Gobierno apuesta a inversores privados para viabilizar la hidrovía del Río Uruguay

En los próximos días > Lacalle Pou dialogará al respecto con Bolsonaro

El gobierno estudia dos iniciativas para propiciar la navegación del Río Uruguay al norte de la represa de Salto Grande. Según informó el subsecretario de Transporte y Obras Públicas, Juan José Olaizola a CRÓNICAS, al gobierno le consta el interés de privados en financiar la obra que costará, en su versión más económica, al menos US$ 180 millones. “Hay un impulso político muy fuerte por este proyecto”, sostuvo el subsecretario. De hecho, en los próximos días, el presidente, Luis Lacalle Pou, que ya tuvo un intercambio con su par argentino, Alberto Fernández, dialogará al respecto con el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, para alcanzar un proyecto en común entre las tres naciones.

Por María Noel Durán | @MNoelDuran

Los primeros estudios sobre la navegabilidad del Río Uruguay datan de 1890. En 1946 se firmó el primer acuerdo binacional que incluía la navegabilidad del río. Como adelantara la revista Empresas & Negocios en un informe realizado en mayo de 2011 realizado en base a información proporcionada por el gerente general del Centro Comercial de Salto, Martín Apatie, el proyecto Esclusas San Antonio, del ingeniero agrimensor Guillermo Dubosc, se concibió con el objetivo de unir el lago Salto Grande con el Río Uruguay para darle salida fluvial a Río Grande do Sul, Corrientes, Misiones y Entre Ríos, Salto y Artigas.

Hoy, Esclusas San Antonio es una de las iniciativas que se encuentran sobre la mesa del presidente Luis Lacalle Pou que tomó como una de las banderas de su gestión la apuesta de navegar al norte de la represa Salto Grande.

“Hay un impulso político muy fuerte por este proyecto”, señaló, en este sentido, el subsecretario del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, Juan José Olaizola a CRÓNICAS. “Días pasados hubo contactos con Alberto Fernández, intercambios de información y en los próximos días habrá acercamientos con el presidente brasileño con el mismo fin”, resaltó.

El problema

Según un informe elaborado por Telemundo, en la actualidad a los productores de Río Grande do Sul les lleva dos semanas trasladar su carga al puerto de Porto Alegre y llegan a hacer filas de hasta 80 kilómetros para ingresar.

“Hoy importa mucho el costo de las cadenas logísticas, no hay tantas diferencias en los costos de producción como en los de transporte”, resaltó Olaizola en este sentido y destacó que por eso es un buen momento para que los tres países confluyan en un proyecto común.

Aunque aún faltan algunos estudios de viabilidad económica, el subsecretario de Transporte y Obras Públicas resaltó que “ya hay detectadas cargas en ambas márgenes del Río Uruguay que están interesadas en poder llevar adelante el proyecto”.

Se trata de cargas provenientes del sector agroexportador de la zona de São Borja, en Rio Grande do Sul, como arroz y soja. A su vez, en la orilla argentina hay plantaciones de madera, chips y cargas agropecuarias.

El financiamiento

Tras una reunión con el presidente de la República en la Torre Ejecutiva, el presidente de la Comisión Técnico Mixta de Salto Grande, Carlos Albisu, apuntó que la obra tendría un costo de US$ 181 millones y se llevaría a cabo con fondos privados.

Consultado por CRÓNICAS al respecto de estas afirmaciones, Olaizola ratificó el interés de privados por el proyecto. “Hay privados que están interesados en financiar el proyecto, lo cual puede ayudar a viabilizarlo”, indicó.

Los proyectos

Hoy en día, el río, de 1.800 kilómetros de largo, es navegable desde su desembocadura hasta el puerto de Concordia, en Argentina. Los proyectos apuestan a poder navegar unos 500 km al norte de la represa de Salto Grande.

“Lo central para Uruguay es poder hacer una bajada de cargas por esa vía habilitando que productores brasileños (de Río Grande do Sul), que hoy enfrentan algunos problemas logísticos con puertos del Estado, y productores argentinos también ubicados en la margen del Río Uruguay, puedan bajar sus productos por la hidrovía de este cauce a un precio razonable”, puntualizó Olaizola.

Para esto se presentan dos iniciativas que están siendo ponderadas al día de hoy por el Poder Ejecutivo y que se discutirán con los posibles países aliados en el proyecto. Esclusas San Antonio, del ingeniero agrimensor Guillermo Dubosc, supone utilizar la navegación por el rio San Antonio con un sistema de esclusas para sortear el obstáculo de la represa de Salto Grande. Esta iniciativa costaría en el entorno de US$ 500 millones.

Por otro lado, el proyecto del Capitán de Navío (R) Eduardo Laffitte prevé utilizar la esclusa de navegación prevista en la represa de Salto Grande y hacer un canal en la margen argentina, pero en territorio binacional, para poder navegar al sur de la represa y salir al Río Uruguay. El proyecto tendría un costo aproximado de US$ 200 millones.

“El proyecto del Capitán Laffitte es un poco más barato que el del ingeniero Dubosc que propone una ingeniería más ambiciosa y lo convierte en más costoso”, comentó Olaizola y, cuestionado acerca de cuál sería la preferencia del gobierno uruguayo, comentó: “No hay posición tomada, estamos haciendo los primeros contactos con los países vecinos y la idea es conformar un grupo de trabajo que pueda abocarse a lograr este proyecto”.


Las ventajas de la hidrovía

  1. Creación de dos reservas de agua conectadas al río Uruguay y al arroyo San Antonio.
  2. Riego de la cuenca hortofrutícola de Salto.
  3. Riego de las zonas aledañas a los embalses.
  4. Generación de trabajo en el área productiva.
  5. Criaderos de peces.
  6. Potenciación y mejora de la competitividad de más de 3 millones de hectáreas de Uruguay, Argentina y Brasil.
  7. Reserva de agua para fines industriales.
  8. Energía: Posibilidad de implantar una central termoeléctrica, que complemente a Salto Grande en épocas de sequía.
  9. Turismo: potenciación del turismo náutico y radicación de emprendimientos turísticos, hoteles, marinas, puerto y pesca.