Sectores con “sobrerrepresentación” de mujeres fueron los más golpeados en sus condiciones laborales por la pandemia

PIT-CNT > Trabaja en cláusulas de corresponsabilidad en los cuidados a nivel de convenios

Los servicios de la salud y la educación, dos de los sectores que se vieron más alterados en su funcionamiento por los impactos de la pandemia del covid-19, cuentan con un 75% de ocupación femenina, según explicó a CRÓNICAS la economista del Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT, Alejandra Picco. El centro de investigación de la central sindical, elaboró un informe acerca de los impactos de la pandemia en las mujeres, donde se remarca que estos rubros sufrieron un empeoramiento en sus condiciones de trabajo, más profundo que el registrado en otros sectores. 

Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo

 

En el marco del Día Internacional de la Mujer, el Instituto de investigación y formación Cuesta Duarte del PIT-CNT elaboró un informe de análisis de algunos datos del mercado de trabajo. Titulado “A un año de la pandemia: el impacto en las mujeres”, se presentaron algunos indicadores laborales que “nos dan indicios del impacto que ha tenido el empeoramiento en el mercado de trabajo registrado en 2020 sobre las mujeres, no solamente en términos absolutos sino también respecto a la situación de los varones”, informa la publicación.

Así, uno de los puntos evaluados fue la tasa de actividad. En Uruguay, al cierre de 2019, dicho indicador era unos 15 puntos porcentuales superior entre los varones que entre las mujeres. La menor oferta de trabajo femenino refleja, principalmente, que son las mujeres quienes se encargan de la mayor parte del trabajo no remunerado en los hogares (tareas domésticas y de cuidados fundamentalmente), lo que les impide dedicarse al trabajo remunerado, o hacerlo en la misma medida que los varones, agregó el texto.

En segundo lugar, la tasa de empleo muestra una diferencia -al cierre de 2019- de unos 16 puntos porcentuales a favor de los hombres. No obstante, se destaca que desde 2006 ha transitado un camino a la baja, cuando en esa época rondaba los 21 puntos.

“Lo que se dio en 2020 fue una baja en esa diferencia en esa brecha porque la tasa de empleo de los hombres empeoró más que la de las mujeres”, afirmó Alejandra Picco, economista y coordinadora del equipo económico de investigación del Instituto, quienes elaboraron el informe. A esto se le suma, además, que hubo sectores que se vieron mucho menos afectados que los demás, como la enseñanza y los servicios de la salud.

¿La razón? “Una de cada cuatro mujeres ocupadas trabaja en esos sectores (…) y en ambos rubros, el 75% de los ocupados son mujeres”, profundizó Picco.

En estos ámbitos, la mujer está sobrerrepresentada -según enuncia el informe-. Además, coincidentemente son rubros en donde las condiciones de trabajo se vieron más empeoradas que en otros sectores.

“En el caso de la salud es claro: más horas de trabajo, por ejemplo. Quedó claro que las condiciones de trabajo, no particularmente para las mujeres sino para todo ese sector, empeoraron”, reflexionó la experta. El problema es que, justamente, tres de cada cuatro ocupados son mujeres, por lo que ellas se vieron más azotadas. “En el caso de la educación pasó algo similar”, indicó.

Picco aclaró que este enfoque se hizo para “relativizar el hecho de que para las mujeres el empleo no cayó tan fuertemente como para los hombres”, sino que fueron sectores donde predominantemente son ellas, las ocupadas, donde se dio el mayor impacto.

La brecha

La economista del Instituto se refirió también a la brecha salarial existente entre hombres y mujeres.

Aclaró que no se incluyó el tema en el informe elaborado, porque “no son datos nuestros”, pero se refirió a datos publicados por el Banco Mundial (ver nota del 05/03/2021, Págs. 16 y 17), y a otro trabajo elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Según Picco, esos datos “son muy sensibles a la metodología” utilizada, por lo que dan resultados “muy distintos”.

“Lo que sí, todos marcan que hay una brecha importante entre ingresos laborales de hombres y mujeres, que desfavorece a ellas, e incluso si se corrige por hora -porque las mujeres trabajan menos horas- esa brecha ha venido bajando desde los ´90”, señaló.

Picco explicó que el Instituto Nacional de Estadística aún no publicó los microdatos en su Encuesta Continua de Hogares, por lo que no fue posible procesar la información requerida para observar la realidad de esa diferencia salarial en 2020.


Nos cuidamos entre todos

Consultada respecto a qué se hace desde la central de trabajadores para revertir las desigualdades que las mujeres viven, la experta sostuvo que en lo que se viene trabajando en los últimos años es en temas de corresponsabilidad. “En particular en los cuidados, porque es una diferencia muy grande que hay entre hombres y mujeres, y es lo que explica las diferencias que después se dan en el mercado de trabajo”, argumentó.

A lo que se refiere, es al hecho de que las mujeres se hacen cargo “en mucha mayor medida, más del doble” que los hombres de las tareas no remuneradas -“del hogar”- y de cuidados de personas dependientes -niños, ancianos y enfermos-. Esa desigualdad tiene como consecuencia que las mujeres trabajen menos horas, y que, a su vez, necesiten un ingreso más alto para insertarse al mercado de trabajo, ya que tienen que delegar a alguien más esas tareas de cuidado.

De esta manera, desde el PIT-CNT se trabaja para incorporar en los convenios cláusulas de corresponsabilidad en los cuidados; “es decir, que quede claro que los cuidados no son temas de las mujeres, sino que hay una corresponsabilidad”. Pero no únicamente entre mujeres y hombres, añadió, sino también entre trabajadores, empleadores y el Estado.

“En los últimos tiempos, los esfuerzos han venido por ese lado: tratar de reconocer ese trabajo que se hace, repartirlo entre hombres y mujeres, y también entre empresas, trabajadores y Estado”, finalizó Picco.