Clasificación directa: la tabla de salvación del fútbol uruguayo

Los ocho campeones al Mundial

FIFA resolvió que desde el mundial del 2026 se aumentarán a 48 países los finalistas de la Copa Mundial, en lugar de los 32 actuales. Resta definir la forma en que clasificarán, lo cual será establecido por el Consejo Ejecutivo de FIFA en 2021. Uruguay, conjuntamente con los restantes siete países que han sido campeones mundiales, deberían buscar una clasificación directa. La posibilidad de poder concretarlo determinará que en los próximos 30 años nuestro fútbol tenga un lugar preponderante a nivel internacional o quede relegado.

Por: Dr. Daniel Pastorini (*)

En anteriores columnas de CRÓNICAS (17 y 24 de julio 2020) destacamos la necesidad de obtener nuevos y diferentes ingresos económicos, sin los cuales los actuales serán los mismos, o con un aumento limitado, si no se mejora el producto a ofrecer, con otros escenarios de mercado y nuevos consumidores. El tema no se soluciona vendiéndole los derechos a Tenfield, a Fox u otra empresa. Tampoco con que sea licitación, ni con la comercialización de esos derechos con AUF TV, ni se liciten sin derecho de preferencia de Tenfield, por la sencilla razón de que es un mercado limitado.

Al mismo tiempo, no se puede dejar de tener presente el escenario en el cual se va a desarrollar el fútbol a nivel mundial, lo que el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa describe en su ensayo bajo el título de “La civilización del espectáculo”. Por tanto, es el momento para que los ocho países campeones del mundo de FIFA reivindiquen y legitimen sus logros y sus derechos adquiridos en la competencia deportiva en casi 100 años. Todos tienen el legítimo y justo derecho de clasificar directamente a las finales de las copas del mundo. La reivindicación y el reconocimiento de este derecho en la reglamentación que se establezca para las futuras Copas del Mundo FIFA permite, a su vez, establecer la disputa de una copa de países que han sido campeones mundiales, a disputarse en el mismo tiempo en que las demás naciones compiten por la clasificación de los otros cupos, y en las mismas fechas FIFA.

El Consejo Ejecutivo de FIFA es el órgano competente para reglamentar la forma de clasificación de los 48 países a las finales de la Copa del Mundo (Artículo 34, numeral 10 del estatuto FIFA).

La AUF y las Asociaciones que componen Conmebol deben involucrarse en el tema sin quedar al arbitrio discrecional del Consejo Ejecutivo de FIFA, limitándose a aceptar sus decisiones.

Es indudable que los otros siete países campeones del mundo van a sumar su peso político y económico ante el Consejo Ejecutivo de FIFA, facilitando la aprobación de la propuesta por lo que les representa en lo deportivo y en lo económico. Primero, se aseguran la participación en las finales de la Copa del Mundo sin el riesgo de estar excluidos, como sucedió con Italia en el Mundial de Rusia. A su vez, les permitiría aumentar sus ingresos económicos con lo que provenga de un campeonato entre los países campeones mundiales. Además, los grandes clubes europeos se benefician y resuelven su posición contraria a la cesión de sus jugadores en las fechas FIFA, evitando largos desplazamientos. Finalmente, al clasificar directamente Argentina, Brasil y Uruguay, le dan la opción a FIFA de resolver indirectamente la difícil situación de enfrentamiento de los clubes europeos en la obligación de la cesión de jugadores para las eliminatorias. 

En lo que respecta a Uruguay, le representa eliminar el riesgo de no clasificar a las finales de la Copa Mundial de FIFA. Le permite, a su vez, nuevos y cuantiosos ingresos económicos al tener asegurada la participación en las finales de las copas mundiales, a lo que se agregaría los que provengan de una copa entre campeones mundiales de la FIFA. También le brindaría la posibilidad de incluir los partidos de la Liga Profesional Uruguaya en un nicho del mercado futbolístico de Asia, China, Corea, Japón o India, con miles de millones de televidentes y que representan nuevos consumidores de ese producto, hoy limitado a los abonados de un país con 3.500.000 habitantes.

El 13 de febrero del 2017, conjuntamente con un informe al Consejo Ejecutivo de AUF sobre los asuntos tratados por la comisión de FIFA que integré en el período 2013/2016, sugerí realizar la propuesta. Nunca tuve respuesta. ¿Omisión, negligencia o prevalencia del interés personal en los cargos remunerados que se ocupan en órganos de FIFA por encima de los de la AUF, aceptando el criterio discrecional que fije el Consejo Ejecutivo de FIFA? La razón del desinterés la desconozco. O tal vez constituya lo que el reconocido historiador y politólogo Gerardo Caetano desarrolla como prólogo del libro de Pierre Arrighi “1924 Primera Copa del Mundo de Fútbol de la FIFA”, estableciendo las consecuencias muy negativas del rezago político y académico de los uruguayos en estos temas, así como de renovar la exigencia de un mayor presencia al respecto. 

“Hemos tenido la oportunidad en estos últimos años de aquilatar de nuevo la fuerte significación de disputar y competir efectivamente en un Campeonato del Mundo y de advertir todos los intereses que se juegan en esas instancias. El pasado no pasa, siempre llega el presente. Eso también ocurre a nivel del fútbol internacional, en el que muchísimos países darían lo que no tienen para ostentar una historia de glorias como la que posee la celeste. Como la brújula en la construcción del futuro, como aquellos pioneros de Colombes, lo que se trata es de recuperar en forma integral una historia magnífica como inspiración y no como ancla, de cuidar ese patrimonio intangible que vale y mucho, de aprender también a elaborar los orgullos para alentar y forjar mejor el porvenir.

Como nación, y como colectivo social, todavía no hemos acertado a registrar en todos sus potenciales la hondura y las múltiples dimensiones involucradas en el tema”.

La propuesta, la debe realizar formalmente la AUF al Consejo Ejecutivo de FIFA, del cual, a su vez, es integrante el presidente de la AUF, el Ec. Ignacio Alonso, el presidente de Conmebol y otros tres miembros representantes de esa Confederación. En este escenario, lo deberán impulsar con una activa intervención los dirigentes de los clubes profesionales uruguayos. Deberá contar con el interés y la participación activa del gobierno nacional en la medida que es un tema de Estado -por intermedio del Ministerio de Relaciones Exteriores, de la Secretaría Nacional de Deportes y de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto- por lo que representa para Uruguay en lo económico y en lo cultural, como así también en el conocimiento del país a nivel mundial.

La participación y el interés del gobierno nacional entendido como política de Estado, no es nuevo. Atilio Garrido, en publicación realizada en el año 2002 patrocinada por AUF señala que: “La participación de Uruguay en Colombes (Paris 1924) tuvo dos pilares fundamentales a nivel dirigente. Uno, el Dr. Atilio Narancio en Montevideo; el otro, el Dr. Enrique Buero actuando en Europa. Este último era Ministro Plenipotenciario de Uruguay en Suiza y por expreso pedido del gobierno del país se relacionó desde 1923 (20 de mayo, Congreso de la FIFA en Ginebra) con las máximas autoridades del fútbol mundial y, especialmente, con el presidente Jules Rimet”.

Lo avalan igualmente los antecedentes de la Copa Mundial de 1930, que se encuentran documentados en el libro “Héctor Gómez. Un hombre en acción” del cual es autor Atilio Garrido, que vale la pena recordar.

“Enterados de que en Ginebra se realizaba el Congreso anual de la FIFA, los dirigentes de la AUF acudieron al Ministerio de Relaciones Exteriores. Inmediatamente remitió un telegrama al Ministro Plenipotenciario de Uruguay en Ginebra, Dr. Enrique Buero, encomendándole que asistiera a las reuniones de la FIFA con el cometido de lograr la afiliación de la AUF.

El 24 de mayo de 1923 el Ministro Manini Ríos le trasladó a la AUF que la afiliación de la AUF a la FIFA era un hecho. Enrique Buero fue presidente de la delegación de Uruguay en el Congreso de la FIFA de 1924, en París. 

El 9 de octubre de 1925 se firmó lo que historia conoce como el laudo Serrato. El 27 de abril de 1929, en su residencia en Ginebra, Enrique Buero recibió un telegrama del Ministerio de Relaciones Exteriores, Rufino T. Domínguez estableciendo: “Desígnesele con Héctor Gómez quien desembarcará Lisboa Cap Arcona, representante Congreso FIFA. La Asociación encomiéndate gestionar Congreso FIFA y enseguida de Asociaciones Europeas, voto a favor realización Montevideo Campeonato Mundial 1930”.

El triunfo uruguayo en los estrados de la FIFA quedó concretado. El 24 de mayo de 1929, el presidente de la AUF, Dr. Raúl Jude, envió el siguiente telegrama: “Gómez – Buero. Barcelona. Esperábamos una brillante delegación del magnífico resultado alcanzado. Agradecemos sus esfuerzos felicitándolos efusivamente. Jude.”

En conclusión, Uruguay tiene la gran oportunidad de presentar la propuesta y la posibilidad de que pueda concretarse. Las autoridades de la AUF, la dirigencia de los clubes profesionales uruguayos y el interés del propio gobierno nacional tienen la palabra.

(*) Exintegrante del Consejo Ejecutivo de la AUF, de la lista de Árbitros del Tribunal del Arbitraje Deportivo (TAS) y de la Comisión del Estatuto de Transferencias de FIFA.