Chasquetti: “Lacalle Pou se está probando el traje de presidente y le queda bien”

EN PANINI'S

El politólogo e investigador del Instituto de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales de la UdelaR, Daniel Chasquetti, conversó con CRÓNICAS acerca de los entretelones de las elecciones internas y sus consecuencias de cara al acto eleccionario de octubre. Chasquetti resaltó la autoridad del triunfo de Lacalle Pou en el Partido Nacional y apuntó que Talvi le dará pelea dentro de la oposición.  Además se refirió a la necesidad de que exista una regulación en el financiamiento de las campañas políticas: “Quedó muy claro que cuando ingresa un millonario a la política tiene un poder desmedido”, reflexionó.


 El Menú  En la encantadora cava de Panini´s, Daniel Chasquetti degustó los tradicionales ñoquis de papas de Panini´s en salsa cuatro quesos. A la hora de la sobremesa prefirió café.


-¿Cuáles son sus primeras impresiones tras las elecciones internas del pasado domingo?

-Lo primero que hay que decir es que fue un acto electoral muy bueno para el sistema de partidos porque se frenó la tendencia decreciente que veníamos teniendo.

El sistema de partidos siempre busca legitimidad, que la gente vote la oferta que se presenta, y en esta elección encontramos esto, se subió del 36% de participación al 40%.

Se comprueba la hipótesis de que cuanta más competencia hay en los partidos, más se interesa la gente. A su vez, se revierte la idea de que la gente está muy lejos de los partidos, de cada diez habilitados para votar, cuatro concurrieron. Fue una buena elección desde la perspectiva de la democracia.

-¿Se lo atribuye a unas elecciones más competitivas?

-Sí. Dentro de los votantes del Partido Nacional se generó una suerte de corrida a favor de Lacalle Pou y, quizás, a favor de Antía y Larrañaga. Los votantes percibieron una amenaza, un objeto extraño y el Partido Nacional llevó a votar al 65% de la gente que lo votó hace cinco años; es un porcentaje muy alto. Además, las encuestas le dan la misma intención de voto que en ese momento. Creo que el factor competencia fue muy importante en el Partido Nacional. Esta hipótesis no explica el resultado en el Frente Amplio. Si bien hubo competencia, estuvo muy limitada por el programa, por una suerte de pacto implícito en el que no había agresión; eso generó que los candidatos no consigan diferenciarse.

Intentaron construir la diferenciación en base a los mismos atributos pero lo que termina triunfando es el statu quo, tuvieron la misma votación al final que al principio. Lo único que cambió fue la intención de voto hacia Andrade porque incidió el debate que lo benefició.

Los manuales dicen que una campaña debe iniciar con una parte positiva que hable del programa, de las propuestas, luego la campaña negativa donde se ataca al contrincante y se logra la diferenciación, y se termina, nuevamente, con campaña positiva. En el Frente Amplio no hubo campaña negativa y creo que en la percepción del ciudadano no hubo competencia.

-¿Cuáles fueron las sorpresas de estas elecciones?

-La primera es la buena votación del Partido Nacional (PN) y del Partido Colorado (PC). Eso nos indica que la oposición está muy bien y que hay más chances de que el Frente Amplio (FA) pierda. Siempre hubo chance de que el FA perdiera pero muchas veces la oposición no estaba bien.

En la elección anterior,  a la oposición le fue bien en las internas pero Lacalle Pou era muy joven, bastante inmaduro y cometió algunos errores, en el PC es probable que Bordaberry tuviera un techo. En esta elección, Lacalle Pou está más aplomado, tiene una buena estrategia y un buen equipo. Por el otro lado, Talvi tiene un discurso que le está llegando a un electorado que no es militante sino que es más de opinión. Este resultado nos indica que efectivamente puede haber una alternancia en noviembre.

Yo esperaba que el Partido Nacional tuviera más votos que el Frente Amplio pero el tema es cómo se da eso y se dio con un Lacalle Pou con mucha autoridad, así lo demostró en su discurso y en sus salidas posteriores; se está probando el traje de presidente y le queda bien.

También me impresionó la baja votación de Sartori, las encuestas sobrestimaban su intención de voto. Íntimamente me quedé muy contento porque Sartori había roto con todas las reglas no escritas que tiene el sistema de cómo se debe competir, él pasó muchas líneas, desarrolló una campaña negativa, hay presunción de que de su sector surgieron fake news y ataques contra Lacalle Pou y eso no se ajusta a la cultura política uruguaya.

A pesar de que tuvo como 90.000 votos yo creo que no le fue bien porque Sartori pensaba ganar. Además, gastó mucho dinero, nunca en la historia un candidato había gastado tanto.

Por otra parte, me impresionó la distancia que tomó Talvi respecto a Sanguinetti. Sanguinetti se desplomó. Ahí aparece el fenómeno de Manini Ríos pero también la votación de Novick que, para mí, no fue mala (obtuvo alrededor de 6.000 votos).

Hay un electorado de derecha que abandonó el PC y se sintió subyugado por Manini Ríos, por Novick y eso afectó al PC que podría haber votado aún más arriba.

Finalmente fue sorprendente la votación de Andrade. Es la confirmación de que se va a convertir en un nuevo líder de la política uruguaya dentro del FA, hay gente que ya está hablando de Andrade 2024. Andrade tiene atributos muy peculiares, una extracción proletaria pero no está encasillado en el prototipo del dirigente sindical, pudo debatir con Talvi y salir airoso. Me parece que llega a una clase media de izquierda que tal vez haya votado a Sendic en la elección pasada, él sintonizó en ese punto y me parece que es una sorpresa de la elección.

-El presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, dijo al periodístico No Toquen Nada que no se podía permitir que el partido militar junto con los herreristas ganaran el gobierno, haciendo referencia a la buena votación del sector de Manini Ríos…

-Yo creo que hay un electorado de derecha que siempre existió, no están floreciendo votantes conservadores. Tenemos una cultura más de izquierda que de derecha pero la derecha siempre existió.

Con el afán de ganarle al Frente Amplio los partidos tradicionales se han ido moviendo hacia el centro, por ejemplo Lacalle Pou aclara que no va a revertir las políticas sociales y que van a evolucionar, que van a  gestionar mejor, esa es la idea que se ofrece y es muy moderado, es algo que está al centro. Hay un público que llegó a la conclusión de que los partidos tradicionales no los representan correctamente y aparece la figura de Manini Ríos que tiene un discurso muy ajustado a su demanda.

Lo que ocurrió durante la campaña es que Manini le robó electorado a Sanguinetti, él mismo lo reconoció cuando le dijo a Emiliano Cotelo que sus votantes se estaban yendo con Manini.

La interpretación de Miranda es equivocada porque acá no hay una reacción antidemocrática tipo Bolsonaro en Brasil. Allí el sistema político estaba absolutamente desprestigiado y la gente pedía alguien que fuera a ordenar. No tiene nada que ver con Uruguay, en Uruguay no hay un sistema político corrupto lo que hay es competencia, en todo caso, un gobierno al que no le fue tan bien esta vez y una oposición que tiene mucha expectativa de ganar el gobierno pero no es un escenario de polarización. No es una amenaza, yo creo que los partidos tradicionales van a  ir por ese voto, no creo que a Manini Ríos le vaya tan bien en octubre porque los partidos tradicionales saben que cada legislador que gane lo van a pagar ellos.

-¿El buen desempeño de Talvi en la interna del Partido Colorado es una amenaza para Lacalle Pou de cara a las elecciones nacionales?

-Le va a hacer ruido. Talvi es un académico que se volvió político y que tiene en mente la renovación del Partido Colorado en clave de un partido moderno, de centro, que tiene como paradigma el segundo gobierno de Batlle y Ordóñez con la idea de que se puede construir un país modelo donde el Estado tiene lugar y  que necesita de mucha eficiencia y mucho conocimiento. Es un discurso adorable para el uruguayo medio y los blancos no pueden hacerlo, solo los colorados o el FA, que se autodefinió como un continuador de ese modelo.

Me parece que Talvi está bien en el centro peleando votos donde también está Lacalle Pou, es una guerra que quizás sea muy buena para la oposición; Daniel Martínez también va a tener que pelear votos allí.

El PC puede crecer, no sé si va a amenazar el lugar de la oposición en noviembre, hay que ver qué marcan las encuestas. Sí me cuesta pensar que el FA no llegue primero a octubre.

-Lacalle Pou presentó a su vicepresidente enseguida y dejó en jaque al FA y al PC que- al cierre de esta edición- no han definido sus candidatos al cargo, ¿qué piensa de esa jugada del PN?

-Me parece que fue brillante. Era el que llegaba con mayores problemas internos, se especulaban las peores cosas en las redes sociales y, sin embargo, el resultado y una rápida movida de Lacalle Pou permitieron salir bastante unidos, con una fórmula de aceptación para el partido.

Además, la candidata a la vicepresidencia tiene enormes cualidades, fue legisladora, tiene compromiso con las políticas de género, no es simplemente una mujer. Además tiene un origen wilsonista, es joven. Solo puedo criticar que los dos juntos dan la impresión de representar claramente a un sector social. Además, esta jugada condicionó a los demás a tener una fórmula paritaria.

Yo soy de los que cree que cuando el candidato es lo suficientemente bueno no importa mucho el vice, pero el sistema político uruguayo está en renovación. Lacalle Pou la remó, la fue construyendo y se transformó en líder recién hace cinco años, Talvi es nuevo en la política y Daniel Martínez también es producto de la renovación, de hecho, es la primera vez desde 1989 que no están Mujica, Astori ni Vázquez. El compañero de fórmula los ayudaría a complementarse en esa renovación. Por las características que tendrá el próximo gobierno es importante que el vicepresidente tenga buen diálogo con la oposición. Si el candidato no tiene experiencia hay que empezar de cero y es todo muy lento. Los nuevos líderes necesitan la ayuda de un buen vicepresidente. Ahora el PN quedó mejor posicionado y el FA y el PC están obligados a resolverlo rápido.


La última campaña opaca

Consultado acerca de la ley de financiamiento de los partidos políticos que no fue aprobada a tiempo para la campaña, Daniel Chasquetti sostuvo que, de haberse aprobado la normativa, los candidatos tendrían que haber presentado sus declaraciones juradas y explicitar de dónde salía el dinero para su campaña. “Sartori no podría haber gastado lo que gastó, tampoco podrían haberse burlado de la ley poniendo publicidad antes del 31 de mayo”, reflexionó el politólogo.

“Es bastante feo para la democracia, porque la democracia precisa aclarar quiénes están detrás de las candidaturas, quiénes están donando y qué compromisos implícitos tienen los candidatos”, aseguró Chasquetti y apuntó que esta es la última vez que pasará esto. “No sé si será la misma regulación pero esto no va a volver a pasar, el espanto fue para todos y quedó muy claro que cuando ingresa un millonario a la política tiene un poder desmedido”, finalizó.