Abeleche defendió necesidad de considerar indicadores ambientales para otorgar financiamiento

Compromisos > “Si no están acompañados de acciones, son meras palabras

Durante su participación en la COP26, la conferencia internacional sobre cambio climático, la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, afirmó que se requieren de “acciones inmediatas y soluciones de largo plazo”, advirtiendo que “no hay espacio para pequeños arreglos”. Agregó que ello requiere que los países desarrollados otorguen los recursos prometidos y que los países receptores de esos recursos demuestren con acciones sus compromisos. En ese sentido, defendió la propuesta de “vincular el costo del crédito de los países con su éxito en el cumplimiento de objetivos climáticos”.

Arbeleche, participó de la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26) en Glasgow, disertando en varios paneles con autoridades internacionales de primer nivel y en encuentros bilaterales con representantes de diversos organismos y de gobiernos. La convención de Glasgow reúne delegaciones de casi 200 países para impulsar acciones que frenen la emergencia climática.

Arbeleche, que preside desde el 1º de noviembre y por primera vez para Uruguay el Comité de Desarrollo del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, actuó como moderadora del panel denominado “Movilización de Financiamiento para Países Emergentes y en Desarrollo”, en el que también participaron David Malpass, presidente del Banco Mundial; Danny Alexander, vicepresidente del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB) -al que Uruguay se incorporó en mayo de 2020-; Nigel Clarke, ministro de Finanzas de Jamaica; y Odile Renau-Basso, presidenta del Banco Europeo para la Reconstrucción y Desarrollo (BERD).

Arbeleche destacó en su intervención que “estamos enfrentando una emergencia climática global, que demanda acciones inmediatas y soluciones de largo plazo. No hay espacio para pequeños arreglos o soluciones incrementales. La verdad es: necesitamos cambios transformadores”. Fundamentó que los países emergentes y desarrollados necesitarán billones de dólares en inversión adicional anual durante décadas para desarrollar energías verdes e infraestructura climática resiliente. Sin embargo, en la búsqueda de trayectorias de crecimiento sostenibles, los países enfrentarán finanzas públicas restringidas.

“Dada la escala del problema que debemos enfrentar, es necesario concretar lo que dijimos que colectivamente haremos. Los anuncios y compromisos, si no están acompañados de acciones y rendiciones de cuentas, son meras palabras”, sostuvo Arbeleche.

Detalló que ello implica dos cosas: primero, que los países desarrollados se esfuercen por cumplir con el compromiso de desplegar los recursos prometidos, incluyendo donaciones a los países en desarrollo para ayudar a alcanzar las metas de cambio climático. Segundo, que “los países receptores necesitamos demostrar que realmente hablamos en serio cuando decimos que estamos preocupados por el cambio climático”.

“Desde mi rol como presidenta del Comité de Desarrollo, impulsaré propuestas prácticas para abordar estos desafíos, utilizando los incentivos y la innovación financiera para premiar las políticas sustentables. Una forma de hacerlo es vincular el costo del crédito de los países con su éxito en el cumplimiento de objetivos climáticos incluidos en el Acuerdo de París. En particular, los países que cumplan con sus compromisos y muestren un buen desempeño ambiental deberían pagar tasas de interés más bajas, liberando así recursos para metas más ambiciosas”, resaltó Arbeleche.

Recordó que el Gobierno está trabajando para desarrollar un bono soberano indexado a indicadores sostenibles, que incorporará explícitamente criterios ambientales con visión de futuro, basados en las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC, por su sigla en inglés) en el marco del Acuerdo de París.

“Al mismo tiempo, plantearemos que los préstamos de los organismos multilaterales también incorporen métricas ambientales alineadas con el Acuerdo de París, diferenciando los costos de financiamiento de acuerdo a la contribución de los países a los bienes públicos globales. Los compromisos deben demostrarse y la integridad ambiental debe ser recompensada”, resumió.