“Hay una solidez que no hace pensar que pueda haber una crisis”, dijo Moncecchi desmarcándose de los dichos de Martínez

Guillermo Moncecchi, ministro de Industria, Energía y Minería


El ministro de Industria fue entrevistado por CRÓNICAS y contradijo las declaraciones del candidato por el Frente Amplio (FA), Daniel Martínez, quien el pasado domingo afirmó que si gana la oposición “puede volver a pasar” una crisis como la del 2002. Moncecchi, que asumió la titularidad de la cartera a principios de este año, hizo un balance del trabajo realizado y se refirió también a la campaña electoral y al eventual gobierno de la coalición opositora. “Si se toman medidas contra ciertos sectores que se van a ver perjudicados, es razonable que haya una movilización social”, opinó.

Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-¿Cómo ha sido el año para el Ministerio de Industria? ¿Qué balance hace del trabajo realizado?

-Cuando yo asumí, las líneas de trabajo que encaramos principalmente fueron dos, concretar iniciativas en las que estábamos trabajando y definir algunos lineamientos para dejarlos preparados para que el próximo gobierno decida si los implementa o los tira para atrás. Lo importante es que tenga toda la información lo más clara posible para asegurar que se continúe el trabajo iniciado en muchas áreas, ya que una política industrial no se hace de un día para el otro.

-¿Qué iniciativas se concretaron este año?

-Se concretó la ley que permite la exoneración de la inversión en I+D, que falta reglamentarla y ponerla a andar. También la Ley de Emprendedurismo, que abre nuevas posibilidades para las empresas con formas más fáciles de gestionarlas. A su vez, se establecieron las tratativas con la Unión Europea y con la EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio).

-¿Qué se ha hecho en materia de innovación e investigación y qué quedó pendiente?

-Dentro de las restricciones presupuestarias hemos logrado avances en algunos temas muy importantes para el futuro. En estos días se está aprobando el “Fondo Sectorial de Investigación a partir de Datos”, que se multiplicó, no solo con el aporte del ministerio, sino que además se sumaron otras instituciones como el LATU, Agesic, UTE y Antel. Esos proyectos estratégicos abren muchas posibilidades para la investigación en temas como la inteligencia artificial, que realmente es fundamental para la industria y la economía del futuro.

La semana pasada hubo un evento de inteligencia artificial llamado “Khipu” que se hizo en la Facultad de Ingeniería, que fue uno de los más importantes de la historia del país en términos científicos. Vino gente muy importante de todo el mundo y se puso a Uruguay como ejemplo por su estabilidad, las condiciones generadas a nivel académico, pero además porque es un país donde las empresas de tecnología son muy dinámicas, han crecido mucho y trabajan en conjunto con la academia y el gobierno.

En materia de diseño o de industria audiovisual también se generaron herramientas para atraer producciones de otros países.

Este año, además, se concretó la negociación por la segunda planta de UPM, que va a tener un impacto muy fuerte con proyectos que van en paralelo, como el ferrocarril central, que va a implicar que grandes partes del país puedan tener accesos logísticos más baratos a los puertos.

Todas las políticas industriales son para el futuro y nosotros hemos trabajado muy sistemáticamente en ese tipo de iniciativas. Quedan cosas por hacer pero se ha logrado mucho.

-¿Cómo ve la posibilidad de bajar los combustibles y las tarifas? Uno de los planteos de la oposición apunta justamente a reducir la carga tributaria y los costos del empresariado. ¿Lo cree viable?

-Hay que seguir en un camino de eficiencia que se vaya traduciendo en reducción de los costos, a través de la mejora de las condiciones de producción, las inversiones, la gestión. Los costos de la tarifa eléctrica han crecido menos que cualquier otro indicador de la economía, por lo que ha habido en términos reales una reducción. Además, Uruguay hoy es más competitivo en cuanto a valores de tarifa eléctrica para la industria, es decir, los precios son más bajos que en Brasil y Chile, porque hubo iniciativas. Por ejemplo, se les rebajó a las pymes un 20% la tarifa. Vamos a ver si la oposición mantiene eso, que ha sido una efectiva reducción de costos. Siempre se puede hacer más, pero no podemos caer en el facilismo de prometer que vamos a bajar todo porque los costos que uno baja tiene que recortarlos de otro lado; tiene que hacerlo en un marco ordenado y sin perjudicar a los sectores más desfavorecidos.

-¿Qué sensación le queda de esta campaña electoral?

-Me quedo con la impresión de que estuvimos ante una de las campañas más ideológicas desde el retorno a la democracia, donde se plantearon dos proyectos diferentes y será la sociedad la que decida. El proyecto del FA, más allá de virtudes, errores o mejoras, plantea una mirada hacia adelante, inclusiva desde el punto de vista productivo, pensando en nuevas formas de producir en un mundo que está cambiando. Del otro lado hay una visión más conservadora que busca volver a un pasado que no se sabe bien cuál es.

Los índices de producción industrial, si vemos los sectores de actividad, hoy son como 40% más altos que en el 2005. Uruguay tuvo una recuperación industrial muy grande y tiene muchas perspectivas de crecimiento, pero pareciera como que el plan de la coalición fuera frenar todo. Eso es lo más preocupante, pero estamos en democracia. Se plantearon dos proyectos de país y la gente va a elegir de acuerdo a lo que le parezca mejor.

-¿No cree que faltó autocrítica por parte del FA? ¿A qué atribuye la pérdida de votantes?

-La autocrítica debe hacerse luego de pasadas las elecciones. Si hubo pérdida de electores puede ser porque algunas cosas habremos hecho mal, pero son las reglas de juego de la democracia. Uno siempre tiene que tener una visión crítica de lo que hace, buscando mejorar, pero el FA ha puesto honestamente sobre la mesa las cosas que ha hecho. Tal vez le faltó un poco más de énfasis en lo que puede hacer a futuro y puso demasiado hincapié en lo que hizo, pero estamos de verdad muy orgullosos del trabajo realizado.

-Cuando dice que algunas cosas se han hecho mal, ¿a qué se refiere?

-Lo concluyo porque si vos perdés votos, por algo es. Es una lectura directa, pero el análisis autocrítico siempre hay que hacerlo. En este gobierno se ha hecho, pero se hace después de los resultados, no en el medio de la campaña, porque es un poco confuso. Ahora hay que concentrarse en hacerle llegar a la población lo que se hizo, asumiendo si se tienen que mejorar algunas cosas y también difundiendo las propuestas a futuro.

-Pero ¿podría identificar cuáles son los errores que cometió el FA en estos años como para que una cantidad importante de gente haya optado por otra opción?

-Yo no soy amigo de hacer ese tipo de análisis sin aproximarme científicamente. Uno puede tener ciertas percepciones pero tiene que analizarlas en detalle para sacar conclusiones de qué hizo bien y qué hizo mal. No estoy esquivando tu pregunta, creo que realmente eso merece un análisis serio, con diferentes actores con distintas visiones. Además no es solo un tema de autocrítica, tenemos que entender lo que la sociedad nos está planteando. Si yo tengo una preconcepción de que hemos avanzado en seguridad, pero la mitad de la ciudadanía quiere poner militares en la calle, no me puedo quedar solamente en decir que está mal que se tome esa medida, debo entender qué es lo que está pasando. Ahí la empatía es clave.

-¿Coincide con Daniel Martínez, quien dijo que si gana la oposición “puede volver a pasar” una crisis como la del 2002?

-Yo creo que no porque la construcción que se ha hecho en este país, en el marco de los gobiernos del FA, pero con todos los grupos políticos trabajando también, permite una solidez que no hace pensar que pueda haber una crisis.

-¿Y puede haber, como dijo Topolansky, una movilización social?

-No hay que demonizar a la movilización social como si fuera una amenaza a la democracia. Si se toman medidas contra ciertos sectores que se van a ver perjudicados, es razonable que haya una movilización social. Eso no quiere decir disturbios ni un atentado al sistema. Una cosa es que los sectores se defiendan, como se supo defender la universidad cuando le hicieron recortes alevosos durante el gobierno del Partido Nacional, ahora, confundir una movilización con iniciativas subversivas, me parece un mensaje espantoso y falso. Así como yo no creo que la oposición va a venir y va a querer destruir el país, tampoco sembremos el pánico de que si pierde el FA la gente va a salir a las calles, no, va a haber movilización si hay medidas como algunas que se están planteando que son un poco preocupantes.

-¿Por ejemplo?

-Si se dice que los Consejos de Salarios van a ser solamente para fijar el mínimo por categoría, debilitando la negociación colectiva, no creo que los trabajadores se queden tranquilos. Si se recortan beneficios sociales perjudicando a los más pobres –porque sigo sin saber cómo van a recortar 900 millones de dólares-; si, como algunos sectores de la coalición han propuesto, se recorta la agenda de derechos –o se le quita impulso a través de menos dinero-, los colectivos afectados obviamente van a defender derechos legítimamente adquiridos. Podrán decirme que todo esto es especulación porque en realidad no están proponiendo nada concreto, pero son propuestas que han aparecido en las diferentes campañas de los partidos.