“La diversificación es una de las clarísimas fuentes de valor que tiene nuestro grupo y un diferencial respecto a otros jugadores”

Jorge Sáenz-Azcúnaga, Head of Country Monitoring de BBVA


Es miembro del Comité de Dirección de BBVA y responsable de monitorizar la evolución de los países donde opera el grupo. Al ejecutivo reportan Argentina, Colombia, Chile, Perú, Venezuela, Uruguay y Paraguay, así como España, México, Turquía y Estados Unidos fuera de América Latina. Su estadía en Uruguay coincidió con el primer encuentro del Consejo Asesor Nacional que BBVA formó en un nuestro país, un foro de consulta, asesoramiento y debate en el que se analizan los aspectos más relevantes de la actualidad económico-social del país. En medio de su exigente agenda, recibió a Empresas & Negocios para dar su visión de la plaza local, además de referirse a otros temas relevantes de la banca y de la organización que representa. 

Por Oscar Cestau | @OCestau

¿Qué es Uruguay para el Grupo BBVA?

Uruguay es uno de los diez países en donde el grupo opera, lo cual no es poca cosa. Acá tenemos negocios de banca de particulares, de empresas, pymes y corporativa. Este es un país muy querido para nosotros, porque llevamos más de 50 años aquí. BBVA es el fruto de la fusión de BBV y Argentaria, que a su vez es la unión de varios bancos de índole estatal; uno de ellos, el Banco Exterior de España, que fue el que inició su presencia en Montevideo hace más de medio siglo. Por lo tanto, nos unen lazos históricos. Uruguay es un país pequeño pero muy predecible, con una alta institucionalidad y una economía muy sólida, lo que genera mucha estabilidad a la cuenta de resultados del grupo.

La banca enfrenta importantes retos. Los diferentes bancos centrales obligan a las entidades, a través de regulaciones, a mantener colchones de liquidez. Eso tiene un impacto muy grande, porque si bien las instituciones se vuelvan más sólidas y solventes, no prestan dinero y se transforman en menos rentables. ¿Cuál es la salida?

Cuando tomamos Europa, como referencia –nuestra matriz es europea-, y observas los últimos 10 años, desde la crisis que se inició en 2008, BBVA más que ha duplicado el capital, es decir, los fondos propios de nuestro grupo; y lo mismo ha ocurrido con la banca europea. Simplemente con aumentar por dos el denominador se hace muy complicado tener una rentabilidad por encima del coste de capital. Es verdad que en los últimos años, en cierta forma, la intensidad regulatoria en términos de capital ha disminuido. Con lo cual, creo que ha sido bueno para los ciudadanos no tener que sobrellevar crisis bancarias y aportar dinero, pero creo que los niveles actuales de capitalización de la banca europea, y desde luego de BBVA, son más que suficientes.

En el caso de BBVA, lo diría con más fuerza. Nuestra diversificación hace que seamos de los pocos grupos internacionales que siempre ha dado beneficios en las últimas décadas. No hemos tenido pérdidas, ni tampoco debimos recurrir a ampliaciones de capital para tener que soportar momentos no esperados.

En Uruguay, luego de la crisis de 2002, aparecieron profundas regulaciones, y estas se potenciaron luego de 2008, por parte del Banco Central del Uruguay. A nivel más global, otros bancos centrales –Fed, Banco Central Europeo, bancos globales-, tomaron el mismo camino. El cambio de contexto es visible, y obliga a las instituciones financieras a atenerse a nuevas normas. 

¿Es este escenario –el de la excesiva regulación o de requerimiento de capital- el que marcará el negocio en los próximos años?

Creo que -y hablo más de Europa- estamos en una meseta en términos de exigencias regulatorias. Toda la regulación que tiene que ver con el Bureau of Consumer Protection no me parece en absoluto mal. Somos muy sensibles a que los consumidores tengan cada vez mayor protección. Por esto, todos los países -empezando por Estados Unidos, y luego los europeos-, tienen cada vez más interiorizado la importancia de proteger al consumidor. En ese sentido, probablemente la regulación sea, cada vez, más exigente.

¿Esto puede llevar a que grupos financieros busquen fusiones?

Sí. Sin lugar a duda, esa es una de las fuentes de creación de valor más interesantes que tiene cualquier grupo financiero o empresa. En Europa hubo una ola de consolidación a nivel local desde antes de la crisis. Luego, en el caso concreto de España, hubo una fuerte consolidación a raíz de la caída o quiebra de varias antiguas cajas de ahorro. Esto permitió al Grupo BBVA tomar una protección muy ventajosa y ser capaces de adquirir dos antiguas cajas de ahorro ubicadas en Cataluña, que fueron Unnim Banc y Cataluña Caixa. Eso nos ha posibilitado más que duplicar nuestra cuota de negocio en Cataluña y aumentar tres o cuatro puntos la cuota de mercado en el sector financiero español.

El escenario de tipos de interés que se avecina en Europa, a futuro va a provocar que la tensión de generar ingresos que estamos teniendo en los últimos años se prolongue más tiempo del que preveíamos hace sólo unos meses. Con lo cual, cuando hay tensión de ingresos, la medida de acotar y de tener una cuenta de resultados más saludable es a través de dos vías: una, la de los costes; y otra, de los costos de riesgos.

En la medida que, en España, y en gran parte de los países europeos, estemos en mínimos históricos de costos de riesgo, una medida muy obvia que nos queda a las entidades financieras es atacar el tema de los costes. Una de las maneras es mediante integraciones de bancos, con lo cual, yo sí vaticino que en Europa va a haber más consolidación, pero de la mano de fusiones entre instituciones de un mismo país. No veo todavía muy claro la ventaja que ofrece para un banco como BBVA, una fusión transfronteriza en Europa. Porque si lo que primamos es reducir los costes, tiene más sentido, obviamente, abordar una integración dentro del mercado local, porque tiene duplicidades de todo tipo -de servicios centrales, oficinas, etcétera-, cosa que no obtienes si la fusión es entre dos bancos de distintos países.

¿En América Latina tiene también esa visión, en caso de que haya oportunidades?

Por supuesto. En Uruguay llevamos casi 60 años, pero a nivel grupo iniciamos de manera decidida la apuesta por la internacionalización en 1994. Comenzamos en Perú, México, Argentina, entonces conocemos muy bien la región. El grupo ha crecido, sobre todo, a raíz de las compras que hicimos en el mercado de América Latina. Luego dimos el salto a Estados Unidos con las compras realizadas en 2008, principalmente con Compass Bank, que hoy es BBVA Estados Unidos, y luego, en el año 2010, dimos el salto a Turquía. Somos un banco acostumbrado a crecer vía compras, y tenemos la obligación para con nuestros accionistas de estudiar cualquier tipo de operación que se nos ponga en la mesa, tanto en los mercados en que operamos como también en los que no lo hacemos.

¿Uruguay está incluido en esa lista de países en los cuáles estudiar opciones de compra?

Por supuesto, Uruguay está en esa lista.

¿Cómo evaluaría, por áreas del mundo, la diversificación que tiene BBVA en su negocio global?

Creo que la diversificación es una de las clarísimas fuentes de valor que tiene nuestro grupo y un diferencial respecto a otros jugadores. De hecho, no hay muchos jugadores globales; hay muy poquitos, por cierto, y algunos están aquí. Creo que BBVA es uno de los que tiene en su ADN el saber gestionar bancos universales en mercados emergentes.

Cuando analizas la evolución de los resultados del grupo BBVA en los últimos 10 años, y lo comparas con la media de la evolución de los resultados de otros bancos a nivel europeo -que es nuestro benchmarking-, la diferenciación es enorme. La evolución de los ingresos del Grupo BBVA, comparado con nuestro grupo de referencia, es mucho mejor, y eso es fruto de la diversificación geográfica. El año pasado, con crisis muy relevantes en dos países importantes para nuestro grupo -Turquía y Argentina-, compensamos con el crecimiento en otros países –básicamente México y España- y conseguimos que el incremento de beneficios fuera positivo. Eso es fruto de la diversificación que tiene este banco. Eso representa una fuente clarísima de valor, sin lugar a duda.

La importancia de internacionalizar las empresas como fuente de creación de valor de estas es un mensaje que nos gusta trasladar a los empresarios. Consideramos que, para una empresa, el mercado exterior tiene mucho valor, y que diversificarse le da la posibilidad de generar más ingresos.

¿Qué tipos de negocios son los que aparecen con más futuro para BBVA?

Cuando analizas el Grupo BBVA en su totalidad, tenemos que prácticamente la mitad de nuestros ingresos proviene de empresas, y la mitad de particulares. Creo que eso es una fuente de valor y de estabilidad de ingresos para la organización. Tanto la diversificación como la transformación son elementos genuinos para el banco. Lanzamos un propósito nuevo a toda la sociedad, a todos los empleados, a los stakeholders, y definimos cinco líneas estratégicas: querer ser un banco líder en experiencia al cliente, líder en ventas por canales digitales, optimización del capital, optimización de costes, y ser el mejor banco para nuestros empleados. Y esa transformación primero pasa por digitalizar a los clientes para que ellos puedan interactuar con nosotros las 24 horas del día por el canal que le interese -oficina, canal online, canal remoto, canal cajero automático o canal corresponsal-, y no por el que le interesa al banco. De hecho, a marzo, el 53% de nuestros clientes son digitales, y más del 45% son clientes móviles. Actualmente, un 57% de nuestras ventas son digitales; esta es una estadística global. En términos de valor, más del 40% de las ventas son digitales. Creo que son datos muy relevantes.

Eso provoca que el cliente esté más satisfecho. En siete de los diez países donde tenemos banca universal somos el banco más recomendado por nuestros clientes en el año 2018, incluido Uruguay. Hay evidencia empírica de que un cliente que opera de manera digital con el banco está más vinculado y más satisfecho.

Estamos trabajando en esa transformación que da sus frutos y que también provocará que seamos un productor de menor coste. Eso es algo muy crítico en la banca… El Grupo BBVA es de los bancos a nivel mundial con mejor evolución del binomio ingresos-costes, y parte de ello se debe a esa transformación.

En su estrategia digital, BBVA lleva varios años comprando participaciones de control en varias fintech americanas y británicas para familiarizarse con este ecosistema. ¿Cómo es el proceso de esas adquisiciones tecnológicas?

Tenemos dos vías de interactuar con el ecosistema digital. Uno es Propel Venture -un fondo de capital de riesgo-, una sociedad que opera en California y que se dedica a invertir en sociedades, sobre todo norteamericanas. Otra vía, más de oportunidad, es cuando vemos alguna sociedad que puede ser en sí mismo un buen negocio o aportarnos alguna experiencia positiva al Grupo BBVA, y que luego pueda ser trasladada a los países en los que operamos. Ahí se enmarca, por ejemplo, la compra de Simple, en Oregon, Estados Unidos, o el 39% que tenemos en el banco británico Atom Bank.

¿En qué países BBVA tiene más desarrollada su estrategia digital?

La estrategia digital la desarrollamos por igual en todos los países en los que opera el grupo. Cuando ves la evolución de los últimos años y el crecimiento de las ventas digitales o de los clientes móviles, la tendencia es clarísimamente positiva. Al cierre de marzo tuvimos 28 millones de clientes digitales, 53% de penetración -el 53% de los clientes son digitales-, y 24 millones de clientes móviles, que es un 45% de la base de la clientela. En los últimos tres años creció de manera exponencial. Esta es una tendencia que se da en todos los países en donde opera BBVA porque la estrategia es la misma.

América Latina, por la menor digitalización de las sociedades en donde estamos operando, parten de niveles más bajos y, de hecho, la curva tiene más pendiente porque estamos haciendo un catch up con otros países con mayores niveles digitales, como Turquía o España.

Cada vez más toma importancia la idea de negocio sostenible o sustentable. Las nuevas generaciones, los millennials, los centennials, dan cada vez más relevancia a que las empresas o los negocios tengan un equilibrio en factores medioambientales, económicos y sociales. ¿Qué está haciendo el Grupo BBVA en este sentido?

La sostenibilidad es un pilar fundamental de la estrategia de BBVA. Cerramos un compromiso al 2025 por el cual el grupo se ha comprometido a brindar inversión crediticia por 100 mil millones de euros en ese periodo en sectores que fomenten un medio ambiente más saludable. Somos de los bancos referentes en Europa en emisión de bonos verdes. Hicimos la primera en España y recientemente la mayor en Europa. En dos meses emitimos 1.000 millones de euros en una misión de bonos verdes, lo que muestra el compromiso. Es un compromiso muy claro que tiene el propio presidente de nuestro grupo, el señor Carlos Torres y, de hecho, la junta general de accionistas, que se celebró en marzo en Bilbao en la sede social de nuestro banco, dio un mensaje clarísimo de sostenibilidad.

En España, por ejemplo, estamos con la iniciativa de tener hipotecas a mejor precio si la vivienda es sostenible. Ese tipo de decisiones las estamos impulsando en todos los países en donde operamos.

¿Cuál es el compromiso que tiene BBVA con la región América Latina?

El compromiso es total. Hoy, BBVA tiene tal dimensión a nivel mundial porque hace 24 años el grupo decidió apostar de manera muy decidida por la región de América Latina y, en concreto, por América del Sur, que es por donde empezó su expansión internacional. Por tanto, está en nuestro ADN. Lo que buscamos en los países en donde operamos es trasladar beneficios a todos los stakeholders. Ser un grupo internacional aporta muchas ventajas a los clientes de los países en donde operamos, y eso, en el mundo empresarial, es muy notorio. La presencia del banco en América Latina ha ayudado a hacer crecer a los sistemas financieros en los países en donde opera. El caso mexicano es muy claro, ya que desde que entró el grupo, la profesionalización del sector financiero de ese país ha dado un salto espectacular. Además, es un grupo que tiene una reputación impecable en los países donde opera. No hemos tenido en los últimos años ninguna multa relevante, con lo cual, ante la experiencia que hay a nivel internacional eso es una gran noticia.

Estamos avanzando de manera muy relevante -Uruguay es un ejemplo- en aprovechar la globalidad en beneficios de cliente. Estamos cada vez más co-creando a nivel mundial soluciones que tienen repercusión en una mejora para el cliente. Estamos trabajando en una aplicación global en el cual Uruguay, junto con tres países más de América Latina, forma parte del proyecto. Cualquier cambio de desarrollo que haga un ingeniero en Perú va a valer para mejorar el aplicativo app de su país o de Argentina.

El hecho de formar parte de un grupo internacional hace que los desarrollos que tengamos en un lugar se apliquen de manera inmediata a los otros países en los que opera el grupo, y eso redunda en un mejor servicio para los clientes.

Un tema relevante también es la apuesta que hacemos por las microfinanzas. Tenemos una financiera, que es una referencia a nivel mundial, que es la fundación BBVA Microfinanzas, que opera en cinco países de América Latina y tiene más de dos millones de clientes, mayoritariamente mujeres. Con pequeños préstamos productivos, de poco más de US$ 1.000, hacemos que esa familia o esa pequeña empresa cambie de manera radical su vida. Por tanto, la apuesta de BBVA por la región es muy clara.

La región ya no crece a cifras como las del año 2013. ¿Eso impacta de alguna manera en el negocio?

Obviamente, nos encantaría que los países crecieran más. Tenemos ejemplos de países muy grandes, emergentes, con crecimiento sostenido en torno al 1.5 – 2%, en los que hemos conseguido bancarizar a miles de clientes en los últimos años.

Sin necesidad de dichos crecimientos económicos, los países de América Latina tienen una enorme capacidad de bancarización. En muchos países vecinos -Uruguay no es el caso-, más de la mitad de la población no está bancarizada. Para hacerlo, no es necesario únicamente que el PBI crezca al 3% o 4%; puede crecer mucho menos y tener una ola de bancarización muy relevante. La apuesta en la región es tener una buena tecnología para poder bancarizar a millones de clientes donde opera BBVA.


Objetivos ambiciosos

¿Qué planes tiene BBVA para Uruguay?

En Uruguay tenemos planes de crecimiento muy relevantes. Por ejemplo, aspiramos a duplicar la base de clientes en los próximos tres años. El objetivo es muy ambicioso, pero estamos en el camino de poder conseguirlo.

Este es un país que nos gusta porque tiene un marco institucional muy estable, y también lo es en términos macroeconómicos. A pesar de la crisis de los países vecinos, el crecimiento del PBI en los últimos años es muy firme, y operar en países muy predecibles, para los banqueros o los empresarios, es una gran noticia. Para duplicar la base de clientes queremos alcanzar el objetivo de que más de la mitad de las ventas en el año 2020 sean digitales. Aspiramos a tener también el mejor aplicativo digital del mercado uruguayo, y que todo ello redunde en que sigamos siendo el banco que ofrece la mejor experiencia a nuestros clientes.

También queremos potenciar el canal de gestión remota, lo que es muy relevante, y lo hemos hecho en varios países donde operamos. BBVA Va Contigo es un proyecto de muchísima ambición.