“Las ganas de aprender y contagiarme me llevaron a buscar oportunidades en las cuales colaborar”

Lucía Hernández, fundadora de Suit Up Solutions y directiva de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Uruguay (AJE)


Una niña autodidacta, con la idea de crear sus propios artefactos, se dedicó a desarmar y armar cada pieza que se le dejaba al alcance. Su sueño de ser científica se fue ajustando al pasar de los años y en su adolescencia tomó la decisión de cursar el bachillerato en Informática para luego ingresar en la Licenciatura de Sistemas. A  los 21 años le llegó la oportunidad de emplearse como programadora, y a partir de ese momento su horizonte se amplió de tal manera que al poco tiempo fundó su propia empresa. Hoy, hace dos años, Lucía Hernández es dueña de Suit Up Solutions, firma que se dedica a la exportación de software.

Por Jessica Vázquez | @jessvazquezl

¿Cómo y cuándo surgió la posibilidad de formar parte de la directiva de AJE?

En 2016 comencé a internarme en todos los eventos para emprendedores y empresarios que encontré en el ecosistema. Tenía hambre de conocimiento, de herramientas, de orientación y un montón de energía para volcar. En uno de estos eventos conocí a Javier Ferrón, secretario ejecutivo de AJE, quien me presenta la organización. Me enamoré de inmediato de la energía que desprendía su gente, por lo que no demoré mucho en hacerme socia. Las ganas de aprender y contagiarme me llevaron a buscar oportunidades en las cuales colaborar y formar parte de una manera más íntima con la organización. Se me brindó la oportunidad de liderar la comisión de socios al poco tiempo de haber entrado.

En mayo de 2017, Santiago Oitaben, actual vicepresidente de AJE, me propuso formar parte de la lista de directivos, ya que estaban intentando reunir más recursos para afrontar los cambios que se sentían venir.

¿Qué servicio o apoyo ofrece la organización a quienes se asocian?

En principio, AJE tiene una gran red de contactos, por lo tanto, de oportunidades. El empresario de AJE se suele distinguir por su alto nivel de compromiso social, valores y ética. Esto logra que nuestra red sea confiable y permeable, ya que el socio infiere casi automáticamente estas características. En lo que refiere a nivel profesional y empresarial, también ofrece oportunidades de internacionalización, ya que forma parte de una red de jóvenes empresarios que se extiende a nivel global. También ofrecemos asesoramientos y capacitaciones gratuitas en donde nuestros socios pueden aprender de profesionales de distintas índoles y complementar así sus conocimientos para poder sortear las distintas dificultades que conlleva ser empresario.

Como segunda área, en nuestra red de contactos y colección de eventos, se puede sentir una gran fuente de energía positiva, que motiva y mueve a cualquier persona. En todos nuestros encuentros nunca faltan la risa, los consejos, las palabras de aliento y para quien asista de manera asidua, los amigos. Considero esto de gran importancia, dado a que es la energía que le da fuerza a nuestros conocimientos y nos ayuda a empujarnos a ir siempre un poco más allá.

¿Cuáles son los principales objetivos del organismo?

Todos sus objetivos tienen de fondo un gran deseo común: crear consciencia social sobre qué significa ser empresario. Nos encantaría que el día de mañana la palabra “empresario” esté cargada de una connotación positiva, tanto así que al preguntarle a un niño que quisiera ser de grande, “ser empresario” se encuentre dentro de su abanico de posibles respuestas.

 ¿Cuál es el ABC o los puntos esenciales de la organización?

La organización funciona gracias a muchos socios que disponen de horas personales, además de nuestras dos secretarias asalariadas que son de extrema importancia. Contamos con muchas comisiones de trabajo, en donde se distribuyen y ejecutan las tareas relacionadas al plan estratégico de AJE.

¿De qué manera AJE se mantiene actualizado en cuanto al apoyo que le brinda a sus asociados, ya que abarca muchos rubros?

A cada socio, una vez que entra en la comunidad, se le realiza una serie de preguntas para entender su realidad y necesidades. También, realizamos una encuesta anual a nuestra comunidad para poder mantener actualizada nuestra base de datos y, a partir de allí, poder tomar decisiones relativas a capacitaciones, eventos, etc.

¿Cómo ve el futuro del organismo?

Considero que AJE tiene la capacidad de ser un agente de cambio real en nuestra sociedad y el potencial de ser ejemplo para otras organizaciones de jóvenes empresarios. La curva de crecimiento que viene presentando el último año es impresionante, tanto en socios como en logros, siendo este un indicador positivo y prometedor para el futuro de la organización.

Además de ser parte de la directiva de AJE, es empresaria. ¿Cómo es serlo en Uruguay? ¿Cuáles son las ventajas y mayores dificultades que se afrontan?

Proponerse ser empresario, aquí o en cualquier parte, en principio conlleva los mismos desafíos que proponerse ser cualquier otra cosa. La primera pared con la que nos encontramos es la que nosotros mismos nos ponemos, esos miedos con forma de argumentos que nos delimitan la línea de lo seguro y nos mantienen en nuestra zona de confort. Creo que es fundamental mantenerse activo en lo que refiere a autoconocimiento o crecimiento personal. Allí están, sin dudar, las herramientas para poder dar el paso en donde a veces no se visualiza el escalón.

Referente a ser empresario en Uruguay, siendo una empresaria junior aún con mucho por aprender, creo que uno de los primeros desafíos es la cantidad de conocimiento que uno tiene que absorber para poder gestionar todas las áreas referentes a una empresa. Por más que toda la información esté a dos clics de distancia, el tiempo y energías que requiere gestionar todas las áreas de una empresa de manera cohesiva es muy grande y desafiante.


Señas de identidad

Hace 28 años nació en Montevideo Lucía Hernández. Su fascinación por la invención de objetos en su niñez la llevó a creer que su carrera profesional debía ser la de una científica, incluso su abuelo, tuvo que regalarle un mecano para que Lucía guardara en orden las piezas de los elementos que armaba y desarmaba. El sueño de dedicarse a la ciencia quedó a un lado cuando Lucía decidió enfocarse en la Informática, estudio que hoy la llevó a desarrollarse como Full-Stack Developer (programador informático).

Hace dos meses Lucía se encaminó en un viaje por el mundo acompañada por una amiga. No tiene un sitio fijo actualmente, es por esto que afirma que el concepto de lugar está perdiendo sentido y el “estar” se torna cada vez más importante. Se define como optimista, ingeniosa y valiente, y es esa valentía es la que la llevó a emprender el viaje sin rumbo en el que se encuentra y afirma que la llevará a crecer emocional y profesionalmente.