Pandemia, inflación y la guerra en Ucrania ensombrecen la economía global, según el FMI y el BM

Pese a ello, para Uruguay se espera un mayor crecimiento económico

La pandemia aún golpeando, la inflación internacional afectando a las principales economías,  y la guerra en Ucrania, son las principales amenazas que aparecen en el horizonte económico global, según las últimas estimaciones del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, entendiendo que los países exportadores de alimentos pueden verse beneficiados por los altos precios internacionales, ambos organismos mejoraron sus proyecciones de crecimiento para Uruguay y la región.

Esta semana tienen lugar las tradicionales “Reuniones de Primavera” (boreal) del BM y el FMI, donde ambos organismos dieron a conocer nuevas proyecciones de crecimiento para la economía mundial, que implicaron un deterioro respecto a las últimas estimaciones de enero.

La pandemia, la inflación internacional y la guerra en Ucrania constituyen las principales amenazas para la economía global, según lo hicieron notar en sus diversas intervenciones las autoridades de estos organismos internacionales.

En una conferencia de prensa, el presidente del BM, David Malpass, afirmó que el confinamiento en China debido al brote de covid-19 puede afectar el desempeño económico mundial en 2022, pero “sobre todo, la guerra y sus consecuencias están estresando a las personas pobres de todo el mundo”. Todo esto –explicó- “se suma a la carga de la deuda, una sobrecarga en muchos países, y también la fragilidad del medio ambiente mundial”.

Malpass aseguró que uno de los principales impactos se refleja en la escasez de alimentos, energía y fertilizantes, lo que está creando “una crisis de inseguridad alimentaria que durará al menos meses y probablemente hasta el próximo año”.

El presidente del BM indicó que los precios de los alimentos ya han subido un 37% en lo que va del año, lo que impacta principalmente en la población pobre. “Cuando los precios de los alimentos suben más que el IPC, se pone de manifiesto la carga y la desigualdad de las diversas crisis mundiales”, sostuvo.

Asimismo, instó a apostar por la apertura comercial, principalmente en las economías avanzadas, y subrayó la importancia de “encontrar políticas en el futuro que agreguen inversión” en las economías en desarrollo.

Revisando números

Por su parte, desde el FMI, el Consejero Económico y Director del Departamento de Estudios, Pierre-Olivier Gourinchas, advirtió que “los efectos de la guerra se propagarán a lo largo y ancho del mundo, sumándose a las presiones sobre los precios y exacerbando graves problemas para las políticas”.

El funcionario del Fondo, afirmó que “las perspectivas económicas mundiales han sufrido un grave revés, debido en gran medida a la invasión rusa de Ucrania”, que se da en un contexto en el que la economía global aún no se había recuperado completamente del golpe de la pandemia.

“Incluso antes de la guerra, la inflación en muchos países había estado subiendo por desequilibrios entre la oferta y la demanda y el apoyo mediante políticas proporcionado durante la pandemia, lo cual dio lugar a un endurecimiento de la política monetaria. Los recientes confinamientos en China podrían causar estrangulamientos en las cadenas mundiales de abastecimiento”, advirtió Gourinchas.

En concreto, el FMI recortó su perspectiva de crecimiento a 3,6%, tanto para 2022 como para 2023. Ello implica un descenso de  0,8 puntos porcentuales (pp.) respecto a la proyección divulgada en enero para este año, y de dos décimas en relación a la estimación para 2023. El deterioro de las perspectivas se explica principalmente por el impacto de la guerra en Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia, países que registrarán “marcadas contracciones”.

Paralelamente, el BM rebajó de 4,1% a 3,2% la perspectiva de crecimiento global para este año.

La zona euro es la región económicamente más perjudicada por el conflicto en Ucrania, y el FMI estima que este año crecerá un 2,8% y no un 3,9% como preveía en enero. Mientras tanto, para 2023 recortó su estimación al 2,3% desde el 2,5%.

Para EEUU, el FMI anticipa un crecimiento de 3,7% este año y 2,3% el próximo, frente a su anterior estimación del 4% y 2,6%, respectivamente.

En cuanto  a China, la previsión de PIB se recorta hasta el 4,4% desde el 4,8% para 2022; y en una décima en 2023, hasta el 5,1%

No todos pierden

A diferencia de la previsión a nivel global, el FMI elevó en una décima, hasta el 2,5%, sus perspectivas de crecimiento económico para los países de América Latina y el Caribe en 2022. No obstante, advierte por las fuertes presiones inflacionarias que sufrirá la región derivadas en parte de la guerra en Ucrania.
Al igual que para la región, el FMI también mejoró las perspectivas de crecimiento económico para Uruguay en 2022, proyectando ahora una expansión del 3,9%, lo que implica 0,7 pp. más que la estimación de 3,2% que tenía el organismo en enero.
Para 2023 prevé que la economía local tenga una expansión de 3%.
Desde el FMI se entiende que la guerra en Ucrania puede suponer una oportunidad económica para algunos países de la región exportadores de alimentos.


Turbulencias en mercados de materias primas y cadenas de suministro provocan riesgos

La guerra en Ucrania incrementa los riesgos para la estabilidad financiera mundial y plantea interrogantes acerca del impacto a más largo plazo en las economías y los mercados, según interpretó Tobias Adrian, Consejero Financiero y Director del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI.

“La guerra, que coincide con una desaceleración de la recuperación económica tras la pandemia, pondrá a prueba la resiliencia de los mercados financieros y representa una amenaza para la estabilidad financiera”, sostuvo el funcionario.

En su opinión, “es evidente que la gravedad de las perturbaciones en los mercados de materias primas y las cadenas de suministro está generando riesgos a la baja, al incidir negativamente en la estabilidad macrofinanciera, la inflación y la economía mundial”.

En este contexto, Europa es la región con mayores riesgos debido a su proximidad geográfica a la guerra, la dependencia de la energía rusa y la exposición nada despreciable de algunos bancos y otras instituciones financieras a los activos y mercados financieros de Rusia.