Octubre Rosa: las pruebas genéticas pueden guiar la prevención y tratamiento del cáncer de mama

Los paneles de cáncer hereditario y las pruebas genómicas en tumores guían el manejo médico y personalizan el tratamiento, aumentando las posibilidades de detección precoz de ciertos tumores. 

Por: Dra. Florencia Neffa

En Uruguay, el cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer en las mujeres. Según los datos actualizados a mayo de 2022 por el Registro Nacional del Cáncer (1), en Uruguay, entre 2014 y 2018 se registraron, en promedio, 1.975 casos nuevos de cáncer de mama por año (más de cinco mujeres por día) y fue la causa de muerte de 689 mujeres, en promedio y por año en el mismo período.

A su vez, el Ministerio de Salud Pública destaca que el cáncer de mama es el cáncer más frecuente en las uruguayas: se estima que una de cada 11 mujeres uruguayas podría desarrollar cáncer de mama en algún momento de su vida. 

La mayoría de los diagnósticos ocurren de forma esporádica y los factores de riesgo, factores hormonales, ambientales y otros que aún desconocemos inciden en su etiología. Sabemos que 90% de las mujeres diagnosticadas pertenecen a ese grupo denominado de “riesgo estándar” dentro de la población general y que la enfermedad se presenta principalmente luego de los 45-50 años. Por ese motivo, a esas edades se inician las políticas nacionales de tamizaje que tienen a la mamografía como herramienta central de diagnóstico.

En tanto, el 10% restante de las mujeres con diagnóstico de cáncer de mama lo padecen debido a una predisposición hereditaria y configuran un grupo de “alto riesgo” que cuenta con características particulares. Según recientes investigaciones publicadas en Uruguay (2) (3), aproximadamente del 7 al 15% de las mujeres con cáncer de mama presenta un síndrome genético. Es importante aclarar que no se hereda el cáncer, sino una predisposición genética mayor a desarrollarlo debido a una mutación en un gen que probablemente se haya pasado de generación en generación, por vía materna o paterna. Si bien no todos los familiares heredan el gen mutado, aquellos que lo hacen tienen entre 40 y 80% de aumento de riesgo de desarrollar la enfermedad, incluso desde los 25 años. Los posibles diagnósticos oncológicos a temprana edad obligan a ofrecer estrategias de screening más oportunas y con mayor rendimiento diagnóstico pues es una población especial de “alto riesgo” y se pueden tomar medidas especiales. 

Las mutaciones que se observan con más frecuencia son los genes BRCA1 o BRCA2, que son los más estudiados y conocidos. Sin embargo, desde hace cinco años contamos con conocimiento y tecnología superior, que permite analizar nuevos genes de forma simultánea y confiable. Son genes que están igualmente relacionados con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama. 

Los paneles multigen que utilizan NGS (Next Generation Sequencing), a través del análisis de una muestra de ADN, identifican variantes genéticas relacionadas con síndromes de cáncer hereditario. Estos exámenes se realizan a partir de una simple extracción de sangre y a veces con una muestra de hisopado bucal. Es clave establecer que, debido a la presencia de una mutación genética en un gen de susceptibilidad para el cáncer de mama, una mujer pertenece al grupo de alto riesgo.

Es igualmente importante conocer qué gen está alterado o mutado. Conocer exactamente cuál es el gen mutado nos permite establecer un diagnóstico e identificar qué riesgo presenta para desarrollar cáncer de mama, a partir de qué edad, cuál es el riesgo de generar nuevos tumores de mama, qué estudio es mejor para detectarlo de forma oportuna, a qué edad hay que comenzar con esos estudios, cuál es la frecuencia, qué medidas de reducción de riesgo están disponibles, qué tratamiento puede ser más eficaz y, sobre todo, si el cáncer de mama es el único cáncer al cual está genéticamente predispuesta la persona. 

Los genes controlan muchas cosas. El gen mutado que predispone al desarrollo de cáncer de mama puede además predisponer a la persona a desarrollar un cáncer en otro órgano. Saber exactamente cuál es el gen alterado es fundamental para establecer recomendaciones médicas más acertadas. Este conocimiento nos ayuda a los médicos a interpretar mejor el riesgo individual de nuestro paciente para tomar mejores decisiones en cuanto al seguimiento, prevención y, de ser necesario, tratamiento. 

Las combinaciones más frecuentes en cuanto a predisposición de distintos tumores debido a una misma mutación genética puntual son mama, ovario, próstata y páncreas. Por eso, el mismo gen implicado en el cáncer de mama en mujeres puede estar presente en aquellos hombres con cáncer de próstata dentro de la misma familia. 

La única forma de determinar quiénes son portadores de alteraciones genéticas es únicamente a través del estudio genético, que debe ser indicado por un profesional que pueda seleccionar el tipo y número de genes, la tecnología necesaria y que cubra los diagnósticos presentes en la familia. 

Las personas con sospecha médica de pertenecer al 10% de individuos de “alto riesgo” para cáncer, que se beneficiarían de realizarse un estudio genético, son aquellos con diagnóstico de cáncer de mama antes de los 45 años, cáncer de mama en las dos mamas a cualquier edad, cáncer de ovario a cualquier edad, cáncer de páncreas antes de los 60 años, o cáncer de próstata diagnosticado antes de los 60 años o en etapa metastásica. Si bien hay otros criterios de sospecha, esos son los más frecuentes. 

Una vez detectada una alteración genética en un individuo sugerimos el estudio de otros miembros de la misma familia para determinar quiénes son portadores de esa misma mutación y quiénes no. Los portadores serán aconsejados a cumplir con un esquema de seguimiento, prevención y tratamiento específicos. Los no portadores serán considerados con el riesgo “estándar” de la población general y continuarán con las medidas de control ya establecidas. Quien no tenga la mutación no la puede transmitir. 

Los estudios genético-moleculares se perfilan como un nuevo pilar en el manejo del paciente oncológico, principalmente con cáncer de mama, porque proporcionan información oportuna y de calidad, relevante a la hora de tomar decisiones médicas, quirúrgicas, de seguimiento y hasta en la prevención de nuevos tumores. Esto contribuye a la optimización de los recursos en salud y a brindar una atención personalizada, ajustada al perfil de riesgo de cada individuo.

(*) Asesora en consejo genético para cáncer hereditario en Dasa Genómica Uruguay.


Referencias:

  1. Situación epidemiológica del Uruguay en relación al cáncer (Mayo 2022) https://www.comisioncancer.org.uy/aucdocumento.aspx?108,1462
  2. Desarrollo e implementación de procedimientos genómicos para el diagnóstico de susceptibilidad hereditaria al cáncer de mama y ovario en el hospital universitario. Cayota A., Delgado L., Artagaveytia N., Silveyra N., Ximenez S., Manrique G., Simoes C., Spangenberg L., Naya H., Sanguinetti J., Blanco V., Possi T., Camejo N., Castillo C., Cataldi S.
  3. Cáncer de mama y ovario hereditario en Uruguay: resultados del screening para mutaciones en genes de susceptibilidad por secuenciación de nueva generación. DELLA VALLE, Adriana et al. Rev. Méd. Urug. [online]. 2017, vol.33, n.2, pp.40-52. ISSN 0303-3295.