Gustavo Trelles: “Apenas esta situación se normalice, nuestro país va a ser objeto de una corriente de inversión extranjera”

Gustavo Trelles, Country Head de Santander Uruguay


La crisis derivada del nuevo coronavirus, al ser de origen sanitario,   tuvo variables que ningún modelo, por más matemático que fuera, tuvo posibilidad de captar, lo que no permite respuestas absolutas en varios temas. Aún en ese contexto, el máximo ejecutivo de Santander en Uruguay, en diálogo con CRÓNICAS, puso énfasis en cómo enfrentó el banco este momento económico complicado que vive el país y la forma en que se paró la organización al lado de sus clientes. También se refirió al “día después” y cómo el país se posiciona, por diversos factores, para ser objeto de una corriente de inversiones del extranjero, entre otros temas.


Por Jorge Estellano y Oscar Cestau | @OCestau

-¿Cómo tomó al banco esta crisis de características inusitadas?

-Primero, nos tomó en una gran posición reputacional con el mundo corporativo, lo que siempre es importante; esto no solo por virtudes propias, sino también por méritos institucionales. No me canso de decirlo, y ahora queda públicamente expuesto, sobre el reconocimiento que hay a nivel mundial de Uruguay. Para un negocio como el nuestro, que estamos inmersos en un país pequeño, tener certeza institucional, seguridad jurídica, seriedad, buena reputación, es fundamental. Todo eso permea hacia el negocio. Hoy somos la perlita de Latinoamérica… Lo era Chile, y hoy capaz que estamos igual o por encima de ellos con relación a esos temas. 

En lo que tiene que ver con el negocio, después de un 2019 excepcional, con una ambición súper importante para el 2020, con un trimestre hecho que es una salvaguarda -porque si este tema hubiese llegado el 15 de enero en vez del 15 de marzo ya era otra cosa-, estamos muy fortalecidos para afrontar esta crisis. Nos encontró en el mejor escenario para enfrentar algo que no esperábamos.     

-¿Cuáles fueron las primeras medidas que tomó el banco a partir del 13 de marzo, cuando se confirmó el primer caso en Uruguay?

-Las primeras medidas que tomamos fueron pensando en nuestros trabajadores. Estuvimos todo el fin de semana trabajando para que el lunes 16 de marzo le pudiéramos dar a los funcionarios que sí o sí tenían que trabajar las medidas necesarias para que lo pudieran hacer, y a la vez, comunicar a los que por cualquier motivo de salubridad no podían trabajar que no concurrieran. Es muy fácil decirlo, pero había que dejar todo establecido sobre quién hacía la función -y cómo- de alguien que no podía ir a su lugar de trabajo; o qué elementos y soporte le dabas al que podía desarrollar su tarea desde la casa. Nos dijimos “tenemos que abrir el lunes, cuidando a nuestra gente, y en una circunstancia diferente a la que cerramos el viernes 13”. En esas 48 primeras horas tampoco dimensionábamos hasta dónde iba a llegar esto, entonces fuimos adecuándonos al día a día de lo que venía sucediendo. Algunas medidas las habíamos implementado antes… Los primeros días de marzo ya habíamos suspendido viajes al exterior, visitas a Uruguay, reuniones con clientes, comités multitudinarios dentro del banco, reuniones de los equipos comerciales, entre otras cosas, porque veníamos con el aprendizaje de lo que estaban haciendo en Europa; decidimos cerrarnos un poco antes y evaluar.

En lo que respecta a los clientes, a partir de que el Banco Central sacó aquella comunicación en tiempos absolutamente adecuados, el banco acompañó inmediatamente y se puso a trabajar en planes inmediatos, masivos, para dar un mensaje de tranquilidad. Nosotros salimos con un comunicado diferente al resto de la competencia; el mensaje fue: “no te preocupes, todos esperamos”. A las soluciones hay que buscarlas, y en ese proceso estamos hoy. El tema es que no hay soluciones mágicas ni generales, sino que todos tenemos diferentes circunstancias. La gran responsabilidad que tiene el banco, y el gran deber, es sentarse con cada cliente y buscar la alternativa más adecuada. 

“Estamos muy fortalecidos para afrontar esta crisis. Nos encontró en el mejor escenario para enfrentar algo que no esperábamos”.

-¿Cuántas reestructuraciones lleva realizadas el banco? 

-Llevamos entre 22 mil y 23 mil operaciones prorrogadas en un total de más de 400 mil clientes activos. La norma transitoria que impulsó el Central permite a los bancos tener tiempo para, en estos 180 días, ir buscando una solución cliente a cliente mucho más allá de esperas generalizadas, porque lo que este precisa es una solución que le brinde tranquilidad. 

-¿Qué impacto tuvo la decisión del Central de reducir los encajes que los bancos mantienen con la unidad monetaria?

-En mi opinión, fue una medida muy inteligente. Primero, porque la flexibilización es siempre y cuando el banco cumpla con lo que el Banco Central tenía como objetivo precisamente con la flexibilización. ¿La flexibilización cuál es? Un 22% de tu depósito lo tenés que dejar en caja de ahorro. Entonces lo que el Central dijo fue: “ahora esa cifra es del 15%, pero con el 7% restante yo te doy la oportunidad de que si vos incrementás los créditos del 28 de febrero en adelante, yo te tomo ese incremento en moneda nacional como un porcentaje de encajes”. En el caso de nuestro banco, incrementamos los créditos en 2.300 millones de pesos desde el 28 de febrero, y eso nos permitió no cubrir con depósitos ese 7% porque entró en la flexibilización. 

Pero si vamos al extremo de decir “no di un crédito más desde el 28 de febrero”, lo de los 22 puntos de encajes lo tenés que hacer como antes, no hay flexibilización. 

-¿Hay un deterioro de la operativa?

-Claramente hay un deterioro. Es notorio que este aislamiento social voluntario va a tener efectos claros y palpables en la actividad económica de muchas de las empresas del Uruguay. Lo que sí, como está esa norma de flexibilización, en los números la morosidad de los bancos no crece. Lo que tenemos que ir haciendo es tomando las medidas para poder darle a los clientes una alternativa el día después. El principal objetivo de trabajo de estos 180 días es preparar ese momento. En nuestro caso, estamos desvelados pensando en cómo acompañar a los clientes otorgando créditos porque tenemos liquidez y solvencia, porque somos el principal banco privado del país y poseemos herramientas que amparan poder prestar. 

Me parece que antes que mirar la morosidad, hay que ver las reprogramaciones, restructuraciones y los planes a medida que los clientes necesitan para poder pagar.

-Santander tiene una fuerte presencia en el sector agrícola y agroexportador. Precisamente, ¿los agronegocios pueden, en materia de actividad, compensar las caídas de otros rubros?

-Hoy, con la situación del mercado internacional, donde las exportaciones de carne cayeron por lo que pasa en China y en Europa, creo que no. Sí soy un convencido de que el agro, y toda la cadena agroexportadora, van a ayudar a salir de esta crisis. Mirás el precio de la reposición de los últimos dos meses y claramente el sector está con ánimo de invertir, de confiar, y eso es fundamental. El sector está positivo, lo demuestran las cifras, pero este 2020 no va a permitir compensar la caída de otros rubros.

-El gobierno apuntó a medidas para apuntalar a las pequeñas y medianas empresas. ¿Qué pasa con las grandes empresas? ¿Han tenido apoyo?

-Ya de hecho, por ser grandes, tienen otra capacidad, otro acceso al crédito, una solvencia propia y mayores fortalezas. En nuestro caso, hemos crecido mucho en grandes empresas, un sector donde muchas no demandaban crédito y ahora, por las dudas quieren tener liquidez, algún tipo de crédito, lo que a la vez es una señal de buen manejo que tienen. Ahí estamos viendo una oportunidad de negocio. Son un foco importante de crecimiento, y además tienen una seguridad de recobro más importante que quizás las empresas chicas, que por eso se las apoya con garantías estatales.

 “Estamos muy fortalecidos para afrontar esta crisis. Nos encontró en el mejor escenario para enfrentar algo que no esperábamos”. 

-¿Qué aprendizaje cree que deja esta crisis al sector financiero en general dada su característica diferente a crisis anteriores?

-Aún no es posible establecer un aprendizaje definitivo, pero lo que sí nos va a dejar es un modelo de trabajo diferente. Nosotros tuvimos casi un 70% del personal de los servicios centrales del banco trabajando en la casa. Y vimos que era posible trabajar a distancia, hacer coworking, y no tener que hacer reuniones presenciales, videoconferencias, y demás. El hecho de romper paradigmas, de haber automatizado muchos procesos, servicios, darnos cuenta que no siempre es necesario estar presente para hacer negocios, para tener contactos, es una de las mejores enseñanzas. La digitalización de muchas tareas es un modelo que vino para quedarse. 

-Uruguay ha sido destacado en el mundo, entre otras cosas, por las decisiones tomadas durante la pandemia. ¿Eso se ve reflejado con la llegada de capitales de la región?

-Todavía no lo notamos, pero creemos que puede darse algo así. Como decía al principio, Uruguay está en la voz de los más grandes ejecutivos y personalidades del mundo como un ejemplo. Eso, apoyado por la caída de las tasas internacionales, seguramente hará que seamos objeto de interés por parte de inversores internacionales.

Además de las medidas del gobierno que van en el sentido de cuidar el capital, se le suma el hecho de que Uruguay tiene un presidente joven pro inversiones, y también de que este es un país amigable con el medio ambiente, más todo el tema de la energía eólica. Por tanto, en mi opinión, apenas esta situación se normalice, nuestro país va a ser objeto de una corriente de inversión extranjera.    


“Nosotros estamos para crecer, con un apetito adecuado a la realidad”

-La idea del equipo económico fue darle aire a las pymes. Una de las herramientas fue a través del Sistema Nacional de Garantías (SiGa), con el SiGa Emergencia. En el caso del Santander, ¿cómo es la evaluación y cuáles fueron los montos otorgados bajo esa figura?

-En esto estamos muy satisfechos. El Sistema Nacional de Garantías nació en 2009, y el Santander ha sido, desde el inicio, uno de los grandes protagonistas de la herramienta, demostrando, desde siempre, un altísimo compromiso con el segmento de pequeñas y medianas empresas  Hace más de 10 años y en forma recurrente hemos sido el banco privado que ha tenido más share dentro de todo el monto de SiGa del Uruguay. 

Post covid, en abril fuimos el segundo banco en el uso de la garantía, pero con cuatro veces más montos otorgados que el banco privado que nos siguió. Y al cierre de mayo, el Santander es el líder y principal banco utilizando la herramienta SiGa Emergencia, superando incluso a la banca pública, con créditos otorgados o avalados por más de 22 millones de dólares. Para nosotros esta es una herramienta ideal, pensada de manera muy inteligente, que ya conocíamos, teníamos experiencia y manejo, entonces nos resultó sencilla y aplicable en lo inmediato.  

Nosotros estamos para crecer, con un apetito adecuado a la realidad. Claramente, el apetito de crédito de los bancos no puede ser el mismo ahora que antes de la crisis; el que piense diferente no está mirando objetivamente la película. Hay un parate de la actividad que antes no existía, a lo que se suma un incremento del desempleo y una caída del PIB, lo que modifica el escenario. Pero estamos acompañando la salida y haciendo que el crédito fluya, como está pidiendo todo el mundo. En lo que a mí respecta, creo que hay elementos para que eso ocurra, pero eso va en la estrategia de cada banco.


El “día después”

-Se habla mucho del “día después”. ¿Cuál es esa fecha para el banco?Para mí el día después es cuando venzan los 180 días de la norma de espera, el 31 de agosto. Ese es uno, pero habrá muchos más… Luego será fin de año, a continuación el primer trimestre del año que viene, y así. Pero ese día posterior al 31 de agosto es cuando veremos si hicimos bien las cosas y si logramos acompañar a nuestros clientes. Esto último no solo es una necesidad, sino una obligación moral. No en vano tenemos casi 40 años en el Uruguay y somos el principal grupo financiero privado de plaza. Creo de verdad que esta es una oportunidad para que en algún momento, cuando esto se normalice, porque va a pasar, alguien levante la mano y diga: el Santander y el equipo de Gustavo Trelles estuvo, me acompañó. Ese sería mi orgullo y con lo que sueño.