El sector agroindustrial se muestra firme en su capacidad productiva

Un atractivo para la inversión extranjera

El sector agroindustrial presenta un potencial para continuar su desarrollo en el camino de ser un proveedor de alimentos de calidad para los mercados más exigentes del mundo.

El Instituto de Promoción de Inversiones, Exportaciones e Imagen País, Uruguay XXI elaboró a través de su departamento de Inteligencia Competitiva un informe que detalla el crecimiento del sector de los agronegocios en nuestro país. Los factores están asociados no sólo al contexto internacional, sino también a las inversiones y transformaciones producidas en el agro en el último tiempo.

El documento señala que durante la última década fuimos el segundo país receptor de inversión extranjera directa en relación al PBI (5.3%), y el segundo país en utilidades reinvertidas sobre las utilidades totales (61%) de América Latina, ubicados en la principal región exportadora de alimentos del mundo.

Es que el 90% de la superficie terrestre del país es apta para el uso agropecuario, lo que significa un total de 16.4 millones de hectáreas cuyo precio se ha multiplicado por 10 en los últimos 15 años; el valor total estimado de la tierra en Uruguay pasó de US$ 6.322 millones en 2002 a US$ 61.017 millones en 2017.

En entrevista con Empresas & Negocios, Mariana Ferreira, gerente de Inteligencia Competitiva de Uruguay XXI, comentó que el principal atractivo que tiene nuestro país para las empresas extranjeras se encuentra relacionado a la estabilidad política y jurídica. En segundo término se halla la macroeconomía y el trabajo desarrollado en torno a la marca Uruguay Natural como sinónimo de calidad.

“Los incentivos sectoriales y la ley de inversiones tienen un aspecto específico para los proyectos que se presentan para el sector de negocios, y también es utilizado mucho por las empresas extranjeras que deseen invertir”, dijo. Agregó que las empresas invierten si el negocio es rentable. “Hay algunos casos en el sector lácteo en donde, como no lo han sido, se han retirado”, puntualizó.

Al mismo tiempo, el informe sostiene que una de las ventajas que posee Uruguay para desarrollar los agronegocios radica en la no existencia de limitaciones ni restricciones a las exportaciones de bienes agroindustriales, lo que impulsó que este sector haya tenido una participación del 79% del total de los bienes exportados en 2017.

En la producción de alimentos y cueros se concentró el 25% de las inversiones totales de innovación, y se empleó a casi el 30% de los profesionales en actividad de innovación.

La carne bovina fue el principal producto de exportación dentro de la agroindustria, seguido por la celulosa y la soja. “Si se concreta la segunda planta de UPM, la celulosa va a superar a la carne en ese sentido”, señaló Ferreira.  Las exportaciones de alimentos alcanzaron el año pasado los US$ 4.955 millones, lo que equivale a un 55% del total.

China es el principal destino individual de la carne uruguaya. Su participación, medida en términos de valores exportados, pasó de 0% a 40% en nueve años.

Si se observa los destinos, prevalece que el 35% de las ventas agroindustriales fueron a China (carne bovina, celulosa, soja, madera, subproductos cárnicos y lana), seguido por Brasil (lácteos, pescado, caucho, carne ovina, malta y cebada).

Carne

La carne es el producto más diversificado a nivel de mercado que tiene Uruguay, llegando a casi cincuenta mercados, lo que se debe a la calidad, apuntó la especialista. Nuestro país se posiciona como uno de los 10 principales exportadores de carne bovina del mundo. Mientras que en 2005 el principal destino representaba el 64% de las exportaciones de carne, en 2017 el principal mercado concentró cerca del 40%. El año pasado las colocaciones de carne bovina enfriada se dirigieron principalmente a Brasil y la Unión Europea.

En los últimos dos años, la producción de carne ovina ha experimentado incrementos, mientras que las exportaciones han acompañado esta tendencia sólo en el último año. En 2017, los volúmenes exportados crecieron 36%, y totalizaron US$ 63,8 millones, apunta el informe.

“La carne uruguaya es la que tiene mejores precios en promedio, y detrás de ello la trazabilidad es importante”, agregó la ejecutiva, al tiempo en que señaló que “no se trata de un commodity cualquiera, dado que tiene agregado un servicio importantísimo y eso hace el precio; si el mercado lo paga, es porque tiene una excelente calidad”.

Se estima que los precios de la carne se vean impulsando por una menor producción mundial, lo que sumado a la apertura de nuevos mercados, como lo puede ser Estados Unidos, abre las esperanzas a mayores exportaciones el próximo año. Se aguarda que el escenario del mercado bovino esté determinado por el avance de las exportaciones en pie y la faena de hembras, por lo que el sistema de cría se verá presionado en el remplazo de cabezas bovinas que permitan mantener el stock.

El sector agrícola

Dentro de los agronegocios, el sector agrícola fue el que recibió mayores inversiones, más que nada destinadas a la incorporación de tecnología en la producción de granos, señala el informe. Las inversiones de soja y cereales -como el arroz-, han llegado, más que nada, por capitales argentinos y brasileños, observó Ferreira. A esto se le debe agregar que algunas de las mayores comercializadoras de granos del mundo están instaladas en Uruguay.

A partir del crecimiento de la demanda mundial liderada por China, el cultivo de soja comenzó a cobrar mayor relevancia en nuestro país, específicamente desde la zafra de 2003. Los rindes de la zafra 2016 – 2017 superaron los 3.000 kilos por hectárea, es decir, un 56% más que la zafra anterior gracias a condiciones climáticas. Aunque el área se redujo un 12%, el aumento de los rindes bastó para obtener una producción récord de aproximadamente 3.3 millones de toneladas, marcando un récord en volumen producido, apunta el informe.

En 2017, el sector agroindustrial representó el 15% del personal total ocupado. Dentro de ello, la producción agropecuaria empleó 71% de los empleados.

A largo plazo, los precios internacionales del sector agrícola no presentarían variaciones significativas, ya que tanto el crecimiento de la producción como el de la demanda enfrentarían un enlentecimiento, lo que promovería la estabilidad. Se espera que la producción mundial de soja continúe en aumento, aunque a ritmos inferiores a los de la última década. En el caso particular de Uruguay, es de aguardar que se retraiga a causa de los menores rendimientos y, por lo tanto, de menores volúmenes.

El informe de Uruguay XXI subraya que es de esperar que el trigo mantenga una tendencia a la baja a causa de la nueva caída de la superficie sembrada y los rendimientos menores a los normales. Los altos rendimientos obtenidos por la cebada cervecera a nivel nacional en las últimas zafras no se repetirían en la próxima campaña, afectados por condiciones climáticas adversas. Asimismo, se espera una disminución en la superficie sembrada, asegura

Durante la zafra 2016 – 2017 el área sembrada de arroz significó un aumento de un 2% respecto a la zafra anterior. Las mejoras tecnológicas de la última década permitieron que el rendimiento de esta cosecha sea uno de los más altos a nivel mundial, apunta el documento. En la pasada zafra el rendimiento alcanzado fue un 8% superior a la zafra 2015 – 2016.

En cuanto a la lechería, se observa que en los últimos 10 años las exportaciones gozaron de un aumento en valor de 5% promedio anual y en particular para 2017 sumaron US$ 591 millones, cifra 4% superior a la del año anterior. El incremento de 25% en los precios promedio de exportación logró compensar la caída de 17% en el volumen exportado. Es de esperar que la remisión de leche a plantas aumente, y que los precios a corto plazo se mantengan estables.

El objetivo de alimentar al  mundo

“Somos un país de tres millones de habitantes que alimentamos a casi 30 millones de personas; en términos relativos estamos bien posicionados”, expresó Fernández. El documento señala que nuestro país prevé alcanzar la alimentación de 50 millones de individuos en los próximos años. Las perspectivas muestran al aumento poblacional en los países en desarrollo como el principal factor para el crecimiento de la demanda de alimentos.

Para Ferreira, tendría que suceder un enfriamiento general de la economía china para que esto no suceda, una situación que “es bastante difícil que ocurra”. Nuestro país tiene todas las condiciones para realizarlo, aunque el principal riesgo es no continuar haciendo los deberes. Hacerlos significa promocionar los productos uruguayos en el exterior y negociar para asegurar un mejor ingreso de los mismos, dentro del cual se incluyen acuerdos y negociaciones.

El aumento del ingreso per cápita en los principales mercados será determinante. Además, los cambios en los hábitos de consumo –hacia más calorías, proteínas, azúcares y alimentos preparados- potencian nuestro lugar privilegiado como proveedor de alimentos de calidad.

Aunque se aguarda una demanda mayor de alimentos, se espera que dicha tendencia se enlentezca progresivamente debido a un menor dinamismo en el crecimiento de la población mundial y un nivel de ingresos en las economías emergentes. De todas formas, ciertos productos agrícolas, como la carne, el pescado y los lácteos, presentarán un alto dinamismo. Al mismo tiempo, aquellos basados en la ganadería fomentarán el crecimiento de la demanda de forrajes, anuncia el análisis de Uruguay XXI.

“Para 2018 estamos previendo un aumento menor de las exportaciones. El año pasado tuvimos un crecimiento del 9%, y para este estamos en un aumento de un 1.5%, porque no vamos a tener una cosecha de soja como la del 2017”, resumió Ferreira.