Economía uruguaya en “zona de riesgo” de estancamiento o caída, según Cámara de Comercio

Informe > Gremial criticó pérdida de competitividad y rentabilidad

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El sector Comercio y Servicios cerrará el año bajo una situación de estancamiento, dejando atrás el escenario de repunte que evidenció durante 2017, según el informe de coyuntura de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Uruguay (CNCS). La gremial estima que “el horizonte de reaceleración” de la actividad económica “parece lejano”.

El informe de la CNCS concluye que “el revés de las condiciones financieras internacionales” constituye “una realidad” que se ve reflejada en el fortalecimiento del dólar a nivel internacional, que vuelve “cada vez más complejo atraer inversiones” y que encarece el crédito internacional. A ello se suma un contexto regional donde “las noticias tampoco resultan favorables” e incluso representan un “shock negativo de gran magnitud, impactando en diversos frentes y sectores: industria, comercio, turismo, inversión”.

En el caso de Argentina, se observa que las reformas que se están procesando implican una mayor restricción fiscal y monetaria, lo que supone una corrección a la baja en sus perspectivas de crecimiento. Asimismo, advierte que “el ajuste de precios relativos genera un abaratamiento de su economía frente a la uruguaya, lo cual es esperable que sea sostenido en el tiempo”.

Del otro lado, se advierte que la situación en Brasil “no resulta menos compleja” puesto que atraviesa por altos niveles de incertidumbre, sumado a una situación fiscal insostenible, por lo que “resulta difícil poder pronosticar su crecimiento para los próximos años”. “En el mejor de los casos, continuará atravesando un contexto de escaso dinamismo tanto para el cierre de este año como para el próximo, en el entorno del 1%-1,5% crecimiento anual del PIB”, sostiene el informe.

En este contexto, y considerando las principales variables macroeconómicas de Uruguay, se advierte que la economía local “se encuentra en zona de riesgo de entrar en un proceso de estancamiento e incluso caída en los próximos años”.  Agrega que en todos los sectores existe un ajuste en los  niveles de actividad, a excepción del Transporte y Comunicaciones. “El escenario de contracción se confirma y se traslada a los diferentes sectores de actividad, tanto a aquellos volcados a los mercados internacionales como a los que dependen en mayor medida de la evolución del consumo interno”, advierte el informe.

Respecto al mercado doméstico, advierte que las expectativas menos optimistas sobre el futuro de la economía y la perspectiva de aumento del valor del dólar, afectará negativamente las “decisiones de consumo de los hogares, fundamentalmente en relación a la compra de bienes duraderos”. También se advierte por el recrudecimiento de las presiones inflacionarias y el deterioro del mercado laboral. Esta combinación de situaciones, hizo que el 43% de los rubros considerados en la Encuesta de Actividad de la CNCS mostraran caídas interanuales en sus niveles de venta en términos reales, cuando en el último trimestre de 2017 este guarismo ascendía al 29%.

De esta forma y a partir de los resultados arrojados por el Lidcom (Indicador Adelantado de Actividad Comercial), es posible establecer que el sector comercio y servicios cerrará el año bajo una situación de estancamiento, es decir con un nivel de crecimiento cercano a cero, dejando rápidamente atrás el escenario de repunte que evidenció durante 2017. Asimismo, hasta el momento las proyecciones para el año 2019 tampoco son auspiciosas, por el contrario frente al contexto regional y local, es posible establecer una profundización de la contracción en el sector, replicando lo ocurrido en el año 2016, cuando el sector cayó 2,8%.

En ese sentido, el informe de la CNCS señala que “el horizonte de reaceleración” tanto de la economía como del sector comercio y servicios “parece lejano, no sólo por el contexto extrarregional y regional, sino también por las moderadas acciones que se perciben por parte de las autoridades de gobierno para de forma contundente revertir los desequilibrios macroeconómicos que han llevado a una profundización de la pérdida de competitividad de las empresas”. “No sólo por la distorsión en los precios relativos que enfrentan, sino también en todos aquellos factores que hacen al costo de las actividades económicas y por lo tanto a sus niveles de rentabilidad: política tributaria, política salarial, regulaciones, infraestructura, educación, innovación”, critica el documento de la gremial.