Victoria de Bolsonaro podría ser una oportunidad para que Uruguay logre mayor independencia comercial

El Mercosur > no registraría mayor dinamismo, indistintamente de quien resulte electo

La contienda electoral en Brasil ha sido regida por la seguridad y la corrupción, y la estrategia internacional no ha encontrado suficiente lugar. La incertidumbre en la que se maneja hoy Uruguay en cuanto a las relaciones comerciales que mantendrá en el futuro con el país vecino da paso al desarrollo de su propio plan de inserción económica de forma más independiente como defensa a las vulnerabilidades

Por Anahí Acevedo | @PapovAnahi

En 1986, Mario Soares era el político más impopular de Portugal. Durante las elecciones presidenciales obtuvo en primera vuelta el 25% de los votos frente al 46% que recogió su opositor político Freitas do Amaral. Sin embargo, la historia dio un giro y en la segunda vuelta Soares se convirtió en máximo mandatario, con un porcentaje del 51% de los votos.

En las pasadas elecciones presidenciales de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro se colocó 17 puntos por encima de su rival Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT). Sin embargo,  Bolsonaro no llegó a ganar en primera vuelta y habrá que esperar tres semanas más. El mundo, que ya había emitido señales sobre los peligros que representaba la victoria del ultraderechista tanto para el país norteño como para el mundo, intensificó su voz y hubo quienes comenzaron a  preguntarse qué tan probable sería que sucediera una vez más el mismo fenómeno que en Portugal 32 años atrás.

Pero, para el politólogo Daniel Chasquetti, la victoria final de Bolsonaro “es bastante probable” y se necesitaría una gran movilización para que la tendencia cambiara, dijo en conversación con CRÓNICAS.

Agregó, además, que la agenda en Brasil está marcada por temas como la seguridad y la corrupción, y en ese sentido el candidato se presenta con autoridad y carácter para combatir el crimen. “Lo primero que tendría que hacer la campaña de Haddad es cambiar el eje y conseguir que la gente razone en términos de democracia”, indicó Chasquetti. De todas formas, recordó que la campaña “Ele não” le otorgó más crecimiento a Bolsonaro.

En Uruguay, seguridad y corrupción también serán dos temáticas de campaña, pero Chasquetti reconoció que los hechos de corrupción en Uruguay no son tan grandes en el Frente Amplio como para generar un movimiento antipolítica. “Si bien también estamos inseguros, no es una situación tan extrema como lo sienten los brasileros. De todas formas, habrá otros temas en agenda”, señaló.

Incertidumbre

Brasil es un socio comercial clave para Uruguay y, por lo tanto, la mirada de los exportadores está colocada en este momento en el país norteño. Sin embargo, Bolsonaro prácticamente no ha nombrado a Uruguay ni al Mercosur en sus discursos, por lo que la incertidumbre crece respecto a su posición frente a la integración regional o las relaciones comerciales con nuestro país. De todas formas, se estima que el brasilero posee un perfil similar al de Trump en cuanto a su posición con los organismos internacionales.

Pero, más allá de esto, Haddad tampoco se muestra muy interesado en dinamizar el Mercosur y su relación con el mundo, según analizó el experto en relaciones internacionales, Ignacio Bartesaghi en conversación con CRÓNICAS. El especialista vislumbró un Mercosur estancado. “Es probable que no podamos contar con el liderazgo  de Brasil para reformular el bloque y eso a Uruguay le tranca mucho porque estamos muy atados”, dijo

El escenario regional continuará estando convulsionado en los próximos años, añadió. Por esto, tener una estrategia es fundamental y, para ello, es necesario no depender del Mercosur. “El gobierno hoy está un poco atado de manos en cuanto a la política exterior, porque la ha relegado en el Mercosur y no ha luchado por romper con esto”, valoró.

Entonces, la incertidumbre se podría convertir en una oportunidad para comenzar a fortalecerse en términos de negocios con el mundo por cuenta propia. “Dentro de todo lo negativo que emerge con candidatos de este tipo, Uruguay tiene que ser pragmático, y si Bolsonaro es finalmente electo, busquemos la oportunidad de encontrar soberanía externa, la oportunidad de presentarle al  candidato brasileño la posibilidad de que Uruguay pueda negociar sólo las estrategias comerciales”, expresó. Por último, observó: “Quizá es más viable conseguir esto con Bolsonaro que con el candidato del PT”.

El economista Marcel Vaillant, por su parte, coincidió con que la incertidumbre que se desprende de la agenda de Bolsonaro puede convertirse en una oportunidad para tomar decisiones y concretar caminos que Uruguay requiere tomar. En este sentido, el economista mencionó que para que nuestro país se fortalezca se tendrían que profundizar las negociaciones con los países andinos y acercarse más a la Alianza del Pacífico, así como también ratificar la agenda con los países de Centroamérica, junto con Perú y Ecuador. “Son temas que se tendrían que haber empezado a realizar ayer”, subrayó.

Las incertidumbres siempre generan efectos negativos en torno a lo económico, explicó el economista Pablo Moya en entrevista con CRÓNICAS, por lo que sostuvo que claramente habrá repercusiones sobre el sector exportador uruguayo.

En cuanto al Mercosur, mencionó que, por sí mismo, ha mostrado poca capacidad operativa, por lo que lo más previsible es que no haya ningún riesgo o catalizador. “Desde su creación han pasado gobiernos de distintas filosofías políticas que ha demostrado la continuidad de la inacción del bloque”, aseguró.

La victoria en la primera vuelta de Bolsonaro generó una variación del tipo de cambio como primera repercusión desde el punto de vista macroeconómico. “La mayor incertidumbre sobre el tipo de cambio siempre generan variaciones al alza, y ese impacto hace primeramente una mejora de precios relativos en el país y, en consecuencia, un perjuicio de las exportaciones uruguayas con ese destino” observó.

De todas formas, la incertidumbre no sólo se traslada al tipo de cambio, sino a nivel de toda la economía. Los modestos signos de recuperación del nivel de actividad, de alguna manera quedan en espera hasta que se diluciden las medidas económicas y políticas a implementar, argumentó Moya.


Creer que las encuestas se equivocaron “es un disparate”

Un 39% de intención de voto para el ultraderechista Jair Bolsonaro fue lo que marcó la última encuesta de Datafolha, difundida el jueves 4 de octubre. Sin embargo, tras las elecciones nacionales celebradas tres días después, obtuvo un 46%.

Pero creer que las encuestadoras se equivocaron “es una mala interpretación”, dijo a CRÓNICAS el politólogo y director de la consultora Factum, Óscar Bottinelli. Al respecto, explicó que los sondeos fueron marcando una tendencia alcista para Bolsonaro durante las últimas semanas, por lo cual estaba dentro de lo posible que tuviera una votación aún mayor.

“Es un error tomar una foto [de las cifras] en cualquier momento y una semana después decir que el resultado fue distinto. Las encuestas marcaron claramente la tendencia que se daba, que era que Bolsonaro iba en un ascenso creciente y que no se sabía hasta dónde podía llegar”, relató.

Además, argumentó que esto se dio de esa manera dado que, del centro a la derecha, “todos los candidatos quedaron pulverizados por la concentración de votos a Bolsonaro”.

Remarcó, entonces, que pensar que fue un error de las encuestadoras “es un disparate, es no entender nada de encuestas”.

Sí admitió, igualmente, que hasta los días previos a la contienda electoral, quedaban dudas sobre si la gente finalmente optaría por votar a un individuo que reivindica la dictadura militar, la tortura, y que se manifiesta contra las mujeres, los negros y los homosexuales.

Por lo tanto, lo que puede sorprender de esta elección, es “que el pueblo brasileño haya votado una opción de corte fascista, contraria a los derechos humanos y a la democracia”, señaló.