Ministro Bonomi aseguró que hoy el Ministerio del Interior cuenta con un presupuesto adecuado

«Seremos el primer gobierno que terminará su mandato con menos rapiñas que cuando inició su gestión», afirmó el ministro del Interior Eduardo Bonomi, en un almuerzo de trabajo organizado por la Asociación de Dirigentes de Marketing del Uruguay (ADM). Su ministerio pretende reducir este delito en un 30%, unas 6.340 rapiñas menos. Todo esto es posible dado que, según el ministro, el presupuesto con el que cuenta hoy el ministerio es suficiente, y les ha permitido mejorar el equipamiento y la tecnología disponible para prevenir y combatir el delito.

Por Federica Chiarino | @FedeChiarino

Bonomi opinó que, en el Ministerio del Interior, era indispensable una reforma de toda su estructura y la de la Policía para obtener resultados. Tras establecer la meta de un 30% menos de rapiñas, explicó que este desafío se sustentará en cuatro pilares fundamentales. El primero de ellos es un nuevo sistema de Patrullaje de Alta Dedicación Operativa (PADO); el segundo es una extensión de la video vigilancia; el tercero es la mejora tecnológica y de equipamiento policial; y el cuarto es una mayor capacidad de análisis criminal y de construcción de escenarios que ha generado la policía.

Este año, el Ministerio del Interior lanzó una segunda edición del PADO, al que denominan «PADO 2.0». Esto implica una reforma del sistema, en base a un ajuste global y una profundización de la estrategia que ha logrado disminuir los principales delitos. Según el ministro Bonomi, en 2016, en los barrios en los que se desplegaron los 1.000 efectivos del PADO, las rapiñas registraron una  caída del 40%, y un 60% en las calles específicas en las que se implementó.

Esta versión 2.0 implica ajustar el despliegue de efectivos y redefinir las zonas de patrullaje, en la medida en que el análisis de conducta criminal del ministerio identifica nuevos patrones de desarrollo del fenómeno delictivo.

«Hemos planteado un parámetro auditable, una meta precisa y transparente: reducir un 30% las rapiñas».

Respecto al segundo pilar, el sistema de video vigilancia y la respuesta asociada, desde 2012 a la fecha, en la Ciudad Vieja, las rapiñas bajaron un 70% y los hurtos un 83%, según datos del Ministerio del Interior. Luego de ese año, el sistema fue extendido hacia el centro de Montevideo y algunas zonas del interior del país. Hoy hay un despliegue total de 1.855 cámaras en todo el país, que cubren 845 puntos. «En los próximos 12 meses, se instalarán 4.095 cámaras más, adicionales a las 1.855, lo que representa un aumento del 220%. Tendremos entonces, en un año, 5.980 cámaras funcionando en todo el país», anunció Bonomi.

De esas 4.095 cámaras nuevas, 2.270 se instalarán en Montevideo, 870 en Canelones, 294 en la ciudad de Rivera, 240 en el departamento de Artigas, 175 en la capital departamental y 65 en Bella Unión. Unas 143 cámaras se colocarán en Cerro Largo, en las localidades fronterizas de Aceguá y Río Branco; 120 en Ciudad del Plata, departamento de San José; 85 en Soriano, 43 en Dolores y 42 en Mercedes; y 73 cámaras en la ciudad del Chuy, en el departamento de Rocha.

A partir del 15 de octubre, se instalarán en el área metropolitana 15 cámaras por día, a los efectos de alcanzar los plazos establecidos, y estará en funcionamiento el nuevo Centro de Video vigilancia de Montevideo, que se localizará en la Guardia Republicana.

«En los próximos 12 meses, se instalarán 4.095 cámaras más, adicionales a las 1.855, lo que representa un aumento del 220%».

El Ministerio del Interior se ha propuesto mejorar el equipamiento y la tecnología disponible para prevenir y combatir el delito. En este sentido, han adquirido mejor armamento, han aumentado flota vehicular e incorporado tecnología de punta en la Policía Científica. Bonomi aseguró que hoy el Ministerio del Interior cuenta con un presupuesto adecuado, luego de décadas de abandono.

El cuarto pilar sobre el que se sustenta la meta de disminuir las rapiñas en un 30%  es la capacidad desarrollada en el Ministerio del Interior y la Policía Nacional de análisis criminal sistemático en base a información y evidencia. La utilización de sistemas de denuncia en línea y el desarrollo de la georeferenciación del delito posibilitan un estudio detallado y actualizado del comportamiento criminal. En base a un método científico de análisis, se despliega el patrullaje, con lo que se vuelve más eficiente el uso de los recursos y la policía es más eficaz en su trabajo. La profunda reforma del Estado, que se ha producido en la Policía Nacional , configuraría entonces la plataforma que posibilita los cambios.

En el año 2015, el país registró 21.132 rapiñas. Lograr un descenso de un 30% implica llegar a 14.792 rapiñas. El Ministerio del Interior se propone finalizar su mandato con unas 6.340 rapiñas menos, y «mantenerse o bajar después», según anunció Bonomi. En 2016 se registró un descenso, y el ministerio alcanzó una rebaja del 3.8%, que implicó 800 rapiñas menos. Ese fue el año en que se implementó el PADO, que comenzó el 11 de abril.

En lo que va del año, con datos del ministerio al 26 de junio, las rapiñas han descendido casi un 11% respecto a 2016; y un 12.3% en relación al 2015. En comparación con el año pasado, la baja es de alrededor de 1.072 rapiñas, y casi 1.900 con respecto al 2015.

Los homicidios, en todo el país, también registraron una caída. El año pasado disminuyeron 9.8%, unos 28 homicidios menos. En lo que va del 2017, ya se observa una baja del 9.4%, que significan unos 13 homicidios menos, y 41 contando desde el 2015. Además, por primera vez empieza una tendencia de baja en los hurtos, que ronda el 4.3% en lo que va del año. «Nosotros pensamos que a fin de año tenemos que haber bajado, por lo menos, el 15%, la mitad del compromiso», dijo Bonomi.

A partir del primero de enero del año que viene, el Ministerio del Interior agregará 500 efectivos más al programa PADO, lo que implica un aumento del 50% de la capacidad operativa del programa, y un refuerzo de 150 efectivos para la guardia republicana, que se concentrarán en Montevideo.

No es aumento de policías, los policías que ya están en el Ministerio y en la policía pasan a la alta dedicación. La guardia republicana se va a concentrar en Montevideo pero tiene la posibilidad de moverse para situaciones emergentes en el Interior.

«Hoy, con satisfacción, luego de recorrer un camino complejo y sinuoso, podemos decir que hemos cambiado e iniciamos un camino que no tiene marcha atrás. Hoy en el Uruguay hay una nueva Policía».

Entre diciembre de 2018 y marzo de 2019, nosotros nos proponemos alcanzar un 24% de la baja de las rapiñas. Manteniendo esa tendencia y con un descenso proyectado durante el año 2019 de un 10% de rapiñas en relación a las que ocurran en 2018, nos jugamos a la certeza de que alcanzaremos el objetivo de que las rapiñas desciendan el 30%. Si eso sucede, seremos el primer gobierno que terminará su mandato con menos rapiñas que cuando inició su gestión, y si se da el 30% habremos cumplido con el objetivo planteado.

El ministro Bonomi explicó que la reforma de la Policía no solo fue producto de querer brindar una mejor respuesta al fenómeno de la criminalidad. Recordó que cuando el Frente Amplio asumió el gobierno, en el año 2015, la ley orgánica de la Policía era de la década del 70, el sistema de formación de la del 60, y la estructura de comisarías y el despliegue territorial de la década del 40. La estructura de salarios era muy baja y los sistemas de información casi no existían. «Hoy, con satisfacción, luego de recorrer un camino complejo y sinuoso, podemos decir que hemos cambiado e iniciamos un camino que no tiene marcha atrás. Hoy en el Uruguay hay una nueva Policía», afirmó el ministro.

En el marco de esa reforma del sistema de Policía, el ministerio de Bonomi creó un sistema integral de pago de los funcionarios de las 33 unidades ejecutoras del ministerio. Además, instaló, desde el 2010,  compromisos de gestión por los que se paga en función del cumplimiento de metas. Se implementó el nuevo sistema de gestión y de mantenimiento de la flota de los 4.500 vehículos del ministerio; y también el nuevo sistema de carga de combustible, por medio del que se logró un ahorro del 30% y se eliminaron los vales de pago para cargar. Desde el punto de vista salarial, se eliminó el servicio 222, que extendía la jornada de la policía a 16 e incluso 18 horas diarias.

Se definió la utilización de nuevos sistemas de información con uso de tecnología avanzada. Un ejemplo es el Sistema de Gestión de Seguridad Pública, donde se registran todos los eventos, delitos y accidentes. Se creó también el sistema de tobilleras para denunciar personas agredidas por violencia doméstica, al que pronto se le sumarán otras funciones. Se comenzó a implementar la video vigilancia y el patrullaje aéreo. A su vez, se incorporó alta tecnología en la policía científica y se mejoró la calidad de los registros de los documentos de identificación civil.

«Desde el punto de vista de la cultura institucional, hemos construido una policía con mejores vínculos con la sociedad y basada en un estricto cumplimiento de su deber, asegurando el ejercicio pleno de los derechos humanos», resumió Bonomi. Sin embargo, reconoció que aún queda algo por resolver de aquí en adelante. En pocos meses se implementará la reforma del Código del Proceso Penal, que cambiará el titular de la investigación. Dejarán de ser los jueces, para que los fiscales ocupen ese rol. Ellos serán quienes tengan que relacionarse con la policía y, según el ministro, hace dos años la policía se está formando para ello. «Ha habido una reforma, ahora queda adecuarla a otra reforma», opinó.


¿Será suficiente?                  

Al finalizar su disertación, Bonomi fue consultado por el público presente acerca de si sería suficiente una rebaja del 30% en las rapiñas, y si la cifra de 14.792 rapiñas sería algo «tolerable» para la sociedad. El ministro contestó que el gobierno tiene que realizarse planteos en base a lo que es necesario, pero combinándolo con la posibilidad de llegar a ello. «Cuando uno tiene 21.000 rapiñas, lo deseable es bajarlo», dijo, pero aclaró que el objetivo tiene que ir acompañado de seguir manteniendo esa baja hasta llegar a lo que se necesita.

«No se puede medir la gestión a partir de una cifra dada previamente, porque a esa cifra llegamos a partir de seis gobiernos anteriores», explicó el ministro. Además, opinó que quienes se plantean que el problema del delito en Uruguay comenzó a partir de 2005, se olvidan que en campañas electorales anteriores, los partidos que estaban en la oposición le cuestionaban al partido que gobernaba acerca de que la seguridad estaba descontrolada. A partir de ese descontrol, según los partidos de oposición del momento, fueron aumentando las rapiñas. Ahora, el ministerio se ha propuesto disminuir un 30%, con el objetivo de que luego, esa tendencia a la baja continúe.

Según Bonomi, no hay un número establecido como «deseable», con el que todos estén de acuerdo. El porcentaje se analiza y se anuncia según la situación real del país. «Si tuviéramos 1.000 rapiñas, deseable serían 200. Cuando tengamos 200, si alguna vez las tenemos, deseable sería nada. Pero en 21.000, deseable es bajarlas, y un 30% es una cifra importante, que nadie lo logró», finalizó.