Lenta recuperación de la actividad industrial mundial en 2016

Cámara de Industrias del Uruguay

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El ritmo de incremento de la producción manufacturera mundial continúa siendo muy lento, debido a la débil recuperación que aún enfrentan los países industrializados y las menores perspectivas de crecimiento de las economías emergentes y en desarrollo.

En efecto, en el segundo semestre del año se verificó un leve aumento en la tasa de crecimiento de la actividad industrial global, la cual pasó del 2,1% en el primer trimestre al 2,2% en el segundo, en ambos casos en relación a igual período de 2015.

Entre los acontecimientos que se destacaron en el primer semestre del año se encuentra el “Brexit” y la mayor incertidumbre que generó en los mercados globales la inminente salida del Reino Unido de la Unión Europea, cuyas consecuencias en el sector industrial aún no son evidentes. Asimismo, la volatilidad financiera y la caída del precio del crudo contribuyeron a la inestabilidad de la producción manufacturera en las economías industrializadas.

El crecimiento del sector industrial también resultó afectado por las menores tasas de expansión de la producción en Estados Unidos y Japón, el segundo y tercer productor global de manufacturas respectivamente. Por su parte, China, el líder mundial de la producción industrial, entró en un período de transición hacia tasas de incremento de la actividad más moderadas, lo que impulsó a la baja el crecimiento medio industrial de las economías emergentes.

Si bien la actividad industrial se expandió tanto en los países industrializados como en las economías en desarrollo y emergentes, el nivel de incremento fue mayor en este último grupo de países.

Como respuesta al magro desempeño de la producción manufacturera mundial, las empresas y los actores políticos vienen adoptando reformas estructurales para salir de la trampa de bajo crecimiento, pero su impacto todavía es insuficiente.


Economías en desarrollo

El sector industrial de los países en desarrollo y emergentes se vio afectado por la desaceleración de China y la recesión económica en América Latina. En el período abril-junio de 2016, la producción industrial china creció 7,2% en relación el mismo período del año anterior, lo cual significó una leve desaceleración respecto al incremento registrado en el primer trimestre (7,4%) y una de las tasas de crecimiento más bajas desde el año 2005. Sin embargo, la industria manufacturera de China ha demostrado ser resistente a los shocks externos, tales como la disminución de los flujos de capitales y las exportaciones, gracias a su fuerte demanda interna.

La producción manufacturera de Asia-Pacífico aumentó 6,6% y 6,5% por ciento en el primer y segundo trimestre de 2016, con Vietnam registrando una tasa de crecimiento industrial de dos dígitos por séptima vez consecutiva. A pesar de experimentar la peor sequía en las últimas tres décadas, la economía vietnamita se está beneficiando del dinamismo de las industrias orientadas a la exportación, tales como computadoras, productos electrónicos y ópticos, que crecieron en importancia en los últimos años.

Por su parte, la industria de Indonesia creció 5,6% en el segundo trimestre y se ubicó recientemente entre los diez mayores fabricantes del mundo. La actividad manufacturera de India, que alcanzó altas tasas de crecimiento en los últimos trimestres, verificó una leve caída de 0,7% en abril-junio de 2016, aunque presenta un futuro prometedor en el sector de productos con alto contenido tecnológico.

El crecimiento de la producción industrial de África en el segundo trimestre de 2016 (2,5%) se debe al desempeño de la economía más industrializada de la región, Sudáfrica, cuya producción manufacturera fue impulsada principalmente por la elaboración de productos derivados del petróleo y productos químicos. De acuerdo a las estimaciones de ONUDI, todas las economías en desarrollo africanas lograron mantener una tasa de crecimiento positiva en relación a igual período del año anterior.

Las economías de América Latina resultaron negativamente afectadas por la disminución de la demanda mundial de materias primas y de los precios del petróleo. Ello se observa en la producción manufacturera, la cual cayó 3,2% en el segundo trimestre del año, impulsado principalmente por una profunda recesión en Brasil, donde la actividad fabril acumula una contracción del 9% en la primera mitad de 2016. El magro desempeño también se verificó en casi todas las principales economías del continente, tales como Perú (-5,3%), Argentina (-3,7%) y Chile (-0,3%). En contraste, la industria de Colombia creció 2,5% en los primeros seis meses del año, mientras que en México el sector presentó una lenta recuperación (0,7%), en igual comparación.

En relación a Uruguay, la producción manufacturera registró una caída de 1,1% en la primera mitad del año, luego de presentar una leve contracción en el segundo semestre de 2015 (-0,4%), en términos interanuales. Ello indica que el sector manufacturero uruguayo no es ajeno al fuerte deterioro que atraviesan las industrias de sus socios regionales, Argentina y Brasil. Sin embargo, la actividad del “núcleo” industrial, que excluye la refinería de ANCAP y las ramas donde se encuentran las empresas ubicadas en Zonas Francas (ramas 1549 y 2101), ya presentaba una desaceleración desde mediados del año 2014. En particular, en el primer semestre de 2016, la contracción del sector habría alcanzado 4,5%, sólo superada por la caída de la producción industrial brasileña (-9%), en relación a igual período del año anterior.

Por tanto, la evolución de la producción manufacturera de los países emergentes y en desarrollo tuvo una trayectoria heterogénea. Mientras que las economías de África y Asia mostraron una expansión de su actividad industrial, los países de América Latina se vieron muy perjudicados por la crisis económica de Brasil, lo que ocasionó una contracción generalizada en la producción de la región.


Perspectivas para 2016

Se espera que el crecimiento de la producción industrial mundial continúe lento en 2016, debido a la incertidumbre respecto a la evolución de la economía global. De acuerdo a las estimaciones de ONUDI, el valor agregado de la industria manufacturera (VAM) aumentará en el entorno de 2,8% este año.

Para las potencias industriales, se estima un crecimiento promedio anual del VAM de 1,3% en 2016, similar al registrado el año anterior. Con respecto a las economías en desarrollo y emergentes, se espera una tasa de crecimiento apenas superior a la observada en 2015 (4,7%).

Según la ONUDI, la lenta recuperación de la economía mundial se debe principalmente a la falta de un apoyo adecuado de los sectores financieros, producto del debilitamiento de la inversión en los países industrializados así como por los volúmenes de inversión extranjera directa en los países en desarrollo, que siguen siendo más bajos que en el período previo a la crisis. Asimismo, el lento crecimiento de la actividad industrial provocó la reducción de los salarios y un impacto negativo en la demanda, que genera la caída de los precios de las materias primas, creando de esta forma una trampa de bajo crecimiento.

Para 2016, se espera que la expansión del sector manufacturero en Estados Unidos alcance el 2,3%, mientras que en Europa la tasa de crecimiento sería menor (1,5%). Por otra parte, es probable que la producción industrial de Japón disminuya debido a la menor demanda de sus productos a nivel internacional.

Para la actividad manufacturera de China se proyecta un incremento de 6,5% en 2016, medio punto porcentual por debajo del crecimiento registrado en 2015. Asimismo, se estima que el VAM de los países del Este de Asia miembros de ASEAN (ii) se incrementará 4,7% este año. Sin embargo, se espera que el crecimiento manufacturero de África continúe siendo bajo debido a la escasa entrada de capitales y el magro desempeño de las exportaciones.

Respecto a América Latina, la coyuntura económica desfavorable provocará una contracción en el valor agregado del sector industrial cercana al 3,1% en 2016. En particular, ONUDI proyecta una caída de casi 10% del VAM para Brasil y del 3% para Argentina.

En síntesis, las perspectivas de crecimiento de la actividad industrial mundial no son muy favorables para 2016. Este panorama plantea un serio desafío para lograr uno de los Objetivos de Desarrollo Sustentable recientemente creados, el cual implica duplicar la participación de las manufacturas en el PIB de los países menos desarrollados.