientación del presupuesto.

Galardonados

Cuando la institución cumplió su medio siglo de vida comenzó a implementar el Premio Nacional de la Academia de Economía, al cual pueden postularse estudiantes o profesionales recién recibidos. Benavente comentó que personas que hoy sobresalen en diversos ámbitos profesionales obtuvieron este galardón, y para ejemplificar nombró a Ignacio Munyo, Hernán Bonilla, Diego Iturburu y Nicolás Albertoni, entre otros. “Toda esa camada de jóvenes economistas que hoy uno los ve sobresalir, tenemos el orgullo de decir, fueron pichones que presentaron sus trabajos acá”, declaró.

Para este año, la propuesta del Premio Nacional de la Academia de Economía estuvo relacionada con la temática de sus ciclos de mesa redonda: “Contribución de las ideas del Dr. Ramón Díaz al pensamiento económico del Uruguay”. Luis Mosca, integrante del Consejo Directivo de la institución, opinó durante la entrega de premios que los trabajos presentados tuvieron el cauce y el abordaje técnico esperado, y recordó el legado de Ramón Díaz de forma breve.

“No era poca cosa, entre las décadas del 60 y 70, reivindicar el liberalismo económico. Ramón Díaz marcó a mucha gente, y vemos que a los participantes del concurso también, dado que han tomado su labor con mucho énfasis en la reflexión y como referente en la misma filosofía”, comentó

El primer premio fue obtenido por Luciano Magnífico y José Luis Curbelo, quienes se centraron en el aspecto de la contribución del economista en las diferentes actividades desarrolladas, para con la sociedad uruguaya. Su pensamiento liberal, dijeron los ganadores, se destaca dentro de la concepción clásica en pos de las libertades individuales más amplias, y no en el sentido de “la concepción  tergiversada que se ha comunicado de forma errónea”.

“Ramón Díaz era un gran defensor de esa libertad amplia del ser humano, desde una filosofía profunda del entendimiento de las personas como seres, y no como agentes económicos”, comentaron.

En tanto, Diego Rijos obtuvo el segundo premio con su trabajo “No queda sino batirnos: un ensayo sobre el legado de Ramón Díaz a la forma de pensar en la economía uruguaya”. Durante su exposición, Rijos subrayó que el homenajeado luchó “en tres frentes” y los enumeró: la academia, la formación de opinión pública y en su rol como servidor público. Además, comentó que la importancia de Ramón Díaz a la forma de pensar la economía no solo adquirió una relevancia nacional, sino  también internacional. “Hoy la mayoría de los académicos uruguayos tienen poca cosa afuera, por lo que esto es un valor importante”, dijo. No obstante, comentó: “durante todos estos años en que he estudiado en la Universidad, lo que ha escrito Ramón Díaz ha brillado por su ausencia”.