Gobiernos y organismos abren abanico de medidas para dinamizar la economía ante crisis del Covid-19

Recién empieza > FMI valora lo hecho, pero advierte que queda mucho por hacer

Ninguna medida se descarta. Gobiernos y organismos internacionales empezaron a tomar importantes medidas buscando dar oxígeno a una economía global ahogada por las acciones para frenar la pandemia del coronavirus Covid-19. Importantes inyecciones de liquidez, una política monetaria ultra expansiva, exoneración de impuestos, y hasta la posibilidad de dar dinero en efectivo a personas y empresas, son parte del abanico de posibilidades que se ponen sobre la mesa.

Las consecuencias sanitarias del Covid-19 a nivel internacional aún son inciertas, como también las repercusiones que la pandemia tendrá sobre la economía global, aunque la primera conclusión es bastante clara: el golpe será duro.

Por lo pronto, las estimaciones primarias ya dan cuenta de una recesión global durante este año, que será igual o peor que la registrada durante la crisis financiera internacional de 2008-2009. Sin embargo, la buena noticia es que la economía se recuperará en 2021.

Así al menos lo estimó el FMI a través de su directora gerente, Kristalina Georgieva, quien celebró la diversidad de medidas fiscales extraordinarias puestas en práctica por varios países para proteger a los sistemas de salud, empresas y trabajadores, junto con las aplicadas por varios bancos centrales para brindar alivio monetario. De todas formas, aventuró que se requerirán más acciones.

En ese sentido, señaló que el FMI podría elevar significativamente su ayuda de emergencia, ya que cerca de 80 países están pidiendo asistencia, y reiteró que la entidad está dispuesta a desplegar su capacidad total de crédito de un billón de dólares.

Asimismo, el FMI junto con el Banco Mundial, instaron esta semana a los acreedores bilaterales a ofrecer un alivio inmediato a los países más pobres del mundo. En una declaración conjunta, ambas instituciones pidieron que suspendan inmediatamente los pagos de la deuda a los países de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), que incluye a una cuarta parte de la población mundial y a dos tercios de la población mundial que vive en la pobreza extrema.

Por su parte, ayer jueves los líderes del G20 dijeron que están comprometidos a formar un solo frente contra la pandemia del coronavirus Covid-19 y que la “prioridad absoluta” es abordar sus impactos sanitarios, sociales y económicos.

Durante una video conferencia, los líderes de las principales economías del mundo se comprometieron a restaurar la confianza, preservar la estabilidad financiera y revitalizar el crecimiento.

El G-20, actualmente presidido por Arabia Saudita, ha enfrentado críticas por su lenta respuesta a una crisis cada vez más grave.

Pero más allá de estas declaraciones generales, cada país -por su cuenta- se está preparando como puede para hacer frente a las consecuencias de problema del virus, tanto en el frente fiscal, como monetario, pero también con medidas que apuntan al mercado laboral y a garantizar la cadena de pagos.

Medidas varias

La locomotora de Europa, Alemania, fue tajante en que el objetivo de déficit fiscal “0” iba a ser momentáneamente dejado de lado para poder atender la crisis generada por el Covid-19.

El Gobierno alemán aprobó 550.000 millones euros para empresas, que incluyen ayudas para financiar las reducciones de jornadas establecidas; prestación pública a los trabajadores sometidos a una reducción de su trabajo y salario, que indemniza a los trabajadores con un 67% de la pérdida de salario. También se aplazó por seis meses para el pago de impuestos a pymes y autónomos. Asimismo, se proporcionará liquidez a través de la ampliación y mejora de programa de avales del banco de desarrollo público.

Italia, el país más afectado por el virus, aprobó la suspensión de hipotecas para personas que se hayan quedado sin empleo o que hayan sido despedidas temporalmente de sus empresas debido a la pandemia. Asimismo, se paralizó el pago de impuestos por parte de las pymes, así como una moratoria fiscal y de cotización para los empleados por cuenta propia. El Gobierno italiano también aprobó la posibilidad de solicitar el aplazamiento del pago de un crédito para las pymes.

En España el gobierno anunció un paquete de medidas extraordinarias de 200.000 millones de euros, lo que equivale a 20% del PIB. De esta cifra, 117.000 millones de euros serán íntegramente públicos, mientras que el importe restante se completará con la movilización de recursos privados.

Francia aprobó un paquete de apoyo con un valor conjunto de 45.000 millones de euros, garantías de préstamos por 300.000 millones y un plan para proteger las empresas amenazadas. Además, el presidente francés Emmanuel Macron, anunció que se emplearán todos los medios para proteger a las grandes empresas del país de posibles ataques en bolsa. Eso incluye la participación pública en sus capitales o la nacionalización de las consideradas estratégicas.

En Estados Unidos, se anunció un paquete de estímulo económico de 2 billones de dólares, que incluye el envío directo de cheques a los estadounidenses. La medida plantea que los estadounidenses solteros podrían recibir un cheque por 1.200 dólares, las parejas que viven en el mismo hogar podrían obtener $2.400 y los padres se beneficiarían de $500 por cada niño menor de 17 años.

Además, la Fed anunció que empezará a respaldar un rango sin precedentes de medidas de crédito para los hogares, pequeñas empresas y grandes empleadores.

La última frontera

La medida adoptada por Estados Unidos crece con fuerza también en otros rincones del mundo. Si bien muchos gobiernos ven la idea de dar dinero a ciudadanos y empresas como la última frontera, la posibilidad parece cada vez más latente. Incluso en Uruguay, el PIT CNT y otras organizaciones sociales han ido en esta dirección al solicitar al gobierno que aplique una renta “transitoria” de emergencia.

En Europa, el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, defendió la idea de una «renta mínima de emergencia» durante la crisis del Covid-19.

Por su parte, el economista alemán Wolfgang Munchau, director del think tank Eurointelligence, argumentó en una columna publicada en el Financial Times que se requerían de subvenciones directas para evitar una recesión más larga y profunda: «Gran parte del dinero que se está anunciado es crédito, no subvenciones. Si una empresa pide dinero prestado mientras sus ingresos caen, la solvencia se deteriora. Este fue el problema de Italia después de la crisis de la Eurozona. La austeridad dejó a la economía en una posición más débil para pagar la deuda».

Munchau defiende que lo que necesita la Eurozona es dinero en efectivo, no crédito. En ese sentido, propone entregar directamente dinero a los ciudadanos y a las empresas. «Podríamos emplear un poco de magia financiera creativa que involucre a una o varias instituciones de la UE y al BCE juntos. Se podría crear una especie de ‘facilidad fiscal única’ parcialmente financiada por el BCE. Las características clave deben ser: dinero, no crédito; pagos directos en efectivo a ciudadanos, hogares y empresas; y, sí, la responsabilidad debe ser mutualizada. Debería estar respaldado, sin límites, por el BCE», añade Munchau.


Economía vs. contagios

Los llamados de algunos gobernantes para proteger a la economía en lugar de desacelerar la propagación del virus son “egoístas y desacertados”, aseguró el ministro de Finanzas de Alemania, Olaf Scholz, al diario Bild y consignadas por la agencia de noticias Reuters. “Puedes ver qué países que siguieron ese objetivo, como parece haberlo estado haciendo Reino Unido, ahora están cambiando de rumbo”, señaló.

Cuando se le preguntó sobre la sugerencia de algunos políticos de Estados Unidos sobre que los adultos mayores podrían ser sacrificados por el bien de la economía que heredarán sus nietos, fue incluso más explícito.

“Eso me da escalofríos”, sostuvo. “Es totalmente egoísta e indefendible y estoy muy contento de vivir en un país donde tales opiniones no tienen relevancia”, agregó.

El presidente Donald Trump afirmó que estaba considerando cómo reabrir la economía de Estados Unidos cuando termine la cuarentena de 15 días la próxima semana, a pesar de que el virus altamente contagioso se está propagando y los hospitales se preparan para lo peor.