Pautas del gobierno podrían afectar la rentabilidad y resentir el empleo

La oposición > ADHIERE A LOS PLANTEOS DEL SECTOR EMPRESARIAL

En consonancia con las advertencias del sector empresarial sobre las pautas que elaboró el Poder Ejecutivo para los Consejos de Salarios, algunos dirigentes de la oposición manifestaron a CRÓNICAS su preocupación y alertaron que el empleo puede verse afectado. Desde el oficialismo, sin embargo, señalaron que la negociación colectiva es “uno de los principales instrumentos de la distribución de la riqueza que existen en nuestro país”.

La semana pasada, el asesor jurídico de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios, Juan Mailhos, expresó en entrevista con CRÓNICAS que los lineamientos del Poder Ejecutivo de cara a la discusión salarial “van a afectar la rentabilidad de muchas empresas”. A fines de marzo, en la misma línea de este planteo, el presidente de la Cámara de Industrias, Gabriel Murara, había dicho a Empresas & Negocios que en esas pautas “el salario sigue creciendo en desmedro de la competitividad y rentabilidad de las empresas”.

En el sistema político hay quienes comparten estos planteos, y quienes son más cautelosos a la hora de pronosticar las posibles consecuencias de las bases que presentó el gobierno para negociar.

Desde el Partido Nacional (PN) ven con preocupación las expresiones de las cámaras empresariales, y creen que deben ser atendidas. Así lo comunicó a CRÓNICAS el diputado Pablo Abdala, y agregó que el gobierno deberá encontrar un equilibrio razonable, ya que “si se da rienda suelta a los aumentos de salarios por encima de las pautas y de la inflación, eso probablemente resienta el empleo”. De todas formas, dejó en claro que cree legítimo el reclamo de los trabajadores de ajustar su salario de acuerdo a las posibilidades de la economía.

El martes pasado se supo que la desocupación aumentó en febrero, y ese escenario puede complicar la negociación, opinó Abdala. A su vez, indicó que su mayor preocupación es que los lineamientos del Ejecutivo pueden derivar en la pérdida de más puestos de trabajo, dado este proceso de deterioro del mercado laboral, donde también cayó la tasa de empleo.

Para el Partido Colorado (PC) es “lógica” la opinión del sector empresarial, dado que hoy el país “está con dificultades serias de rentabilidad por el precio del dólar y los costos de las tarifas públicas”, según afirmó a CRÓNICAS uno de sus líderes, el senador José Amorín. “En la medida que una gran cantidad de empresas están en un punto complicado, con aumentos de salario real, evidentemente puede darse” una incidencia en la rentabilidad, destacó.

El legislador supone que tanto empleados como empleadores van a intentar que se mantengan las fuentes de trabajo, aunque entiende que la lucha natural de parte de los trabajadores es tratar de aumentar el salario.

Consultado por CRÓNICAS sobre este tema, el senador y presidente del Partido Independiente, Pablo Mieres, subrayó que es necesario manejar con mucho cuidado la variable salarial porque tiene un impacto directo en la conservación de puestos laborales.

Dijo, a su vez, que las empresas están pasando por un momento muy difícil y que la crisis de competitividad no es solo del sector agropecuario, sino del conjunto del aparato productivo, por lo cual, “si el costo salarial aumenta de manera exagerada, eso va a asentar la crisis de competitividad y va a afectar la rentabilidad”.

Por los trabajadores

Castillo: “La negociación colectiva es de los principales instrumentos de la distribución de la riqueza”.

Por otro lado, el Frente Amplio se encuentra en la vereda de enfrente a estos planteos. Tal como dijo a CRÓNICAS el senador oficialista que hasta junio del año pasado era director nacional de Trabajo, Juan Castillo, la de Mailhos es una apreciación subjetiva que tiene como destinatario al sector que representa. “Nunca escuché que los empleadores estuvieran de acuerdo con las pautas en una ronda de negociación colectiva, siempre están en contra y es común que hagan referencias a la rentabilidad”, puntualizó.

Además, defendió la negociación colectiva por ser “uno de los principales instrumentos de la distribución de la riqueza que existen en nuestro país”, y recordó que fue un mecanismo “vedado” en los últimos períodos de gobierno de la oposición, tanto del PC con Julio María Sanguinetti o Jorge Batlle, como del PN con Luis Alberto Lacalle. “Ellos quitaron ese derecho de los trabajadores de poder discutir las condiciones laborales y salariales, por tanto, me parece que la opinión que emiten algunos dirigentes de la oposición [acerca de las pautas del gobierno] se debe a que intentan ampararse en la práctica que han tenido”, reflexionó.

Finalmente, sobre la posible caída del empleo a la que hicieron alusión los parlamentarios opositores, Castillo aseguró que no existe ningún estudio que certifique que donde se ha mejorado el salario se han contraído los puestos de trabajo.


Advertencia por aumento de la conflictividad

Dado que este año tendrán lugar tanto la negociación colectiva como la última discusión por la Rendición de Cuentas, los legisladores entrevistados por CRÓNICAS advirtieron que es natural que en ambas instancias se dé un incremento de la conflictividad laboral, en línea con el pronóstico que han hecho varios analistas.

El diputado Pablo Abdala señaló que esta vez las tensiones importantes desde la clase trabajadora van a estar enfocadas en el hecho de que la Rendición de Cuentas deberá ser austera, dadas “las circunstancias” por las que atraviesa la economía del país. Este debate presupuestal, sumado a la ronda de Consejos de Salarios, donde van a negociar más de 200 grupos y subgrupos, van a generar una “conflictividad importante”, añadió.

En la misma línea se expresó el senador Mieres, quien opinó que “el gobierno tiene que ser firme en las negociaciones”, aunque “no tenemos claro que sea así”.

Amorín, por su parte, se limitó a decir que “uno siempre desea que no” suceda eso, pero vislumbra una “tensión” entre el aumento de salario real y de la desocupación.

En tanto, Castillo sostuvo que este tipo de negociaciones siempre conllevan “movilizaciones” de los trabajadores, lo que implica un crecimiento en las jornadas de paralización y de las marchas.